Gran Vía: la Broadway madrileña
Uno de los lugares más mágicos de Madrid para mí será siempre la Gran Vía de noche.
La calle, que parte desde la Calle Alcalá para terminar en la Plaza de España, es un poco más larga que 1 km y es uno de los nudos principales del tráfico de la capital. La vía es muy grande, los edificios que la flanquean son imponentes y algunos de particular relevancia histórica.
Recorriendo la Gran Vía podemos encontrar de todo: tiendas (sobre todo cadenas comerciales), restaurantes, quioscos, hoteles, cines y teatros de musicales. Las luces de todos estos carteles, el tráfico nocturno y las aceras llenas de gente recrean una especie de Broadway española con un encanto único.
Para ir de compras es ideal: entre las muchas marcas de ropa se encuentran Primark (en un edificio enorme de cinco pisos), Zara, Oysho, H&M, y el centro comercial El Corte Inglés, que da a la plaza de Callao.
Para comer hay varios sitios como McDonald's, Burger King y Starbucks, pero también cadenas españolas como 100 Montaditos y La Sureña, o restaurantes más típicos, donde se puede comer jamón ibérico y otros platos tradicionales a precios no excesivamente elevados.
Entre los edificios más bonitos y majestuosos encontramos antes que nada el Edificio España, que se encuentra en la homónima Plaza de España y es uno de los rascacielos más importantes de la ciudad.
Subiendo en dirección a la Plaza de Cibeles (la calle en este momento es ligeramente en pendiente) encontramos el refinado Hotel Atlántico, los teatros Coliseum y Lope de Vega con grandes carteles luminosos, y el Cine Capitol y Callao. En estos últimos, sede de importantes estrenos cinematográficos, es posible también ver películas en versión original con subtítulos en español (solo algunos cines del centro lo hacen). Subiendo hasta el último piso del Corte Inglés que da hacia Callao se puede además disfrutar de una vista del centro de Madrid que no está nada mal.
Continuando, aparecen a la izquierda de la calle el Edificio Telefónicay el Museo Chicote, un bar histórico y elegante, que en el pasado fue un lugar en el que se dieron cita numerosos famosos como Frank Sinatra y Grace Kelly. Si se tiene tiempo, conviene hacer una parada en este local con aire vintage.
Acercándonos a Plaza Cibeles, los edificios que más llaman la atención son el Metrópolis, uno de los primeros rascacielos construidos en Europa y el Círculo de Bellas Artes, que se encuentra en la vecina calle de Alcalá. El Metrópolis por desgracia está a menudo recubierto por toldos debido a los trabajos de restauración, pero la cúpula negra es de oro sobre la que se eleva una figura alada, está casi siempre visible y es preciosa. Se puede apreciar bien desde la azotea del Círculo de Bellas Artes, donde aconsejo mucho ir. La entrada tiene un precio bajo y una vez tomas el ascensor para subir al último piso encontramos una terraza desde la que se puede admirar toda Madrid. Obvia decir que la mejor hora es el anochecer, pero en el fondo cualquier momento es bueno para observar la ciudad desde un punto de vista tan privilegiado. Si se quiere, se puede pedir algo en el bar, pero obviamente el precio de la bebida sube respecto a los locales normales.
La Gran Vía, por su longitud no excesiva, puede ser recorrida tranquilamente a pie de principio a fin, tanto de día como de noche (nunca está totalmente desierta). Las paradas de metro de la zona son Plaza de España, Santo Domingo, Callao, Gran Vía y Banco de España.
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