Muchas veces he pasado por delante de esta heladería y no entendía las grandes colas que había siempre dentro, independientemente de la temporada del año en la que nos encontráramos.
Desde que pasé por primera vez empecé a comprender todo.
Kalúa es una heladería enorme de helados tradicionales en plena calle Fuencarral, un poco alejada del centro como puede ser Gran Vía. El local es más grande que el de cualquier heladería, pero hay muy pocas mesas para sentarse, aunque en verano cuenta con una terraza exterior y, al ser helados, la mayoría coge una tarrina y se la lleva por el camino, no se paran a comerla.
Normalmente hay cola para pedir, por lo que han ideado un sistema un poco distinto al de cualquier otra heladería. Lo primero que haces es pasar por caja, decir qué productos vas a comprar y después pagar. A partir de ahí te dan un número, como en los supermercados, y cuando te llamen, eliges los sabores y te preparan los helados. Así tienen todo un poco más organizado.
Lo especial de los helados es la cantidad de sabores que hay. Puedes encontrar todos los sabores clásicos de cualquier heladería, pero también hay otros que llaman muchísimo la atención y que están muy muy buenos.
Hay, como siempre, tanto conos como tarrinas. Y te dejan escoger dos sabores en cada uno de ellos. Yo he probado varios sabores, pero, hasta ahora, los que más me han gustado y llamado la atención son el Red Velvet y la tarta de zanahoria. Ambos son dos sabores que me gustan mucho para tartas y bizcochos y no quería dejar de probarlos también en helado.
Los dos helados están buenísimos, son muy dulces, pero nada empalagosos y están muy fresquitos. Combinan muy bien los sabores. Además, cuando pides cualquiera de estos dos sabores, incluye también mezclado con el helado trozos de bizcocho del mismo sabor, lo que lo hace todavía más bueno y más original. El sabor está 100% garantizado.
Esto pasa con casi todos los sabores, no solo con estos. También el helado de piñones contiene piñones enteros o el de nueces, nueces partidas. Todo esto hace que aumente muchísimo el sabor y le da un toque más original.
Sin embargo, a pesar de ser una heladería, tienen también más productos. En verano (y todo el año, en general), tienen también otros productos fríos como horchata o café helado. Y, durante el resto del año, la heladería funciona también como una cafetería.
También he ido en inverno y la cafetería está muy bien. Algunas de las cosas que tienen son tartas, tortitas, crepes o plum cakes. El plum cake que probé era de Red Velvet, pero al ser tan denso se me hizo pesado y no me pareció el mejor plato, además estaba un poco seco. Sin embargo, el resto de los dulces que he probado, estaban buenísimos.
Esta tarta de fresas tiene una base de ricote y está espectacular y el café con leche está también muy bien.
Además, tienen muchas bebidas calientes, diferentes tipos de café y de chocolate caliente que también están muy bien. A veces te lo sirven en bandejas de plástico, pero otras veces son de madera, como estas, y son muy originales, quedan muy bien.
Es un sitio que recomiendo, no tanto por esta última parte, pues la puedes encontrar en cualquier panadería o cafetería, sino más en verano por la heladería en sí. Hace falta ir muchas veces para poder probar todos los sabores que tienen (y todos tienen buena pinta).
Café, coctel, cerveza Madrid,
Madrid,
España
