"Déjà-vu"
Cuando estaba en noveno curso del instituto (en 2012) hice un viaje a Madrid con mi clase. Estuvimos allí durante casi dos semanas. Lo que realmente queríamos probar eran los churros. Así que íbamos por la calle preguntando dónde podíamos comer churros, o más bien dónde podíamos comer los mejores churros. Nos recomendaron esta chocolatería.
Ahora, en 2018, estuve allí otra vez. Bajando por las calles cercanas a Plaza Mayor con mi amigo alemán, que vino a visitarme, por casualidad me crucé con este sitio y pensé: "Un momento, ¿no es este el local de churros al que vine con mis compañeros de clase?". Así que eché un vistazo por dentro y sí, era justo ese lugar. Fue una locura porque unos días antes le dije a mi amigo que había estado en una churrería genial, pero que no recordaba su nombre ni dónde estaba. Y entonces, de repente, bajando la calle, la vi de nuevo. La sensación cuando entré a San Ginés por segunda vez después de seis años fue muy rara, como un sueño, como un "déjà-vu".
Hablando de churros, están realmente buenos. No llevan demasiado aceite, están crujientes pero no demasiado. Por dentro están blanditos. Así es como deberían ser los churros. El chocolate también está bueno. No es demasiado líquido y es bastante amargo, pero al mismo tiempo dulce. Así que, ¡definitivamente merece la pena visitarlo!
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