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La Riviera - Reverse


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Paraíso electrónico

Esa ha sido mi misión desde que llegué a Madrid, encontrar una discoteca que estuviera a la altura de mi querida Seedy Sonics de Birmingham. Pensé que la discoteca Mondo sería un digno sustituto cuando oí que Jamie Jones iba a actuar allí. Desgraciadamente, la única persona que compartía mi amor por Jamie estaba fuera del país la noche del evento y, al no estar lo suficientemente motivada como para ir sola, decidí tras una larga reflexión que no iría.

Desde entonces he ido a Mondo por un cumpleaños de un amigo, y fue una noche absolutamente increíble, pero te mentiría si dijera que me acuerdo de muchas cosas de la noche... ¡Ya sabes como son los 21 cumpleaños! Me moría por bailar un poco de música house. Estaba fingiendo que era una noche de música electrónica; quería algo más que música comercial y hip hop duro, necesitaba una alternativa al Seedy.

Había oído hablar de un lugar llamado La Riviera, en el que había conciertos y noches de música electrónica, pero de lo que no me di cuenta es de que los carteles que había visto anunciando un evento llamado "Reverse", con artistas como Martinez Brothers y 2ManyDJs se iba a celebrar en Mondo. Cada vez que pasaba delante de un cartel de "Reverse" me maldecía a mí misma por no haberlo visto bien. Por suerte para mí, dos de mis compañeras de piso son auténticas fans de la música electrónica, y habían planeado, cuando llegaran dos amigas de Escocia, pasar una noche en la discoteca La Riviera.

La noche comenzó en el piso de al lado, donde la música estaba sonando a tope. Cuando llamamos a la puerta pudimos escuchar al propietario de nuestro piso, Vladi, que justo vive ahí, bajando la música porque pensaba que éramos vecinos cabreados que veníamos a quejarnos del ruido, algo que ocurre más a menudo de lo normal en nuestro edificio.

Paraíso Electrónico

Paraíso Electrónico

Entramos al piso, donde los altavoces estaban a tope y todo el mundo estaba bebiendo. Como todos habían empezado a bailar, nos planteamos incluso no salir del piso. Sin embargo, nos terminamos animando y salimos hacia la discoteca.

La Riviera está a unos 15 o 20 minutos a pie desde Sol, dependiendo de cómo de rápido camines (o tal vez de cómo de borracho vayas). No hacía demasiado frío, así que nos ahorramos el taxi y llegamos en poco tiempo. Nuestro objetivo era entrar antes de que cerraran las listas, para ahorrarnos algo de dinero de la entrada. Sin embargo, nos enteramos de que aunque llegáramos pronto, seguía siendo el mismo precio. Como llegamos muy pronto, la pista de baile estaba bastante vacía, pero también era por el tamaño del lugar. El sitio era diferente de cualquier cosa que hubiera visto antes. Era una sala amplia y circular, con escaleras que conducían hacia abajo desde la entrada y el guardarropa a la pista de baile. En el medio había un barra triangular junto un barra más pequeña justo al lado de la zona del escenario, y también había una zona vip situada a la derecha del escenario. Aunque la entrada costaba 15 euros, incluía una consumición gratis. Yo no estaba bebiendo, así que le di mi consumición a Caroline. Me pasé toda la noche bebiendo agua del grifo, que por muy raro que sea, estaba más buena la del lavabo del baño que cuando la compré en la barra. Había un DJ pinchando, así que pasamos el rato en la barra esperando a que unos amigos se unieran a nosotros. Cuando llegaron, la pista de baile se estaba llenando, así que fuimos a disfrutar de la música. Los DJ eran increíbles y la música era diferente a cualquier otra con la que me haya encontrado en Madrid, invadía cada rincón del lugar. Además, había un sistema de iluminación alucinante, combinado con otras características, que completaban el ambiente.

Paraíso Electrónico

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Había una mezcla de todo tipo de gente en la discoteca. Algunos se volvían completamente locos en la pista de baile, mientras que otros bailaban más cerca de la barra. Por un lado, la pista de baile parecía un poco hostil a veces, con la gente empujando todo el tiempo cuando pasaban a tu lado para buscar a sus amigos. También nos dimos cuenta de que todo la gente con la que nos encontrábamos en los baños era extremadamente amable; a mi compañera de piso le robaron el bolso en algún momento de la noche y un grupo entero de chicas españolas intentaban tranquilizarla, hablando con los guardias de seguridad por nosotras y preguntando en la barra si alguien lo había visto y devuelto, fueron muy majas. Nos aseguraron que estas cosas nunca pasan en este sitio, así que sería una casualidad, pero a partir de ese momento, no perdía de vista mi bolso durante el resto de la noche, solo por si acaso. El local estaba abierto hasta las seis de la mañana y, aunque algunos de mis compañeros de piso se quedaron hasta el final, yo decidí irme sobre las cuatro y media o cinco de la mañana, lo cual no está nada mal para alguien que va sobrio.

No puedo describir con palabras el ambiente que había en La Riviera, parece como si estuvieras en un sitio al aire libre; es enorme. La noche estuvo genial. Aunque pasamos una noche alucinante, hay algunas cosas que debes tener en cuenta si estás pensando ir. La barra es bastante pequeña y las chicas que trabajan ahí sirven a cualquiera que esté cerca, en vez de servir a la gente que lleva tiempo esperando, suelen también servir a los chicos antes que a las chicas, así que asegúrate de llamar su atención cuando puedas. Los porteros, bueno, uno en particular, son bastante e innecesariamente bordes. Cuando llegamos, Shari, una de mis compañeras de piso, había olvidado su carné de identificación. Shari tiene 26 años y se podría decir que parecía mayor que la más joven de nosotras, pero a pesar de que todas teníamos nuestro DNI, no la dejaron entrar, y cuando estábamos en la puerta intentando convencerles, uno de los porteros se alteró y comenzó a gritarnos que nos echáramos hacia atrás y luego se puso a empujarnos para que nos moviéramos. Incluso cuando nos habíamos apartado de la puerta seguía diciéndonos que nos echásemos para atrás. Ese mismo portero también nos dijo que nos calláramos y que estábamos haciendo mucho ruido, cuando simplemente estábamos riéndonos y hablando como cualquiera haría cuando va a entrar en una discoteca. En cuanto a lo positivo, aparte de las cosas que he mencionado antes, los baños estaban limpios, el personal fue muy amable cuando les preguntamos por el bolso perdido, especialmente la mujer del guardarropas.

Resumiendo, fue una noche increíble. Si te gusta la música electrónica, tienes que visitar este sitio, ¡estarás en el paraíso!

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