El faro de Moncloa es, desde mi punto de vista, uno de los mejores miradores de Madrid.
Se encuentra a la entrada de Madrid desde la sierra, en Moncloa (obviamente). Está muy cerca de la estación de metro y de autobuses.
Es un gran faro que ha ido cambiando a lo largo de los años. Anteriormente tenía dentro un restaurante, a veces también ha estado cerrado y no se podía visitar. Pero, desde hace poco más de dos años, vuelve a estar abierto al público, aunque esta vez sin restaurante, simplemente como un mirador.
Aunque no es gratuito, el precio no es nada alto, son tan solo 3€ y no hace falta comprar las entradas por internet, hay bastante aforo y no se llega a llenar.
Después de pagar la entrada en el mostrador que está según entras, tenéis que subir en un pequeño ascensor con una pared de cristal.Está fuera del faro y se ve todo Madrid mientras vas subiendo, notas el doble la velocidad al poder ver el espacio real que estás subiendo. Ya desde este punto he de decir que, si tenéis mucho vértigo, esta no es vuestra visita.
Cuando llegas arriba y sales del ascensor llegas a una sala abierta totalmente diáfana con forma de semicírculo. La zona en la que puedes estar no es totalmente circular, una vista 360 grados, aunque por poco. Esto es así porque una parte es un simple puente al descubierto al que no se puede acceder, pero a través de los cristales de la puerta se ve también toda esa parte, que se corresponde sobre todo a la sierra de Madrid, por lo que tampoco se pierde la vista de la ciudad.
El resto del mirador tiene dos alturas, por lo que, aunque haya mucha gente podrás ver todo bastante bien. Además, es una amplia cristaleradesde la que puedes ver todo. Si te acercas hasta el borde, llegas a una barandilla desde la que si te asomas para abajo puedes ver un trozo de suelo que no se puede pisar y que es totalmente transparente, por lo que ves el suelo y la altura a la que estás. Es bastante impresionante.
A lo largo de todo el mirador hay también una barra con un tablero en el que te explican qué es aquello que estás viendo. Está dibujado el mismo skyline de Madrid que el que ves frente a ti con una flecha que te indica cuál es cada edificio y porqué es conocido o para qué sirve. Es bastante útil si no sabes lo que estás viendo o si quieres ubicar algún sitio determinado de la ciudad.
Las vistas desde aquí son increíbles, se ve toda la ciudad es de lejos, pues no está en e centro de la misma. Lo que mejor se ve es, obviamente, lo que más cerca está. Justo debajo está el Arco de la Victoria y deja una vista muy bonita. También se ven todos los edificios de la Universidad Complutense, el campus de Ciudad Universitaria, que es lo que más cerca se encuentra. Se ven desde los edificios hasta las piscinas de la zona deportiva.
A lo lejos en el skyline se ven todas las torres de la Castellana, como las cuatro torres o las torres Kio.
Si quieres pasar un rato viendo las vistas, puedes. Si no hay mucha gente podrás incluso sentarte un rato en los escalones. Pero, si hay mucha gente, suelen dejarte un tiempo determinado para estar allí arriba antes de obligarte a bajar. Suele ser entre media hora y cuarenta y cinco minutos, pero con veinte minutos tienes tiempo suficiente para ver todo ya que al fin y al cabo el mirador es muy pequeño.
La última vez que fui intenté quedarme más tiempo de lo previsto y acabaron echándonos de allí. Mis amigas y yo queríamos ver el atardecer desde el mirador, pero entramos demasiado pronto y no nos pilló ese momento del día en lo alto de la ciudad.
La última vez que fui vi que también han preparado una zona para niños y a ciertas horas hacen un pequeño espectáculo las “mascotas del mirador” con un teatro para los más pequeños.
Para mí, el mejor momento del día para acercarse es el atardecer, como ya he dicho antes. La ciudad adquiere otro color y se ve todo con otra luz, de colores y mucho más bonito. Sin embargo, cualquier hora del día está bien para subir. Eso sí, deberíais aseguraros de que no os va a dar el sol de frente o la luz os impedirá ver fácilmente la ciudad.
También hay que tener en cuenta que todo se ve mucho mejor si es un día soleado y no está nublado, pues las nubes o la niebla quitan mucha visibilidad y el mirador pierde parte de su encanto. Además, aunque no lo sé a ciencia cierta, he leído que si es un día lluvioso el mirador suele cerrar, por lo que lo mejor es no arriesgarse y acercarse cuando hace bueno.
Me parece que es un sitio que no es muy conocido ni entre la gente de fuera ni entre los de la propia ciudad y sin embargo es uno de los mejores sitios para verla. Es verdad que existen otros miradores más céntricos como el de el Círculo de Bellas Artes o el del Palacio de Cibeles, pero desde aquí la vista es totalmente distinta. Es a una altura mucho menor y en pleno centro de la ciudad, por lo que no verás el cielo despejado que se ve desde Moncloa, sino los edificios de los alrededores, sobre todo la Gran Vía.
Yo os recomiendo ir, yo he estado dos o tres veces y está bastante bien para pasar un rato y ver la ciudad.