Es una tienda de alimentación muy auténtica, como las de antes.
Al estilo de las tiendas de ultramarinos. Tiene muchos tés, cafés, frutos secos, aceitunas con muy buena pinta y buenos precios. La calidad, muy buena.
Hay cafés en silos de metal y con piezas de latón dorado, latas de tés (habrá 100 por lo menos), tarros de cristal grandes con tapa como las gaseosas antiguas, mermeladas con tela en de saco como las hacías las abuelas.
También hay vinos de zonas poco conocidas de España y cerrvezas artesanas de España.
Incluso hay una pila auténtica con grifos de latón antiguos.
Tienen un gran mural con un paisaje de montaña de los picos de europa, y un tejadillo en el interios con jamones y chorizos colgados, como las cocinas antiguas de curar la matanza.
La fachada es como las de las tiendas de antes, como las de la plaza mayor de madrid.
Lo mejor es que además te puedes tomar allí un café en barra o pedirlo para llevar. El capuccino, el mejor que he probado.
Se pueden hacer fotos muy guapas.
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