Para los que no lo sepáis, Banksy es un grafitero británico anónimo. Nadie sabe quién es, pero sus obras se venden por millones. Es imposible que conozcáis alguna obra suya, aunque no sepáis que le pertenece.
Soy una entusiasta de Bansky. Tengo libros, me he visto muchísimos documentales y sigo al día todo lo que hace. Cuando estuve en Ámsterdam aproveché para ver una exposición que había sobre el artista y para ver algunas más de sus obras en el Moco Museum.
Por lo tanto, cuando oí que llegaba una exposición sobre el artista a Madrid no podía perdérmela.
Fui poco después de que se estrenara. La exposición está en el IFEMA. En la estación de metro Feria de Madrid, un poco lejos del centro, por lo que tendréis que ir expresamente para ver la exposición.
El precio no es nada barato. Yo compré allí las entradas, según llegué. Pero, si tenéis claro cuándo vais a ir, lo mejor es comprarlas en la página web y además aprovechar el descuento que hacen con el carné joven de la comunidad de Madrid.
Una vez que llegas allí, habrá una pequeña cola que tendrás que hacer. Van dejando entrar a la gente escalonadamente, para que no haya grandes aglomeraciones dentro.
Cuando estás a punto de entrar, la persona que esté allí os indicará cómo descargaros una audioguía. Si no os dice nada, pedídselo, porque está incluido en la entrada. Pero, en realidad, la audioguía está dentro de la página web de la exposición, así que, aunque no os digan nada, podéis llevarlo ya preparado.
La primera sala es un documental de algunas de sus obras. Todas las salas, en general, se dividen en objetos de exposición y vídeos.
Quiero aclarar que es una exposición no autorizada por el artista. ¿Qué quiere decir esto? Sí, son obras originales, pero son obras que han adquirido coleccionistas privados y que han juntado para la ocasión (y para sacarles rentabilidad). El artista no se beneficia de esto.
Por lo tanto, no hay originales como tal. Son láminas, cuadros, ediciones limitadas de sus pinturas, etc. Incluso hay alguna escultura un tanto curiosa. Pero sobre todo son láminas, todas muy conocidas.
Además, en algunas salas había unos bancos, todos llenos de grafitis que, a pesar de no formar parte de la colección, muchas personas pensaban que sí y no se sentaban en ellos.
Había muchas citas del artista por las paredes. He olvidado decir que no había prácticamente luz en la exposición, sino que estabas prácticamente a oscuras y cada cuadro tenía una iluminación individual propia. Además, había algunas explicaciones en las paredes que dejaban mucho que desear. La exposición viene desde Rusia y, al traducir los letreros y explicaciones, eran muchas las faltas de ortografía. Esto quitaba mucha credibilidad y quedaba sinceramente mal, muy poco profesional.
Una sala me resultó curiosa, estaba llena de cámaras de seguridad que te iban enfocando todo el tiempo mientras en unas televisiones se proyectaban tanto las imágenes de las cámaras como noticias de televisión sobre obras de Banksy que habían ido apareciendo.
También había varias salas dedicadas a otras cosas de las que ha hecho a parte de grafitis. Había un vídeo sobre Dismaland, una pequeña sala con obras de las que expuso en el museo de Bristol y otra sala entera con fotografías de su hotel con las peores vistas del mundo (el muro de Gaza).
Como no podía ser de otra manera siendo Banksy, la exposición termina con un largo pasillo con las letras “Exit thought the gift shop” no sin antes dedicar una sala solo a la niña con el globo y a mostrar imágenes de cómo fue destruido en directo. Si no sabías quién era el artista, después de esto seguro que sí.
La tienda de recuerdos fue un poco decepcionante, no había ni una mísera postal con una obra suya. Como he dicho, es una colección privada, por lo cual no tienen posibilidad de vender merchandising de Banksy. Tan solo había latas de pintura en spray y algunas cosas para aprender a hacer grafitis. Así como una sudadera (demasiado cara) con el nombre de la exposición, que de nuevo no hace alusión al artista. Sinceramente, no merece la pena comprar nada.
La exposición está bien, las obras son originales, alguna no la había visto hasta ahora. Sin embargo, se queda pequeña y el precio a pagar es un poco excesivo.