Hoy vengo a mezclar algunas de las cosas que más gustan a la gente: los helados, el verano y las cosas novedosas. A mí personalmente el verano no es que me entuasiasme demasiado, pero al menos sí que me gusta enormemente algo del verano: los helados. Así que he decidido hablaros sobre un lugar veraniego en el que han decidido reinventar los helados: Lolo Polos Artesanos.
Uno de los tipos de helado que más nos gusta tomar en verano son los polos, pero es cierto que la gran mayoría de polos artificiales que venden en heladerías, supermercados o similares son de todo menos sanos. Su sabor suele ser artificial, de hecho, a mí, por ejemplo, helados como los calippos de fresa me recuerdan a los típicos jarabes que dan a los niños cuando están enfermos. Además, casi todos utilizan colorantes para conseguir que el color nos llame suficiente la atención como para querer comprarlos.
(Fotografía sacada de la página web de Lolo Polos)
¿Cómo nació Lolo Polos?
Las creadoras de Lolo Polos, dos hermanas, siempre tomaban los polos artesanos y naturales de su madre cuando eran pequeñas, así que decidieron recrear esos sabores tan auténticos reinventando los helados que ya conocían para que sus hijos disfrutasen de ellos como lo habían hecho ellas hasta ahora al mismo tiempo que tomaban fruta y se divertían comiendo algo rico pero sano. Así nació esta pequeña empresa artesana que está creciendo cada vez más y más rápido.
(Fotografía sacada de la página web de Lolo Polos)
Ellas dicen que sus nuevos polos son tan diferentes a los que ya conocemos que prefieren que en vez de llamarlos polos sin más, los llamemos directamente y como su nombre indica "Lolos". Y es que es cierto que poco tienen que ver estos helados con los helados de hielo que conocemos. Calippos, flashes, Fantasmikos...Todos tienen dos cosas en común. La primera es que están riquísimos porque saben a frutas. La segunda es que todos son poco nutritivos y tienen mucha azúcar. Todo lo contrario a los Lolos, que saben a fruta, sí, pero a fruta recién exprimida y triturada.
La gran parte de estos helados están hechos casi completamente de fruta, y algunos contienen yogurt o leche, pero casi nada de agua, ni colorantes, por lo que en su sabor se nota claramente la potencia de la fruta que estás tomando, y además, dependiendo de los ingredientes, puedes encontrarte algún trozo de la fruta que hay en tu helado. Eso no significa que no lleven dulce, porque muchos llevan chocolate, así que tienes un 2x1.
Las creadoras de los lolo polos viajan por el mundo en busca de nuevas recetas con las que sorprender a sus clientes cada día, así que es prácticamente imposible pasar por su tiendecita en cualquier momento y no encontrar un sabor que te guste mucho. Esto a veces puede ser un "problema". Y es que Lolo Polos cambia su carta cada una o dos semanas, así que la variedad llega a ser casi infinita. Esto significa que cada vez que pasas por delante de su puesto en Malasaña y echas un vistazo a la pizarra en la que ponen los polos del día y sus ingredientes, hay alguno que no has probado antes y por el que tienes curiosidad.
Hay de todos los sabores, entre ellos están los polos de limonada con melocotón y menta, limonada y mora, frambuesas y plátano, coco y chocolate (uno de mis favoritos), kiwi con frambuesas...A veces tienen algunos con ingredientes más especiales, como semillas chía o violetas. Hay muchísima variedad, y os puedo asegurar que el sabor de la fruta que conozcáis va a ser exactamente igual que el que notéis cuando le deis el primer bocado a vuestro lolo polos.
Es cierto que cuestan 2,95€, que tampoco es un chollazo de precio y menos para tratarse de polos, pero también es verdad que son helados artesanales, de sabores poco comunes y hechos con mucha fruta, y nada de esto es muy común ni se encuentra a menudo. Así que si pasáis por Malasaña y veis el sitio de casualidad, nunca está de más darse un capricho. Al menos una vez: tenéis que probarlos.
Dónde comer Madrid,
Madrid,
España
