Hoy he ido a comer al Heron City. Allí hemos encontrado un restaurante nuevo llamado Blue Frog.
No lo conocía, es un restaurante de comida americana. Una mezcla de Vips y Tommy Mel’s, por si conocéis estos otros.
El local es bastante moderno, todo azul y metálico, con un toque de restaurante americano, pero algo más elegante. Las sillas eran marrones como de cuero acolchadas y también había sillones. Tenían también una barra con un camarero. Y todo el tiempo sonaba música pop actual en inglés.
Para cuando hace buen tiempo, tenían también una terraza, con paredes de cristal y algo de techo, que aislaba del viento. A pesar de ir a finales de marzo, casi había más gente en la terraza comiendo que dentro del restaurante.
Uno de los platos principales que tienen, el entrante por excelencia del restaurante, son los nachos. Hay tres tipos distintos en la carta. Nosotros pedimos los Creamy Spinach & Cheese Nachos y sinceramente, no son nada del otro mundo. Es un plato muy pequeño para el precio. Sin embargo, los que pedía todo el mundo eran los Nachos Tribeca que tenían bastante mejor pinta y muchos más ingredientes.
En cuanto al resto de la comida, la carta tenía ensaladas, hamburguesas, pasta, sándwiches, carne de todo tipo y flatbreads. Esto último no lo había oído nunca.
Finalmente yo pedí un flatbread de queso y salsa de tomate. Os dejo aquí la foto. Mi plato en sí me gustó, pero no demasiado. La salsa era demasiado dulce en comparación con los quesos y el pan y no me parecía que la combinación casara bien. Sin embargo, tampoco puedo decir que estuviera malo porque me gustó.
Me quedé con ganas de probar unos macarrones bacon and chesse. Los típicos americanos. Pero lo dejaré para la próxima vez que vaya.
Las hamburguesas también tenían muy buena pinta. Todas ellas venían con una ración de patatas gajo y salsa de kétchup. En realidad, aunque es esto lo que ponen, no son las patatas gajo que nosotros relacionamos, sin embargo, están muy buenas. En algunas hamburguesas, en vez de este acompañamiento, eran batatas con salsa de nata.
La salsa de nata me pareció curiosa y no terminó de convencerme. Venía tanto en estas hamburguesas como con los nachos que pedimos. Y es que estaba fría. Te la servían prácticamente como si fuera un helado y no me gustó la combinación de plato caliente y salsa fría.
No pedimos postre, pero la carta era bastante amplia. Tenía tartas, wafles y bastantes tipos de batidos.
En cuanto a la relación calidad-precio, hay muchos restaurantes muy parecidos y con precios casi similares. Ni caro ni barato, pero otros restaurantes suelen permitir rellenar las bebidas gratis y, aquí, te cobraban cada bebida. Esto lo hace un poco más caro que otros restaurantes similares. Para ir una vez o dos está bien, pero no es un sitio como para ir muy a menudo, a no ser que os apasione alguno de sus platos principales o que seáis unos entusiastas de los nachos.