Rocambrolesc

No conozco a una sola persona que no le gusten los helados, son unos caprichos súper dulces y muy fresquitos para tomártelos en verano. Rocambrolesc es una heladería muy original que hay en Madrid. Hacía un tiempo que quería ir a este sitio y hace poco aproveché para acercarme a tomar algo.

Lo más especial de este sitio es que no son unos helados cualesquiera, son unos helados hechos por Jordi Roca, uno de los mejores cocineros y chefs del mundo. Es el encargado de la pastelería y los postres en El Celler de Can Roca, un restaurante con el que su familia ha conseguido tres estrellas Michelin.

Esta heladería es una buena manera de acercarse un poco a la alta cocina (en cuanto a postres se refiere) sin tener que para ello dejarse un riñón ni tener que viajar hasta Girona, donde tienen el restaurante principal.

Dónde está

Esta heladería es muy pequeña y se encuentra en pleno Madrid, en el Corte Inglés de la Calle Serrano. Este tiene muchas plantas dedicadas a la moda y por último tiene tanto una planta de comida gourmet como una terraza cerrada en la que se encuentran tanto esta heladería, como un restaurante llamado el Columpio y el StreetXo de Dabiz Muñoz, otro cocinero español con estrella Michelin. Además, estos tienen una terraza exterior en la que suele haber incluso cola para entrar. En general, es un ambiente que no todos los universitarios se pueden permitir, al menos a diario, pero para un pequeño capricho, están muy bien.

El lugar que tiene la heladería es muy pequeño pero muy divertido y original. Está decorado inspirado en la fábrica de chocolate de Willy Wonka, y no es difícil darse cuenta.

Justo antes de llegar, ya en el pasillo hay un cartel con fotos y carteles promocionales de algunos de sus helados, bastante divertidos.

Los helados están colocados en una especie de carrito de los helados móvil, aunque está totalmente fijo y está unido al resto de la decoración con unos tubos rojos, como unos bastones de caramelo.

El resto del escaparate es como una gran máquina de un color azul muy bonito, está todo lleno de engranajes y botones de colores, es muy divertido y realmente parece de la película.

Después hay una zona con tan solo tres mesas con unos taburetes. Esto también es muy original. Tanto las sillas como los taburetes son engranajes, tienen exactamente la misma forma y son muy curiosos. Hay mesas de dos y de cuatro. La pared aquí está llena con tarrinas de helado de diferentes sabores y colores, es muy original y queda muy bonito de ver. Estoy segura de que a los niños les apasiona este lugar.

También tiene una estantería con algunos productos que vende, a parte de los helados. Entre otras cosas me llamó la atención unas tabletas de chocolate (bastante caras) pero que tenían exactamente la misma tipografía que tenían las del billete dorado de Willy Wonka, aunque aquí se llamaban Roca.

Los helados

Ahora es cuando llego a lo verdaderamente importante: los helados. Lo primero de todo, tienen unos polos súper divertido. Sé que parece una tontería llegar hasta aquí para comerte un polo congelado, pero es que los había tan originales como un Icephone, con forma de helado, o un Velencoco (del actor Andrés Velencoso), con forma de escultura griega. También para los más madrileños había un oso sin madroño. Además, si es vuestro cumpleaños hay unos polos con forma de tarta que tienen incluso una vela. No me digáis que no es un regalo origina si tenéis un cumpleaños en verano.

En cuanto a los helados en sí, no tienen mucha variedad de sabores, pero son todos bastante originales. Había algunos muy tradicionales como un helado de yogurt y otros más originales como un sorbete de mandarina, fruta de la pasión y flor de azahar, que fue el que me pedí yo. Sinceramente, lo mejor aquí es coger algo raro que no vayas a encontrar en ningún otro sitio. Hay tarrinas y cucuruchos de varios tamaños, por lo que podrás elegir según el hambre o el presupuesto que tengáis.

Además, tienen una cosa súper original y es que tienen diferentes toppings que echar al helado y que vienen ya incluidos en el precio. Además, no son las típicas galletas normales que tienes en otros restaurantes, sino que tienes un montón de cosas más difíciles de encontrar, por ejemplo, había unas perlas de distintos sabores, como frutos rojos o yogur. Había muchos tipos de nubes de gominola, yo cogí una de flor de sauco, que no sabía ni lo que era pero que estaba bastante bueno. También me llamaron la atención otros como unos Petazetas de chocolate, que no sabía ni que existían y otro de algodón de azúcar. Tenían allí a un lado la máquina de hacer algodón y cuando alguien lo pedía, lo hacían en el momento.

Yo, ya que estaba allí, pedí una cosa todavía más distinta, que son unos panets que tenían.

Esto es básicamente un pan dulce, un brioche. Lo que hacen es partir el pan por la mitad, echarte dentro el helado que pidas, tres toppings y después otro pan encima, entonces lo que hacen es cerrarlo y calentarlo para que los dos lados del pan se unan. El pan está súper bueno y se queda muy caliente en comparación con el helado, que obviamente está muy frío.

Lo único es que es algo para comerlo muy muy deprisa, porque si no, el helado se deshace al momentoy rompe el pan y os vais a acabar manchando por todas partes. Lo mejor es comerlo deprisa y por si acaso aprovechar las mesas, para poder apoyarlo. Hay unas pequeñas cucharas de madera en el mostrador que os van a ser muy útiles. Sobre todo, digo esto porque os lo dan en un papel plastificado y es muy fácil que se os caiga y os manchéis. Pero es súper curioso porque incluso este papel es muy original y es como si fuera un periódico con la historia de cómo surgió la idea de hacer estos panecillos rellenos.

Aun así, todo estaba buenísimo, tanto el pan, como el helado y como los toppings y no dudaría en repetir, aunque cambiando de sabor y toppings.

Precio

Sé que esta es una pregunta importante. Obviamente no es tan barato como puede ser una heladería cualquiera, pero es que no son unos helados cualesquiera. Los polos costaban entre 3 y 5 euros. Y los helados eran un poco por el estilo, entre 3 y 4 euros. El brioche que es lo que pedí yo fueron 4,95€ que para la cantidad que tenía, me parece un precio aceptable, por lo que no tengo ninguna queja.

Es verdad que no es un sitio al que ir todos los días a tomarte un helado, pero si buscas algo más original y para ir solo alguna vez de vez en cuando me parece un sitio estupendo. Además, no todo el mundo puede decir que ha probado un plato ideado por una persona con tres estrellas Michelin, pero con esto ya puedes decir que has probado unos helados de Jordi Roca. Así que yo os recomiendo muchísimo acercaros aquí y elegir lo más raro y original que veáis en la carta, no os va a decepcionar.