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Limbo


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Un asador muy moderno

Publicado por flag-es Alicia López — hace 4 años

No conocía este lugar hasta hace relativamente poco. La primera vez que pasé por delante me maravilló la decoración y el ambiente que había dentro, y no tardé mucho tiempo en volver para entrar a comer.

El restaurante se llama Asador Limbo y pertenece a Bastardo, un hostal muy moderno y juvenil en pleno centro de Madrid, al lado del metro Tribunal.

Un asador muy moderno

El restaurante sigue la misma temática, es todo muy moderno, de un estilo muy americano, con una decoración muy metálica.

Para entrar al restaurante debes hacerlo por el hotel y pasas al lado de la recepción. Toda la planta baja es un gran restaurante dividido en varias zonas. Según entras, la zona de la derecha es más zona de cafetería/bar durante el día, mientras que la zona de la izquierda es el restaurante en sí mismo.

Por la noche, cuando pasé yo, dedican toda la planta propiamente al restaurante. Además, lo normal es que haya música en directo o algún tipo de actuación que normalmente está expuesta en la página web y en unos carteles que empapelan las cristaleras del asador. También he visto que en ocasiones hacen eventos como recitales de poesía, conciertos o presentaciones. Tienen una zona de escaleras que son para sentarse y he ido a ver recitales de poesía allí. Cada vez hacen más eventos. Incluso hace poco hubo expuesta por todo el hotel y el restaurante una exposición de arte contemporáneo.

Un asador muy moderno

Cuando yo fui a comer, no tardaron en atendernos y darnos una mesa. Hay una gran fila de mesas para dos personas y después se encuentran unas mesas redondas con sillones para grupos más grandes. También hay una gran barra donde también te puedes sentar a comer.  Se puede reservar con tiempo, ya que el sitio es bastante pequeño y tienen unas mesas de madera al fondo especial para grupos, pero sin reserva es casi imposible encontrar sitio si sois muchas personas.

Hay una planta superior, pero yo no he llegado a verla abierta, cuando fui había gente arriba trabajando. Igual solo la abren cuando hay mucha gente o es que todavía no está terminada, ya que el lugar en sí lleva poco tiempo abierto y sigue creciendo (ahora están preparando una terraza).

Un asador muy moderno

En la mesa estaban los cubiertos y una pequeña carta de papel. La carta no es muy extensa, no hay demasiado entre lo que elegir (o más de cinco o seis platos y unos cuatro postres), aunque tienen muchos tipos de guarniciones y cosas para compartir. He de decir que todo lo que probé me encantó. Pedimos pollo asado y unas croquetas y una guarnición de patata asada de feria, que es uno de los platos estrellas de la casa. También te sirven pan todo el tiempo y está buenísimo, se nota que es artesanal y no había probado un pan como este nunca.

El pollo asado al carbón es siempre el plato principal del restaurante. Desde cualquier mesa se puede ver el horno de leña en el que están asando los pollos. El plato lo sirven en una bandeja metálica, muy original, con una jarra de salsas y unas patatas chip. De sabor estaba muy bien.

Un asador muy moderno

Las croquetas que pedimos para compartir estaban muy buenas, aunque la ración me pareció muy pequeña para un solo plato. Cualquiera se hubiera quedado con hambre.

Un asador muy moderno

Por último, pedimos la patata asada de feria, que era una gran patata con queso y varias especias que estaba muy buena y era enorme, por lo que llenaba bastante para ser una guarnición. Para acompañar esto y el resto de los platos, nos dieron tres salsas, una de ellas era salsas barbacoa con Bourbon, otra era una salsa especial del restaurante, que era un poco picante y la otra era una de perejil y ajo. Combinaban bastante bien y también se podían usar con el resto de los platos.

Por último, decidimos también pedir un postre. Tan solo pedimos uno, pero a mí me maravilló. Escogimos un cremoso de chocolate blanco con fresas estofadas y espuma de violetas.

Un asador muy moderno

Ya de por sí la presentación era muy buena, pero el sabor más. Igual es un plato demasiado dulce para alguien a quien no le apasionen los postres. La base era una crema de chocolate blanco sobre la que descansaban unas fresas con una especie de mermelada y sobre ambas estaba un mouse. Esta fue la que más me llamó la atención, era muy suave y tenía el sabor de los caramelos de violeta, muy típicos de Madrid. Estaba realmente bueno.

En cuanto al servicio, me pareció muy bueno. El trato era muy amable y la velocidad a la hora de atender estuvo muy bien. En ningún momento tuvimos largas esperas, a pesar de que no dejaba de entrar gente al local.

Por último, el precio no me pareció desorbitado si tenemos en cuenta dónde se encuentra el local (en pleno centro de Madrid), lo cual suele subir los precios. Sin embargo, no me pareció excesivamente caro.

El lugar está muy bien, aunque la carta no sea muy extensa, solo por el ambiente merece la pena. Pero si podéis elegir, estoy segura de que el lugar está mucho mejor por la noche, para cenar, que a mediodía.

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