Museo Arqueológico

Sé que cuando estás de Erasmus, acercarte a un museo arqueológico no es lo primero que se te pasa por la cabeza. Pero es verdad que cuando te vas un tiempo a vivir en otra ciudad, qué menos que aprender un poco de cultura y de historia de ese sitio que es, durante un tiempo, tu casa.

Madrid tiene un Museo Arqueológico que no habla solo de la provincia, sino de toda España y también de otras culturas y tiene piezas muy curiosas que, si te atrae un poco la historia, te van a resultar muy interesante. Estoy segura de que a España viene gente a estudiar carreras como Historia o Historia del Arte y esto les puede interesar.

Además, aunque ya hayáis visitado el museo antes, no hace mucho tiempo que han renovado todo el interior, por lo que la disposición es totalmente distinta y hay objetos nuevos.

El Museo Arqueológico de Madrid se encuentra en la calle Serrano, detrás de la Biblioteca Nacional y muy cerca de la Plaza de Colón, en una zona muy céntrica.

El exterior del edificio es todo de piedra, con grandes columnas y un pequeño jardín y desde fuera no se llega a apreciar lo grande que es su interior.

Antes de entrar al museo en sí mismo, hay, a la izquierda, unas escaleras que llevan a un sótano. El sótano tiene una pequeña sala con una recreación del techo de las cuevas de Altamira, de Cantabria. Es un yacimiento arqueológico de la prehistoria, el más conocido en España y que es especial por sus pinturas rupestres.

La gracia del lugar es que en la prehistoria utilizaron la forma de la roca para dibujar a los animales con relieve y, cuando vemos las imágenes en la televisión, esto casi no se aprecia. Sin embargo, aquí se e perfectamente cómo jugaron con la forma de las rocas y, por si no puedes levantar mucho el cuello o quieres verlo mejor, bajo él hay un cristal enorme que refleja los dibujos a la vez que enseña documentales sobre el lugar.

Una vez que sales de esta sala, puedes entrar ya al museo. El museo tiene cuatro plantas. Cada planta tiene una temática distinta, cada planta es más actual que la anterior, en orden cronológico.

Por eso, según entras (la planta baja), está todo dedicado a la prehistoria. Hay objetos originales como piedras, lanzas y utensilios de caza encontrados relativamente cerca (por Madrid y por toda España). También hay huesos de animales prehistóricos, que para mi fue lo que más me llamó la atención de este periodo, son enormes. Por último, también hay recreaciones con figuras de cómo era la vida. Cómo eran las casas, cómo eran los enterramientos, etc.

Según van pasando los años a través de las salas van cambiando los objetos. Con la llegada de la era de los metales se empiezan a encontrar joyas y cosas decorativas, y no tanto cosas dedicadas a la caza.

Una vez que dejas toda esta planta atrás (que, por cierto, es la más grande de todas), llegas por unas escaleras a la primera planta. Aquí la temática cambia y llega la romanización de la península, cuando los Romanos invaden gran parte de España. Aquí cambia todo completamente (abarca muchos siglos) y encontramos muchas esculturas. Una de ellas, la más conocida en España es la Dama de Elche, que ha pasado unos años expuesta en el Museo del Louvre. Esta está perfectamente conservada y tiene el interior hueco. Nunca se supo por qué, pero parece como si fuera una urna funeraria.

Otros de los objetos más famosos (y bonitos) son unas coronas del tesoro de Guarrazar. Unas ofrendas del rey a una de las basílicas de Toledo. Están muy trabajadas, son de oro y están llenas de detalles. Merece la pena verlas y apreciar todo el trabajo que llevan detrás.

En esta planta está tanto la romanización y la edad media como la época moderna. Además, hay una zona dedicada exclusivamente a las Islas Canarias donde podemos ver una momia perfectamente conservada.

También hay un gran patio interior con un techo de cristal que es muy bonito y tiene estatuas y construcciones romanas, pero están muy separadas, no es agobiante y es el rincón más bonito de todo el museo.

Entre esta primera planta y la última, hay una más pequeña que está dedicada exclusivamente a la historia de la moneda. Desde el momento en el que se utilizaban objetos como la sal o el arroz, pasando por cuando el dinero estaba respaldado en oro, hasta ahora, que utilizamos casi exclusivamente las tarjetas de crédito. Es una exposición distinta y bastante curiosa que muestra todo este proceso por todo el mundo, no solo en España. Si estudiáis o habéis tenido alguna asignatura de economía habréis estudiado todo este proceso y es muy curioso de ver y se puede aprender un poquito más.

Tras esto se sube ya a la última planta. He de decir que las escaleras son preciosas y asombrarían a cualquier estudiante de arquitectura. La segunda planta (la de la moneda no la cuentan como planta) está dedicada exclusivamente a Egipto y Grecia.

Egipto me llama mucho la atención y hay en estas salas bastantes momias y sarcófagos. Algunas de las momias no las han podido abrir y te muestran justo encima una radiografía de lo que se encuentra dentro de las telas que se ven desde fuera, cubiertas con láminas de oro.

También hay recreaciones de enterramientos, con los sarcófagos y las vasijas y es todo bastante curioso.

Por último, la zona de Grecia está dedicada casi exclusivamente al barro, es decir, a las vasijas que se hacían con este material. Las vasijas y el resto de los utensilios de este material son, como ya sabemos, de un color marrón anaranjado. Me llamó la atención que se dedicaron a pintar los fondos de negro y a dejar el marrón para las figuras, aunque también pintaron partes de estas de negro para hacer detalles como barbas. Me pareció curioso que no lo hicieran al contario, pintando las figuras en vez del fondo.

Toda la sala utiliza estas vasijas para mostrar los diferentes lugares, como la polis o ciudad, cómo eran las casas o qué se utilizaba para los enterramientos. Es curioso pero lo que se muestra es casi siempre igual.

La exposición permanente acaba con esto, pero, la última vez que fue en abril había una exposición temporal llamada Cabezas Cortadas y mostraba, como os podéis imaginar, cráneos atravesados por lanzas u otros materiales. La primera sala eran cabezas de distintas partes del mundo que se veneraban o se reducían por sus creencias y ritos. Es bastante curiosa y tétrica pero poco a poco se vuelve más científica y muestra cómo se tratan los huesos en un laboratorio y cómo los reconstruyen.

En general, el museo me parece muy interesante. Con la renovación también lo han modernizado y, en cada planta, hay un puesto con unas gafas de realidad aumentada que te muestra escenas de la vida en ese momento de la historia.

También han preparado zonas para ciegos (aunque las suelen disfrutar los niños) con objetos que se pueden tocar e inscripciones con información en braille. Esto me parece un punto super importante.

Aunque a veces es gratis, el precio máximo es de 3€, por lo que no es una gran pérdida para vuestro bolsillo y es simbólico en comparación con la cantidad de objetos que hay en el interior.

El museo es muy grande e interesante y para pasar una tarde lluviosa o para conocer un poco más de historia es de los mejores sitios de Madrid.