Hace mucho tiempo que descubrí este pequeño lugar y, ya que no es muy conocido, hoy vengo a compartíroslo.
En realidad, es un sitio muy pequeño, pero a mi me pareció muy especial desde el momento que lo conocí.
Se encuentra situado en pleno barrio de Salamanca en Madrid, en una calle de casas antiguas muy bonitas. Se trata de un pequeño patio interior de una vivienda privada. Lo curioso es que su interior está abierto al público y dentro se encuentran dos tiendas de moda.
La primera de ellas tiene pinta de haber sido tradicionalmente una pequeña casa, de dos plantas. Después se convirtió en una tienda de muebles antiguos, de segunda mano, donde se vendían también los muebles originales de la casa. Aunque esto estuvo hasta hace relativamente poco, desde hace unos años el local pertenece a la marca de ropa juvenil Brownie.
La tienda ha conservado bastantes de los muebles originales, por lo que está todo colocado como si se tratara de una casa, tiene incluso una terraza en la parte alta a la que se accede por unas escaleras exteriores.
El otro local es una tienda de zapatos, de la marca Andreas, pero no llama la atención en comparación con la otra ya que es un local diáfano y totalmente restaurado.
Lo curioso y más bonito del lugar es el patio en sí. Se entra por una gran puerta de madera, que por el día está abierta pero que cuando cierran las tiendas, cierra también, pues es al fin y al cabo un patio de vecinos. Sin embargo, si tienes oportunidad de ir en invierno, cuando es pronto pero ya ha anochecido, el sitio se transforma totalmente.
Según entras, a la derecha, está la puerta del bloque de pisos y una portería donde siempre hay alguien. Y hay un pequeño pasillo, techado que acaba con un cartel, decorado con plantas y luces de colores con el logotipo de Brownie, la tienda en sí.
El cartel forma una especie de arco y cuando pasas por él llegas al fin al jardín. Es un patio interior cuadrado que está decorado enteramente con algunos de los muebles que no se vendieron de la tienda anterior. La decoración cambia de vez en cuando, pero hay desde una moto Vespa hasta sillas y mesas de hierro pintado de colores e incluso una pequeña fuente con pájaros de piedra. La foto es de cuando fui en navidades, por lo que tiene una decoración especial, con guirnaldas y un Papa Noel en la puerta.
A la derecha hay una parte que parece estar separada del resto con unos arbustos, que encierran un poco el lugar. Dentro hay unas mesas y sillas de piedra y muchas macetas y plantas. También hay una especie de invernaderode plantas, todo de cristal, en el que hay un sillón lleno de cojines. La ultima vez que fue estaba decorado con cosas de la tienda de ropa, esta decoración también la van cambiando de vez en cuando.
Es muy curioso porque, aunque parezca un rincón público, es totalmente privadoy por lo tanto se ven todas las ventanas de los vecinos y cómo ellos entran y salen del portal, parece como si te hubieras metido en una casa ajena sin avisar, pero el sitio merece la pena (y es totalmente público).
Aunque el sitio no es muy conocido, los dueños de las tiendas quieren darlos a conocer y la última vez que entré leí en un cartel que iban a hacer un evento y que en el invernadero iban a colocar una máquina de hacer helados, a modo de tienda pop-up, me gustó bastante la idea, todas las sillas y mesas se podrían convertir fácilmente en una terraza un poco escondida del bullicio de Madrid.
Si tenéis la oportunidad de acercaros a este rinconcito de Madrid, no lo dudéis. No he visto nunca a nadie haciéndose fotos allí, pero es un lugar muy bonito para ello. Además, si eres fan de la marca de ropa de Brownie, no vas a encontrar un local tan bonito como ese en todo Madrid.