Amorino

Soy una italiana amante de la cultura gastronómica que ofrece nuestra preciosa península, y cuando estoy en el extranjero (es decir, siempre) de vez en cuando busco algo que me recuerde a mi país, que tanto echo de menos.

Tengo que decir que estoy abierta a nuevas culturas culinarias, de hecho no como pasta, solo arroz. Como mucho picante y en particular, comida asiática. Pero para mí el helado es como el café. Es un soplo de aire, orígenes y hogar. El café me lo hago yo misma con mi maravillosa máquina de café. Pero el helado... lo compro.

En realidad también suelo comprar café, he tenido que acostumbrar a mi refinado paladar a los cafés del extranjero (mucha agua y poco café). El helado me lo como hasta en invierno. Exactamente. Estoy caliente por dentro. Como del que venden en bandejas o para una persona.

Pero hace un par de años descubrí Amorino. Es una especie de bar que podéis encontrar en Londres, París, Estrasburgo, Barcelona, Valencia y Lisboa, entre otras muchas ciudades del mundo. Generalmente se ubica en zonas centrales y turísticas, como por ejemplo la Rua Augusta de Lisboa o en frente de la Catedral de Estrasburgo. No podrían estar más centrales.

Claramente se trata de una técnica de marketing. El bar es muy conocido y vende muchísimo allá donde esté. Amorino, como habéis visto tiene un nombre italiano y vende principalmente helado, como no, italiano. En realidad no tengo pruebas de hasta qué punto será italiano, pero tengo que admitir que está muy bueno. Los pistachos no tienen un color muy intenso (lo que significa que llevará más colorante que pistacho), es verde oscuro. Obviamente cada país tiene sus variantes.

En Estrasburgo por ejemplo vendían gofres con chocolate. En sitios donde hace calor, como Barcelona, Valencia y Lisboa, no vendían esas cosas, pero hacían muy buen café con nata opcional, buenísimo.

Lo mismo pasa con París. Amorino está en una de las partes centrales de París. Sí, sí, en el centro hay muchos. Tan solo en los alrededores de los Jardines de Luxemburgo hay por lo menos 4 en cada esquina. Por lo que estáis dando una vuelta por las calles de París y hace buen día, con el sol y los grados justos, tomaos un helado en Amorino y después, id a los jardines, donde os podréis relajar en las sillas que ponen a disposición en la zona del lago, o basta con pasear. Os podéis sentar en el mismo Amorino y disfrutar de la vie française, hay que decir que tiene algo.

La vie c'est fantastique, parce que tu existes Paris.