Ópera Garnier

El verano pasado, viaje a París, Francia, por primera vez en mi vida. Los complejos de edificios de color crema que van de un lado a otro de la calle son tal y como los había visto en las fotos, y me sorprendió mucho el relajado ritmo de vida de la ciudad y toda la historia que hasta entonces solo había leído en los libros. Nos alojamos en un Airbnb cerca de la estación principal de tren, y, cada vez que queríamos ir a un sitio, íbamos andando o cogíamos el metro.

En uno de los días que pasamos en esta maravillosa ciudad, nos dimos cuenta de que había un lugar histórico que no estaba en nuestra lista y no sabíamos por qué.

La Ópera Garnier.

Soy una gran fan del Fantasma de la Ópera (tanto de la película como del libro), y dando saltos de alegría por poder ver la ópera que inspiró la obra.

Nos dirigimos a la puerta principal y compramos nuestras entradas. Cogimos una audioguía y empezamos a explorar ese gran edificio.

Lo primero que visitamos fueron los vastos salones y vestíbulos que rodean el teatro. Cada uno de los salones era magnífico; con mágicas obras de arte y una arquitectura que me hacían sentir como si estuviera dentro de un cuento. A la Ópera Garnier no se venía solo a ver obras de teatro, sino, a vivir experiencias. Todas las habitaciones por donde la gente podía pasear, comer helado y relacionarse con otros de los asistentes habían sido decoradas para crear un ambiente mágico. En los techos pintaron estrellas y espirales doradas, y, a los lados de la puerta principal se coloraron grandes estatuas. Coger una audioguía fue una buena decisión, ya que nos fue explicando cosas sobre el arquitecto y todas las ideas que le inspiraron para construir este impresionante edificio.

Como fan que soy del Fantasma de la Ópera, tenía muchas ganas de ver «su palco». Y efectivamente, enseguida encontramos una puerta con un cartel que indicaba que ese era el palco que el Fantasma solía reservar para ver la ópera. También aprendimos que en la vida real uno de los contrapesos de la lámpara de araña se cayó y mató a un espectador. Esto se uso como inspiración para la escena del libro (y de la película) donde se cae la lámpara de araña.

Conforme íbamos andando por los pasillos donde se encontraban todos los palcos, vimos bustos gigantescos de famosos, otro ejemplo del increíble arte que se puede encontrar dentro de la ópera.

Una de las mejores cosas de este edifico es el techo abovedado. Las ilustraciones originales están cubiertas por una obra de arte de Marc Chagall. Los colores brillantes hacen un fuerte contraste con la arquitectura, pero aumentan la belleza y el misterio del teatro. ¡Y no nos podemos olvidar de la lámpara de araña!

La Ópera Garnier ha terminado siendo uno de mis lugares favoritos de París. Es una visita obligada, y su historia, arquitectura y misterio te atraparán. ¡Disfrutad!