Musée Rodin (museo Rodin)

Sus manos sobre la piel de ella, tan pálida que parece una aparición. Con los dedos ligeramente flexionados, la sostiene con cuidado por la cintura. Es una gran expresión de amor sin ser un gran gesto, solo la simplicidad del contacto entre dos humanos.

Esta es la imagen que observan los turistas en una de las salas principales del museo Rodin del centro de París, en la encantadora y tranquila calle Varenne. El museo lleva abierto ya un siglo. Abrió sus puertas al público en 1919, después de la Primera Guerra Mundial. El famoso artista, escultor y pintor Auguste Rodin ofreció toda su obra, diseños, bocetos, colecciones y correspondencia a las autoridades unos años atrás, pero los planes para el museo se detuvieron por la guerra. Y aunque Rodin falleció antes del fin de la Primera Guerra Mundial, el museo se inauguró un año después de la victoria de los aliados.

La colección del museo incluye esculturas, dibujos, grabados, pinturas, cerámica, fotografía, una colección de arte clásico y los archivos, entre los que se encuentra su correspondencia. En esta entrada me centraré en los más famosos, y de ti depende escoger tus favoritos entre las obras menos conocidas expuestas en el museo.

El beso

Parece que entre los amantes del arte, hay cierta obsesión por representar el amor y la pasión. "El beso" de Rodin es tan famoso como el de Klimt y se ha reproducido por toda Europa. Si hay una obra de arte suya que ya conoces, seguramente sea esta. Representa dos amantes unidos en un apasionado beso; ambos están desnudos y no hay nada que les identifique, así que el público les dio un nombre muy sencillo: "El beso". En realidad, los amantes están inspirados en un pasaje muy dramático de la Divina comedia de Dante: el momento en que el marido vuelve a casa y encuentra a su mujero besando a otro hombre. Loco de ira y de celos, los asesina a los dos y ambos son condenados a una eternidad en el infierno. Por tanto, Francesca y Paolo también estarían en la famosa escultura "La puerta del Infierno" que hay en el jardín; sin embargo, Rodin decidió que la escultura era demasiado alegre y luminosa y que transmitía demasiada bondad y pasión como para estar en la tierra del eterno sufrimiento. Así que en su lugar, la esculpió a parte y se convirtió en una obra tan famosa como "La puerta del Infierno".

El pensador

Otra escultura gigantesca que se construyó para "La puerta del Infierno"; a diferencia de la escultura de los amantes besándose, esta sí que se mantuvo en la parte de arriba de la puerta. Es una obra inspirada en Dante, autor de la Divina comedia, sentado sobre el Infierno, observando su caos y reflexionando. Sin embargo, se exhibió una réplica de tamaño monumental de esta escultura que cautivó todavía más al público.

La puerta del Infierno

Al igual que con el resto de sus obras más conocidas, Rodin pasó varios años trabajando en esta puerta. La mayoría de figuras que imaginó para esta puerta no vieron la luz del día. Tras mucho tiempo, decidió dejar la puerta sin acabar y abandonó el proyecto por considerarlo demasiado grandioso. Finalmente, el director del museo Rodin le pidió permiso para retomarlo él mismo, pero esta vez en bronce. Rodin murió antes de poder ver su idea acabada, que ahora está expuesta en el jardín del museo.

Los burgueses de Calais

A Rodin le encantaba esculpir en bronce, y una de sus obras más conocidas y que se encuentra en el precioso jardín representa seis prisioneros atrapados eternamente en un instante de dignidad antes de sacrificarse. Fue un encargo que le hizo la ciudad de Calais para conmemorar la guerra de los Cien Años, un conflicto que dejó grandes estragos en la nación; en un momento crucial, seis nobles de la ciudad se entregaron a los enemigos para salvar al resto de habitantes. Cabe señalar que estos seis hombres no sabían que luego serían liberados. Cuando tomaron la decisión de sacrificarse por sus familias y amigos, lo hicieron convencidos de que iban a morir. Y ese fue el momento que Rodin, maestro de las emociones humanas, decidió capturar: no su victorioso regreso, sino la resignación ante la muerte por un bien común.

La cafetería del museo

Rodin tuvo una carrera muy fructuosa y nos dejó una enorme colección tanto de obras que él hizo como de obras que adquirió. El tamaño de su colección y su innegable calidad te dejarán satisfecho, pero seguro que acabas cansado y con hambre. Después de ver la exposición de acuarelas y la colección de esculturas, puedes coger sitio en una mesa de la cafetería del museo. Como es habitual en París, pagarás un precio desorbitado por una ensalada o por un dulce, pero sabes que estará todo riquísimo. Vale la pena acercarse y comer allí. Tienen una gran variedad de productos saludables si te apetecer dar un bocado, así como un menú para comer bastante decente.

Un par de detalles importantes

Es muy fácil llegar al museo desde el centro de París. Solo tienes que coger la línea 13 del metro. Bájate en la parada de Varenne; después solo tendrás que seguir la calle hasta llegar a la entrada, que está claramente señalizada.

El museo abre todos los días, excepto los lunes, de 10 a. m. a 5:45 p. m. La venta de entradas acaba a las 5:15 p. m., pero ten en cuenta que media hora no es tiempo suficiente para ver todas las esculturas del jardín, las del interior del museo y la exposición de láminas. Si eres estudiante y tienes menos de 26 años, estás de suerte: puedes entrar gratis a este museo y a muchos otros de Francia.

Un pedacito extra de Rodin

Si te has quedado con ganas de más después de visitar el museo Rodin, estás de suerte. Súbete a la línea RER C del tranvía, ve en dirección opuesta al centro de Paris y bájate en la parada Meudon-Val-Fleury, donde encontrarás la encantadora Villa des brilliants. Esta casa es el antiguo hogar de Rodin, donde él y su mujer están enterrados; a día de hoy, se ha reconvertido en un museo dedicado a las esculturas de este magnífico artista. Solo abre los fines de semana por la tarde, los viernes, sábados y domingos de 1 p. m. a 6 p. m.

En conmemoración de Camille Claudel

Cuando hablamos de Rodin, hay una figura muy importante en su vida que solemos olvidar: la de su antigua alumna y pareja, Camille Claudel. Fue una persona cautivadora, con un gran talento y de increíble belleza, pero tuvo la desgracia de vivir en una época con pocas oportunidades para las mujeres. Pasó diez años de su carrera y de su vida con Rodin, pero siempre estuvo a su sombra. Tuvieron una relación muy intensa, aunque sufrieron mucho por ella y por sus constantes desacuerdos; ambos eran personas dominantes y cabezotas. Tras una década de agonía, Claudel decidió acabar con la relación. Tuvo algo de éxito y ganó individualidad en su trabajo, pero hubo varios rumores y obstáculos que hicieron mella en su salud mental. Pasó los últimos treinta años de su vida en una institución psiquiátrica y dejó de esculpir.

Es crucial mantener vivo el recuerdo de esta extraordinaria mujer y de su obra. Si puedes, visita alguna de sus exhibiciones en París. La mayoría de sus obras se encuentran en la colección del ADAGP (Asociación de Artistas de las Artes Gráficas y Plásticas, por sus siglas en francés).