Disneyland Paris

¡Hola a todos!

Esta es la primera vez que escribo un blog y me gustaría empezar contándoos un poco sobre mi increíble viaje a ¡Disneyland Paris! Transportémonos al 5 de marzo de 2016. En primer lugar, no deberíais hacer caso a aquellas personas que dicen que Disneyland es solo para niños. Creo que una de las principales ventajas con las que cuenta este parque es que todo el mundo puede encontrar algo interesante que hacer, tenga la edad que tenga.

Desde el primer momento que puse un pie en Francia tuve claro que, durante mi periodo de estudios, tenía que ir a Disneyland. ¡Soy una gran fanática de los parques temáticos! Reservamos el viaje en enero y durante dos meses estuve esperando con ansia que llegara el 5 de marzo. A pesar de que les prometí a mis padres y a mi hermana pequeña que iría con ellos al parque al final del semestre, esto no me impidió en absoluto ir con el club de alumnos internacionales de mi universidad. Sabía muy bien que mi familia no querría montarse conmigo en las atracciones más "terroríficas" y, además, la experiencia entre amigos sería muy diferente. Por este motivo ¡decidí ir dos veces!

El comienzo de nuestra aventura

Desafortunadamente, el día no empezó muy bien. Sin contar que la noche anterior solo habíamos dormido dos horas porque estuvimos de fiesta, el día amaneció lluvioso y hacía mucho frío. Para mi era imposible pensar que el día todavía podía salvarse con aquel tiempo tan horroroso. Lo único que podía repetir todo el tiempo era: "¡Debería haberme puesto más ropa! ¿Por qué solo me he puesto un jersey? ". Esta frase es muy mía porque, desde que empecé mi estancia Erasmus en Francia, siempre tengo frío vaya a donde vaya. De todos modos, me uní al grupo junto con mi amiga Lucia de Eslovaquia y nos dirigimos hacia la primera atracción.

Uno de los chicos del grupo decidió preguntar a uno de los empleados del parque cuáles son las mejores atracciones, así pues, todos estuvimos de acuerdo en cuáles serían en las que nos montaríamos primero. En Disneyland tienen un sistema de gestión de colas de espera estupendo. Lo mejor es que, una vez que ya has pagado tu entrada, ya no tienes que volver a pagar nada más. Otra cosa genial es que, si no te gusta hacer cola, puedes evitarla consiguiendo un «fastpass» (valido para casi todas las atracciones). Con el «fastpass» puedes entrar en una atracción a la hora que te indique el ticket cuando lo sacas de la máquina y no hacer ninguna cola. En esta máquina también podéis comprobar cuánto tiempo de espera queda para entrar a un espectáculo. Fin de las explicaciones. Ahora, ¡hablemos de las atracciones en sí!

Atracciones

Primero, sacamos un «fastpass» para montarnos en la "mejor montaña rusa" de Disneyland: Space Mountain. Mientras esperábamos que llegara la hora que indicaba en el ticket del «fastpass», fuimos al simulador de Star Tour, dedicado a Star Wars. Estuvo muy bien para ser la primera atracción en la que nos montamos. Es parecido a ver una película en 5D. Mientras estábamos mirando la pantalla, nuestro asiento empezó a moverse y, por un momento, me sentí como si realmente estuviese sentada en un verdadero cohete espacial. No fue algo muy especial pero fue agradable como comienzo de nuestra visita. Tras salir del simulador, todo el mundo estaba deseando montarse en la montaña rusa. Me sorprendió que estuviese cubierta. Me dio un poco de miedo, pero me encantan estas cosas, así que supe que sería un experiencia genial. Me senté al lado de Lucia y comenzamos a movernos ¡en la oscuridad! Me encantó. ¡Va muy rápido! ¡Y a veces hace giros imposibles! ¡Una locura! Como todo está tan oscuro, las luces te sorprenden cuando sales al exterior. Cuando salimos, ¡todo el mundo estaba seguro de que teníamos que probar esta montaña rusa otra vez!

A continuación, decidimos probar otra montaña rusa: Indiana Jones. Cuando descubrí que esta atracción no está cubierta, me desanimé un poco. Incluso sacando un «fastpass» teníamos que esperar 40 minutos para poder entrar, así decidimos hacer la cola normal. ¡Era una cola infinita! ¡Larguísima! Afortunadamente, nuestro amigo Alberto nos dio conversación y nos olvidamos rápidamente de la cola interminable y del frío. Y finalmente... ¡logramos entrar! Esta montaña rusa también me encantó. Es similar a la Space Mountain pero al aire libre, así que puedes ver lo que se te vine encima si te sientas en primera fila, como hicimos nosotros. Me encantó la atmósfera que había a nuestro alrededor, con todos esos gritos. El viaje es algo corto, así que utilizamos el «fastpass» que habíamos sacado antes y volvimos a montarnos. Al terminar la segunda vuelta ya eran la 3 de la tarde y todavía no habíamos comido nada.

Antes de venir, todo el mundo me advirtió que la comida y la bebida son muy caras en Disney. Por eso me hice unos sándwiches en casa, pero no fueron suficiente. Fuimos a un restaurante y los precios me dejaron anonadada. Son más altos de lo normal, pero pudimos encontrar un menú por 13 euros, un precio muy normal para un menú en cualquier restaurante de Francia. Yo pedí lasaña, pan de ajo, tiramusú y un cappuccino. ¡Y todo estaba muy bueno! Después de comer y calentarnos un poco, continuamos explorando el parque. Y, finalmente, ¡salió el sol! Aprovechamos la oportunidad para hacernos una fotos, por supuesto. El Castillo de la Bella Durmiente se ve mucho más bonito bajo los rayos del sol que cuando lo vimos por primera vez. Y ahora, después de ver las fotos que nos hicimos, puedo decir que este castillo es unos de los lugares de Disneyland donde más magia se respira. Es enorme y tiene un color rosado precioso; gracias a él me sentí como si estuviera dentro de un verdadero cuento de hadas.

Después de hacernos mil fotos en el castillo, nos dirigimos a las atracciones de Piratas del Caribe, «Small Little World», el Carrousel de Lancelot y «Tower of Terror». ¡Me encantaron todas y cada una de ellas! En todas estas atracciones simplemente tenías que sentarte en un bote, en una silla o en algo parecido para disfrutar cómodamente de la experiencia. Se nota a simple vista que tuvo que llevarles mucho tiempo construir este parque temático, porque es enorme y cada edificio tiene muchísimas habitaciones en su interior.

Otro punto fuerte de Disney son sus desfiles. A las 7 de la tarde, la gente comienza a concentrarse en la avenida principal para contemplar cómo los personajes Disney desfilan, bailan y cantan a lo largo de la calle. La atmósfera festiva era increíble con toda aquella gente y la música... ¡Vimos a Miceky Mouse, el Pato Donald, personajes de Toy Story y a muchos más! El desfile te transmite sin duda un sentimiento de optimismo y felicidad.

Terminamos nuestra visita con una última vuelta en el Space Mountain, el cual fue el broche final perfecto para un día perfecto. Bueno, nada en esta vida puede ser del todo perfecto, así que Disneyland tampoco lo es. Algunas atracciones estaban cerradas y otras las estaban arreglando. Por lo menos sabemos que están trabajando duro para hacer que el parque sea mejor todavía de lo que ya es, y que la próxima vez nuestra visita será mejor que la primera. Nos decepcionó un poco el tener que marcharnos a la 9 de la tarde, porque a las 10 lanzan fuegos artificiales, ¡como cada noche! Desafortunadamente, una chica del grupo se perdió y tuvimos que esperarla más tiempo de lo que esperábamos. Pero, gracias a esto, ¡pudimos ver los fuegos artificiales desde el autobús!

Llegamos a Lille a la 1:30 de la madrugada. Estaba muy cansada después de un día tan largo. Pero, mientras me quedaba dormida acurrucada en mi cama, continuaba pensando en Disneyland y en su mágica atmósfera que tan feliz me hicieron sentir...