Los macarrones. Ese dulce tan característico de Francia. ¿Y saben quién los inventó, en su versión de “cara doble”? La casa Ladurée. Este lugar fue fundado en 1862, justo en el año de la Intervención Francesa a México… mientras Napoleón III quería conquistar el país, en la capital francesa, Ladurée estaba creando el producto que conquistaría no sólo a los parisinos… ¡sino al mundo entero!
Ya me habían dicho que es aquí donde habían inventado ese postre francés, pero nunca había entrado… hasta ayer. Y es que, durante este fin de semana en París… ¡nada mejor para cerrar con broche de oro que ir a la famosa casa Ladurée!
Un poco de historia…
Como pequeño dato curioso, en un inicio Ladurée era una panadería. Pero después de que un incendio acabara con el local, los dueños decidieron transformar el lugar en salón de té. En esa época (mediados del siglo XIX), era una novedad un local donde se pudiera degustar un rico pastel acompañado de un café o un té. Con el gran éxito que tuvo, no cabe duda que Ladurée renació de entre sus cenizas, tal cual un ave fénix.
No saqué foto esa noche, porque no había suficiente luz para que se viera bien. Pero en esta imagen, pueden apreciar la fachada de Ladurée, con su inconfundible color verde claro <3 (Foto tomada de http://scope.lefigaro.fr/static/media/srcimages/photo_huge_lieu_f899113_1.jpg)
Mi visita a la boutique de los Champs Elysées…
Ladurée cuenta con varias sucursales, pero la sede central (¡la mera, mera! ) es aquella ubicada en la famosa y prestigiosa avenida de los Campos Elíseos. Y fue justo ahí a donde fui; )
Ya había pasado delante de esta tienda varias veces. Me había llamado la atención su decoración, su fachada y la fila de personas que esperaban en la puerta. En más de una vez me detuve por curiosidad a ver su carta… pero al fijarme en los precios, rápidamente me daban ganas de seguir derecho :p Y es que me decía que pagar un simple postre a diez euros era una locura… pero finalmente, terminé cometiendo esa locura :P
Como dicen: siempre te arrepientes más de las cosas que no haces, que de las que sí. Haciendo cuentas, no me saldría a más de veinte euros el sentarme en una de las mesas de ese lugar y degustar uno de sus pasteles. Además, creo que cuando se trata de lugares prestigiosos como ese, uno no paga solamente lo que consume, sino el servicio y la experiencia. Y bueno, ¡creo que habría sido casi pecado el haber estado en más de una ocasión en París y no darme ese pequeño gusto!; )
De acuerdo a Google, los horarios en los que Ladurée es más frecuentada es durante la tarde. Pero como mi bus de regreso a Lyon salía en la noche y que chequé que el lugar cerraba hasta las 11:00 p. m., pues me dije que la mejor opción era ir alrededor de las 8:00 p. m. Por una parte, para evitar las largas filas de espera (y que quién sabe hasta a qué hora me tocaría…). Por otra parte, era una dulce forma de hacer pasar el tiempo… ¡era mucho mejor que estar sentada en la estación de autobuses! x)
Llegué a Ladurée, acompañada de un amigo. Y, para mi sorpresa y fortuna, no tuvimos que esperar ni un minuto. Entramos directamente y una chica, muy amablemente me preguntó si quería cenar o sólo comer un postre. Le respondí que solamente queríamos un chocolate y un pastel, así que nos instaló en una de las mesas que tienen una vista hacia los Campos Elíseos.
No saqué fotos de la sala de abajo, donde comimos, pero cuando subí al baño, vi uno de los espacios disponibles para eventos privados (fiestas, reuniones, etcétera)... ¡No me imagino cuánto debe costar el organizar una recepción aquí! :O Me recordó un poco al Institut Paul Bocuse
Poco tiempo después, nos llevaron dos cartas: una con las opciones de platillos y otra con los diferentes postres y demás dulzuras azucaradas de Ladurée. Estaba dudando entre sus diferentes pastelillos (¿tarta de limón? ¿parfait de frambuesa? ), pero cuando llegué a la parte de los “pains perdus” (pan francés)… ¡me dije que pediría eso! Había pain perdu “nature” (es decir, sólo con miel de arce), pain perdu con salsa de frambuesa y crema chantilly con sabor a rosa y otra variedad más (cuyo nombre no recuerdo). Finalmente me decidí por la frambuesa y las rosas :D
Para beber, pedí un chocolate caliente. Por cierto, podrán preguntarse… ¿y los precios? Bueno… el pain perdu me costó 12 euros 50. No se me hizo caro… bueno, no si uno lo compara con el precio del chocolate: ¡7 euros 50! Viendo el precio, me dije que más les valía que estuviera bueno :P
Y aunque me dolía un poco el codo al ver esos precios, finalmente preferí disfrutar de esa oportunidad de estar en un lugar así de legendario ^^ Insisto, creo que es bueno es consentirse de vez en cuando.
Bueno, había leído algunas opiniones sobre este lugar: había quienes decían que todo había estado delicioso… y otros que se quejaban de la relación calidad/precio… así como del servicio :/ Afortunadamente, no fue mi caso. Tanto la chica que nos asignó mesa como el mesero que nos atendió, ambos fueron muy amables.
En un momento dado, pedimos una jarra de agua y aunque se tardaron un poco en llevárnosla, en cuanto la pedimos de nuevo (de manera amable, que no valía la pena ponerse impacientes porque ellos se habían portado muy bien con nosotros), nos la llevaron y hasta la chica nos dijo: “¡Ah, sí es verdad, ya me la habían pedido! En un momento se las traigo, no me tardo nada”.
Damas y caballeros, con ustedes... ¡el delicioso, el inigualable pan francés de Ladurée! ¿A poco no se les antoja de solo ver la foto? :D A mí sí :p Por cierto, recuerdo que, de tantas fotos que estaba sacando, mi amigo me preguntó: "¿Ya puedo comer mi postre?. -. " Jajaja sorry :p Pero al final, no dejamos ni una migaja :D
¿El veredicto?
Que si vale la pena ir a Ladurée… definitivamente creo que sí; ) El pain perdu estuvo riquísimo, así como la salsa de frambuesa (¡que realmente sabía a fruta! Estaba muy espesa y concentrada) y la crema chantilly con sabor a rosa. En cuanto al chocolate, estaba muy dulce para mi gusto :( Me hubiera gustado que tuviera más leche. De broma, le dije a mi amigo que debimos haber comprado un litro de leche para agregárselo al chocolate jajaja
Por cierto, la porción de chocolate es chica tomando en cuenta su precio. Ah, no les recomiendo que pidan el “chocolat viennois” porque es aún más chico que el chocolate “normal”. Lo único que tiene de diferente es que lleva crema chantilly encima, es todo.
Para llevar…
Si consumen un postre o una bebida ahí mismo en el café/restaurante, pueden pedir también un paquete de macarrones para llevar. Les saldrán más baratos que los que piden para consumir ahí mismos. Eso es evitará que tengan que formarse de nuevo y hacer fila en el mostrador de al lado. Así sólo piden la cantidad y los sabores que desean y se los llevarán hasta su mesa.
Ojo: si ordenan macarrones para llevar no podrán consumirlos ahí mismo. Tendrán que esperar hasta que hayan salido del lugar… no crean que por sangrones (o tal vez sí :p) pero es que si no, sería muy fácil que alguien pidiera un café y unos macarrones más baratos para consumir todo ahí :p
La decoración
La decoración y el mobiliario del lugar son muy cuidados. Son del estilo del siglo XIX. Tanto la arquitectura del edificio, como las mesas, las sillas y demás, ¡todo hace que te sientas en otra época!
Me llamó la atención que esta ambientación está por todos lados… ¡hasta en el baño! Jajaja Sí, y es que los baños no son simples cuartos blancos. Están pintados en tonos pasteles y hasta tienen pinturas de esa época. ¡Cuánta elegancia!
En Ladurée, hasta los baños son elegantes y con clase :P
El servicio y el ambiente
Aunque había leído en Google Reviews que había quienes se quejaban de la atención en Ladurée (con eso de que los clientes les llueven, a veces pasa que se les suben los humos y se portan súper sangrones…), temía que fueran a portarse arrogantes o algo así. ¡Pero no fue así! Al contrario, los meseros que nos atendieron fueron muy atentos y estuvieron sonrientes todo el tiempo. Eso sí, noté que hubo un pequeño problema de comunicación con una pareja que estaba sentada en la misma sala que mi amigo y yo. Y es que no hablaban francés. Además, aunque el menú estaba también en inglés, no entendían muy bien todo… Y cuando les preguntaron a los meseros, ellos no supieron dar una muy buena explicación sobre lo que era cada uno de los postres, o sobre cuál les podrían recomendar.
De hecho, vi que se tardaron mucho en decidir y hasta les preguntaron a los comensales de al lado si había algún postre que fuera característico del lugar. Y ellos tampoco supieron decirles gran cosa x) Sólo como que les daban el avión :P
En fin, creo que eso de que venir a Francia hablando francés, es importante… parece que es verdad. Pero por mi parte, yo no me puedo quejar del servicio de este famoso salón de té.
Así es como lucía la boutique, la parte en la que uno compra los macarrones para llevar. No había ningún cliente porque esta sección ya estaba cerrada. Pero en la foto se puede apreciar el estilo de la decoración del lugar. En un espacio así, uno siente como si estuviera en otra época :)
¿Cómo llegar?
Hay varias sucursales de Ladurée en los Campos Elíseos, pero para llegar a la que yo fui, tienen que bajarse en la estación de metro Georges V. La línea 1los deja ahí. Una vez que salgan del metro, caminen sobre la gran avenida des Champs Élysées, pero no hacia el Arco del Triunfo (eso déjenlo para después, cuando tenga que bajar numerosas pero deliciosas calorías que se habrán echado encima en Ladurée :p ), sino hacia la Place de la Concorde. (O sea, aléjense del Arco del Triunfo :P). Tres calles más adelante, verán Ladurée (o la fila de personas que están esperando entrar al lugar, lo que vean primero :P).
Los horarios… y cuándo ir
Sorprendentemente y en contracorriente a toda expectativa, Ladurée está abierta de lunes a domingo. Abren desde muy temprano por la mañana (desde las 7:30 a. m. de lunes a viernes) y cierran hasta muy tarde por la noche (hasta las 11:30 p. m., o 12:30 a. m., en fines de semana). Y digo “sorprendentemente” porque ya saben que en Francia ese tipo de horarios casi no se ve.
Pero es que con enorme fama que tiene este lugar, el abrir menos horas al día, representaría una gran pérdida de dinero para los dueños… ¡y una gran tristeza para todos los turistas que la visitan!
Así que no hay pretexto que valga: pueden ir a Ladurée en el horario que más les plazca; ) Aunque ojo, les recomiendo que vayan muy temprano por la mañana (ya saben, en general a las personas nos les gusta madrugar… como a mí :p), o más bien tarde, en la noche. Eso fue justo lo que hice. Fui a eso de pasadas las 9:00 p. m. y, como lo dije antes, no hice fila ni esperé una eternidad para poder tener una mesa y ser atendida.
Nuestro rico chocolate ^^ Me gustó mucho su vajilla: es de tonos pastel, rosa y verde, y sus cubiertos y demás utensilios son plateados, ¡muy elegantes! Y cuidan hasta el más pequeño detalle: ¿Ya vieron la especie de "cubierta" que le pusieron a la asa de la jarra?
Conclusión
Creo que ya lo habrán adivinado: ¡recomiendo este lugar! Yo salí muy contenta de ahí y, cada euro que gasté ahí, valió la pena. Su pan francés estuvo riquísimo, la decoración y el ambiente me gustaron mucho y el servicio fue de primera. Con esos elementos, sinceramente no me sorprende que el salón de té Ladurée sea tan famoso, no sólo en París o en el resto de Francia, sino en el mundo entero.
Eso demuestra que el mantener una calidad excepcional en sus productos y en sus servicios, es la mejor garantía de prosperidad. Creo que hay muuuuchos otros establecimientos que deberían aprender esta lección y trabajar al respecto. En fin, si pasan por los Champs Élysées, no se aguanten las ganas y dense ese pequeño (¡o gran! ) gusto de consentirse con un postre de Ladurée; )