Descubrí Saumur gracias a un curso que hice allí hace un tiempo, en el que tuve la suerte de poder participar. Antes de apuntarme al curso, ni siquiera sabía de la existencia de este sitio, así que me llevé una agradable sorpresa al descubrir este pequeño y relajante rincón de Francia.
Saumur es un pueblo pequeño de unos 30 000 habitantes. Está en el valle del Loira, en la parte oeste de Francia, y alberga la Escuela Nacional de Equitación de Francia, el castillo de Saumur y vino espumoso.
Llegar a Saumur es muy fácil, gracias a la organización de la red de transportes francesa. Fui allí en tren desde París pero, como no había ningún trayecto directo, tuve que hacer transbordo en Angers. En general, es un viaje de unas tres horas, y me costó unos 60 €.
El sitio en el que me quedé se llama International de Sejour de l'îlle d'Offard, es un camping cómodo que te ofrece espacio para acampar, además de otros servicios como piscina, mesas de ping pong y la posibilidad de alquilar una bici. El sitio está a unos 20 minutos a pie de la estación de tren y, aunque no lo probé, recomiendo acampar allí. El clima a mediados de junio es perfecto, y el espacio para acampar estaba lleno de caravanas y algunas tiendas de campaña. El espacio parecía seguro y, además, puede ser una forma aventurera y barata de explorar el pueblo.
El casco antiguo tiene mucho que ofrecer. Puedes perderte explorando todos los sitios y las atracciones turísticas, o también ir a eventos que organizan de vez en cuando.
Saumur es, en general, un sitio tranquilo por el que es fácil moverse. Como fui en verano, me encantaba ver tanto verde por todos sitios, algo perfecto para hacer un descanso de tanto turismo, hacer un picnic o simplemente tomar el sol. Para aquellos a los que les guste ir de compras, el centro de la ciudad ofrece una variedad de tiendas de ropa, así como restaurantes y cafeterías.
Además, como en la ciudad se favorece el uso de bicicletas, tienes la opción de alquilar una para hacer la visita. ¡Una idea buena y sana! Alquilé una durante medio día y exploré Saumur al más mínimo detalle. Recomiendo sobre todo ir por la orilla del río para poder admirar el castillo y el puente.
El castillo de Saumur, que se puede ver desde casi cualquier punto de la ciudad, es un imprescindible si vienes de visita. Aunque no quieras entrar y visitarlo al detalle, merece la pena dar un paseo para hacer unas buenas fotos, o para admirar las vistas de toda la ciudad desde la cima. El castillo fue una fortaleza hasta el s. XIII, además de la residencia de los duques de Anjou. Con el paso del tiempo se ha convertido en una residencia para los gobernadores de la ciudad, una prisión y un depósito municipal. Desde 1912, el monumento alberga el museo municipal y, hoy en día, está abierto al público. Una entrada normal cuesta entre 5 y 9 €, dependiendo de la temporada, pero tienen descuentos bastante buenos para grupos.
A los amantes del vino les encantará saber que Saumur es famoso por su vino espumoso, y les encantará aún más saber que pueden hacer una visita por las bodegas de Bouvet Ladubay, donde hacen el vino. A lo largo de la visita nos fueron explicando los distintos pasos para hacer vino, y nos invitaron a catar cuatro tipos diferentes al final. Obviamente, luego te daban la oportunidad de comprarlo.
Como aquí está la Escuela Nacional de Equitación de Francia, se organizan un montón de eventos relacionados con la hípica a lo largo del año, como los espectáculos de Cadre noir, famosos y con mucho prestigio gracias a sus jinetes, a los que se les considera de los mejores del mundo.
Hablando de eventos puntuales, a lo largo de la semana que pasé allí, tuvo lugar la Fête de la Musique (la fiesta de la música). también se le llama Día Internacional de la Música, y es un evento internacional que celebra todos los estilos de música. El festival comenzó en París en 1982, y lo fundó Jack Lang, el Ministro de Cultura francés. En poco tiempo, se hizo popular en todo el mundo. A partir de ahí, el 21 de junio de todos los años se hace un evento gratuito en el que el público tiene la oportunidad de escuchar música de calidad de la mano de músicos tanto profesionales como aficionados.
En ese día en concreto, las calles del centro de Saumur congregan a un gran número de artistas, y cada rincón de la ciudad se convierte en el escenario de un concierto en directo. Aunque hay un escenario principal, el encanto de este evento es que puedes ir andando por la ciudad y escuchar un montón de sonidos diferentes. Las calles se llenan de gente y, a veces, tienes que hacer cola para conseguir ver más de cerca a los músicos o los bailarines. Por desgracia, tuve muy poco tiempo para explorar todo lo que ofrecía esta celebración.
En resumen, Saumur es el lugar perfecto para unas vacaciones cortas de verano: es tranquilo y relajante, y merece la pena descubrirlo al detalle.