Durante mi viaje más reciente a París, tuve la gran suerte de llegar el mismo día que se celebraba "La fête des vendanges (la fiesta de la vendimia) de Montmartre". No sabíamos que este evento se llevaría a cabo ese fin de semana, así que fue una gran sorpresa descubrir que veríamos un espectáculo de fuegos artificiales durante nuestro viaje.
Estuvimos haciendo otras actividades turísticas durante todo el día, así que no tuvimos la oportunidad de probar la comida y la bebida de este festival. Pero sí pudimos ver los fuegos artificiales, cosa que nos alegró mucho. El evento se lleva a cabo alrededor de la Basílica del Sacré Coeur, ubicada en el distrito XVIII. Es muy fácil llegar hasta allí cogiendo la línea 12 del metro. Solamente la basílica en sí ya merece una visita, no se necesita la excusa de ver los fuegos artificiales para visitar esta zona.
A pesar de que nos lo perdimos, siento que debo mencionar que este festival también gira en torno a la comida y a la bebida. Hay casetas y puestos por toda la zona donde se puede probar una comida y nos vinos estupendos, y comprar todo aquello que se os antoje. Me da pena que no pudiésemos probar nada de esto, pero los fuegos artificiales compensaron la decepción.
Llegamos más o menos una hora antes de que comenzase el espectáculo y la zona ya estaba completamente llena. Encontramos un lugar muy bueno en la calle principal, directamente en frente de la basílica, y tuvimos así una vista perfecta de los fuegos. Mediante la hora se acercaba, la calle principal se puso muy concurrida, hasta el punto en el que comenzó a ser muy incómodo estar tan apretujados unos contra otros. No obstante, este fue el único inconveniente de la noche.
Ahora, pasemos al espectáculo en sí. Yo ya había trabajado en el parque SeaWorld de San Diego y allí se organiza un gran espectáculo de fuegos artificiales cada noche durante los meses de verano. Pensé que era inmune después de haber visto tantas exhibiciones de este tipo en dicho parque, pero me equivocaba. Todo fue perfecto. La música concordaba con los fuegos a la perfección y se podían distinguir algunos temas a lo largo de todo el show. Los sonidos de la jungla que acompañaban a los fuegos que parecían luciérnagas fueron geniales.
Sin embargo, lo mejor fue el final. Pensé que todo había acabado con el último despliegue, pero fue una agradable sorpresa ver que había más. La traca final consistió en unos enormes fuegos artificiales de una gran variedad de colores. Parecía que lanzaban diez cada segundo y cada uno de ellos era más grande y más intenso que el anterior. Cuando todo acabó, la multitud estalló en aplausos. Escuché a mucha gente decir que era el mejor espectáculo de fuegos artificiales que había visto nunca, y debó decir que estoy de acuerdo con ellos.
Este festival se celebra todos los años, así que se lo recomendaría a todo el que tenga planeado venir a París en octubre.
Qué ver París,
París,
Francia
