Casa Batlló es la atracción turística más impresionante de Barcelona y una de las casas más bonitas de Europa, en mi opinión. Entre todos los edificios que diseñó Antoni Gaudí, creo que Casa Batlló está entre los tres mejores.
Visité Casa Batlló una tarde de invierno. Esa tarde, estuve paseando por la calle más concurrida de Barcelona, el Passeig de Gràcia, donde se encuentran todas las tiendas de lujo, restaurantes y hoteles. Aunque todos los edificios de la calle eran imponentes y preciosos, esta casa tuvo algo que me impresionó cuando pasé por delante; enseguida me llamó la atención e hizo que me olvidase de todo a mi alrededor.
No pude evitarlo, tuve que comprar una entrada. Luego me puse los auriculares para escuchar la guía (que venía incluida en el precio) y empecé a recorrer esa casa de ensueño.
En la planta baja había solo dos jarrones. Junto a ellos, estaba la escalera. Como podéis ver en la foto de abajo, es una escalera llena de curvas, sin una sola línea o ángulo rectos. Cuando subí la escalera, puse la mano en el pasamanos y me pareció muy cómodo.
Cuando llegué al primer piso, vi que todo estaba hecho con líneas curvas y que solo había un par de líneas rectas aquí y allá. Había muchas líneas onduladas decorando las paredes que hacían parecer que todo a su alrededor fluyese. Había algunos adornos en las paredes que parecían pájaros, otros que parecían flores y otros recordaban a animales marinos. Como pude escuchar en la guía, las cosas que hay en Casa Batlló están "vivas".
Además, los colores del edificio parecían de cuento. Quizás porque era de noche, las luces estaban encendidas, y esa luz bañaba la habitación con colores suaves.
Al subir de nuevo por las escaleras, vi que la mayoría de puertas estaban cerradas. Pero la puerta al tejado estaba abierta. Todo el mundo soltó un grito de admiración al ver el tejado por primera vez, porque daba la impresión de ser un dragón. Había algunas chimeneas que parecían patas de dragón y otras partes del tejado parecían el lomo. Todos los turistas hacían fotos como locos.
Sí, la entrada a la Casa Batlló es cara (19, 5 euros para estudiantes), pero no me parece una estafa. Su maravilloso diseño lo merece. No hay nada parecido a Casa Batlló.