¡Hola de nuevo valientes y aventureros/as!
He vuelto a visitar Barcelona durante algunos días de vacaciones en los cuales he podido escabullirme del trabajo, que aunque no sea lo más duro del mundo, la rutina a veces agota y para alguien como yo, aires nuevos y frescos sientan muy bien, sobretodo desde que vivo en Irlanda, que el calor se echa en falta a partir del mes de Septiembre.
Me siento muy afortunada pudiendo visitar a mis amigos en otras partes del mundo, pero Barcelona sigue robándome el corazón cada vez que la visito y es por eso que me gusta compartir cada ápice que conozco de esta ciudad con vosotros.
Es algo asi cómo una ciudad infinita, siempre hay algo nuevo que ver, algo interesante que hacer, caminos por recorrer, rincones por visitar, platos que degustar...
Supongo que para los que viváis en ella o estéis de Erasmus la opinión pueda ser algo diferente que la de una turista ocasional, pero siento que Barcelona deja huella en todo aquel que la visita y creo que es por la mezcla de cultura, la historia, el arte y tal vez, por muy raro o atípico que suene ahora, la libertad de expresión.
No voy a entrar en detalles sobre mi opinión acerca del independentismo, pues quiero valorar Barcelona como elemento histórico y cultural y es de esa libertad de expresión artística de la que hablo, además del conservacionismo y la mezcla, pues considero que esta versatilidad es la que consigue que gente de todo el mundo se enamore de Barcelona.
Sin más dilación, comienzo a hablaros de otra de las maravillas con las que cuenta esta ciudad y que sin duda os regalará una panorámica preciosa de toda Barcelona, y que miréis de frente o a vuestras espaldas, os robará el aliento.
Tibidabo, a 512 metros de altura sobre el mar.
Realizamos la subida a la sierra de Collserola en coche, el cual pudimos aparcar en una de las plantas del parking que se encuentra en las inmediaciones.
Tibidabo es la cima más alta de esta conocida montaña, también llamada montaña mágica y en ella se encuentra el parque de atracciones más antiguo de España, inaugurado en el año 1899, no veáis si ha llovido desde entonces.
Es muy curioso ir subiendo la carretera que rodea la montaña por la ladera e ir viendo los carriles de la montaña rusa del parque de atracciones...tiene que ser impresionante la experiencia de estar subido en esa atracción y poder ir divisando ese paisaje a medida que te transportan a una velocidad extrema, aunque en ese momento no habrá ni tiempo para deleitarse con las vistas ni para respirar incluso.
Pero el punto estrella de este lugar para mí no fue el parque de atracciones, el cual cuando llegamos estaba cerrado, sino tal vez lo hubiera sido...fue la iglesia, denominada templo expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús, que culmina en lo alto y la cual tiene una historia muy interesante que conecta con el origen del nombre de esta montaña.
Tibidabo tiene su significado, el cual buscamos en internet justo antes de aparcar el coche en el parking. Su nombre proviene de la cita bíblica: haec omnia tibi dabo si cadens adoraveris me, «todo esto te daré si te prosternas ante mí para adorarme».
Y esta conversación se daba entre el diablo y Jesús, mientras este le mostraba los reinos de la Tierra desde una gran altura.
Yo no soy una fanática de la religión, pero he de decir que me interesa mucho la historia, y que este lugar tuviera un significado, un porqué, me hizo tener aún más ganas de descubrirlo y no solo eso, dentro de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, justo a la derecha tras pasar una de sus puertas de entrada se encuentra una vidriera que escenifica el momento en el cual el diablo mantiene esta conversación con Jesús, y es que el detallismo y el color de esta vidriera es sin duda, maravilloso. Y por supuesto no podía faltar una fotografía a esta obra de arte.
Esta iglesia combina estilos neobizantinos, neogóticos y neorrománicos, y aquí esta la muestra de la diversidad y la libertad de expresión de la que os hablaba antes que caracteriza Barcelona, 3 estilos diferentes unidos en una sola construcción que a mí me eclipsó.
Y no es solo por el momento en el que te plantas al pie de las escaleras y contemplas de frente la magnitud de la iglesia, o el detallismo que tienen las estatuas que se posan en lo alto de la entrada principal o las inscripciones de los nombres tallados que se encuentran en la piedra de los pequeños torreones en la parte exterior, son los interiores de la cripta y la iglesia los que hacen una total demostración de la devoción que sienten las personas por aquello en lo que creen.
Lo comentaba con mi amigo cuando fui a visitar este lugar, ¿no sería increible trabajar en un sitio así?, donde hubiera imágenes de ilustres personajes de la ciencia, la literatura, el deporte, el arte... cualquier disciplina relativa a nuestro trabajo, una veneración a las personas que han trabajado durante años consiguiendo logros en la historia y que pudieramos contemplar durante nuestro tiempo de descanso o de ocio.
Y vuelvo a recalcar que ante mi falta de fe en cuestiones de religión, considero que las iglesias son una pura maravilla arquitectónica e icónica pues se puede apreciar en cada detalle que se encuentra en ellas la fe, la devoción y el amor hacia quien van dedicadas.
En el interior de la cripta que se encuentra en la planta baja de la iglesia los muros y las bóvedas están decorados con mosaicos, con escenas relativas a la Virgen María Auxiliadora, san Antonio de Padua, Jesús Sacramentado, san José y la Virgen de Montserrat, personajes conocidos para aquellos que conozcan la religión de buena mano.
En mi caso, cuando contemplé estos mosaicos solo quería acercarme más y más, y hubiera deseado tener una lupa para comprobar que eran mosaicos y que esas diminutas piezas eran teselas, pues sinceramente, desde unos 3 metros de distancia, como mucho 2, parecían auténticas pinturas uniformes.
Es increible la calidad y la perfección con la que están colocadas y la degradación del color en las escenas donde hay mar y una de las olas esta empujando un barco, o en otra de las bóvedas donde aparece el cielo y en él un arcoiris que cruza de lado a lado la imagen. Es milimétricamente perfecto y creo que así es como lucirían nuestras imágenes tomadas con el móvil si las quisieramos aumentar en tal tamaño, lo que veríamos serían pixeles repartidos por el espacio simulando un mosaico, aunque por supuesto no hay ni punto de comparación entre el trabajo que da una fotografía aumentada o un mosaico de estas dimensiones.
Lamentablemente no hice fotografías de estas preciosidades, pero os invito a que las visitéis y opinéis vosotros/as mismos.
La visita la realizamos por la tarde, una hora antes de la puesta de sol, y este momento creo que fue crucial para tener la luz que hizo que las vidrieras que se encuentran en las paredes de la iglesia cobrasen tal vida.
La iglesia se encuentra en la parte superior, saliendo de la cripta hacia la izquierda y subiendo las escaleras. En la parte exterior de la iglesia hay una pequeña plaza con varios torreones y este es el punto donde mas personas se ubicaban para contemplar la perspectiva de la ciudad de Barcelona.
Me resultó bastante curioso pasar de ver un mosaico escenificando un paisaje a ver después un paisaje escenificando un mosaico, pues es lo que Barcelona me pareció desde tal altura, teniendo como puntos de referencia los edificios más altos como la Sagrada Familia y el Hotel W que se encuentra en la barceloneta, asi como la zona de Montjuic en la que destaca el museo de arte contemporáneo y la plaza Europa que conecta con la fuente mágica de Montjuic.
Tras disfrutar de estas vistas exteriores y leer con sumo detalle el cartel que se encuentra al lado de la pequeña ermita erguida en honor a Don Bosco, la cual fue construida a finales del siglo XIX y la cual mantiene un gran estado de conservación, pasamos al interior de la imponente iglesia.
Ese componente eclesiástico que se sumerge al final de la planta y se encuentra ubicado en una bóveda junto al altar es lo que llama siempre la atención, ese gran crucifijo simbolo de penitencia...
Pero lo que destaca en esta iglesia para mí no es lo obvio a simple vista, hay que indagar siempre un poco más allá y apreciar como se filtra la luz en estos lugares, y es que en este especialmente, la luz se inmiscuye de forma sigilosa, como una música suave que solo puedes escuchar si agudizas el oido.
La luz que entra por los rosetones en lo alto de las fachadas y las vidrieras son los elementos importantes aquí. Unas vidrieras que hacen mención a diferentes partes del mundo y a sus vírgenes, aquí os dejo unas imágenes.
El detallismo en la elaboración de estos elementos arquitectónicos y el color los convierten en algo digno de contemplar durante largos minutos, pues de su mano viene la atmósfera cálida y mística que envuelve a todo aquel que entra y recorre los pasillos y rincones de este templo expiatorio.
Yo quedé fascinada con mi visita, a la vista está que dediqué cada segundo de ella a contemplar cada detalle y a tocar cada elemento que estaba a mi alcance. Es curioso como se respira respeto y solemnidad en este lugar, y el silencio, sobre todo el silencio que rodea las salas, salvo en la sala de oración donde un teclado y un conjunto de personas entonaban un cantico al unísono para conectar con su espiritualidad.
Considero que lugares como este hay que visitarlos, pues desde mi perspectiva de fotografa más que aficionada, las iglesias son lugares que transforman la luz de una manera preciosa y captar estos momentos jugando con los parámetros de la cámara es para mí el mejor entretenimiento y terapia.
Pero, como cada uno tenemos una perspectiva diferente, os invito a que visitéis este lugar y descubráis qué os hace sentir o que os transmite y que lo disfrutéis a vuestra manera, pues seguro que algo maravilloso sacaréis de esta visita.
También decir que en los exteriores del templo y la cripta encontraréis tiendas de souvenirs, así como folletos informativos sobre el lugar, útiles para aquellos que quieran tener un recuerdo del sitio o quieran conocer más información de la historia de este templo.
Espero que hayan disfrutado leyendo este post sobre el Tibidabo y su templo expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús.
Un saludo y a disfrutar de Barcelona y sus increíbles puntos artísticos.