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Montjuic


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Una buena vista de la ciudad

Traducido por flag- Belén Urrea Carbonell — hace 5 años

Texto original de flag- Martha S

Me encantan los miradores. Lo digo de verdad, estoy obsesionada con ellos. Puede que mi pasión por ellos venga de mi afición por el paracaidismo y por querer ver todos los lugares desde arriba. Para ser exactos, me empezaron a gustar durante mi Erasmus en Lisboa hace ya dos años. En Lisboa están los famosos "miradouros" y todos ellos eran maravillosos; me podía pasar las horas muertas contemplando la ciudad bajo mis pies.

Así que me alegró muchísimo saber que en Barcelona también hay lugares increíbles para contemplar las vistas de la ciudad. Me moría de ganas de saber si las vistas de esos sitios eran tan chulas como aparecían en Google. El primer mirador que visité fue el Montjuic porque era el más accesible para mí y, además, es el que más cerca me pilla de donde yo vivo. Llevo muy poco tiempo en Barcelona y me da miedo coger el bus, por eso no he ido todavía a Bunkers de Carmel, que dicen que es el mejor mirador de Barcelona. Por las fotos que he podido ver del lugar, estoy totalmente de acuerdo en esa afirmación.

Una buena vista de la ciudad

Un día, cuando iba de camino a casa después del trabajo, me bajé del metro en la misma estación de siempre, en la Paral·lel . Y entonces vi los carteles que indicaban la dirección del Funicular de Montjuic. Pensé que habría que pagar por montarse, pero aun así me acerqué y ya preguntaba cuánto costaba.

Así que, me llevé una grata sorpresa cuando vi que podía montarme gratis con mi carné joven (T-Jove), que es un bono de transporte de 90 días para personas menores de 25 años. Por lo que vi, también se puede subir gratis con otros tipos de bonos de transporte. De camino al funicular pensé que a lo mejor tenía que pagar una vez que subiera a la montaña y me preocupé bastante porque no sabía si tendría suficiente dinero. Al fin y al cabo, Barcelona es una ciudad cara y si subís al Montjuic en teleférico, el viaje de vuelta os costará dieciséis euros. Por eso, decidí preguntarle a uno de los pasajeros que iba conmigo. La mujer fue muy amable y me explicó que al tener un bono de transporte de Barcelona no tenía que pagar nada. La verdad que es algo súper guay.

El funicular

El funicular era mucho más grande de lo que pensaba y sale uno cada diez minutos. Además, hay una pantalla que indica la hora exacta en la que sale el funicular. También me sorprendió que hubiera tan pocos asientos dentro, lo que significaba que la mayoría de gente tenía que ir de pie en el camino. El viaje solo dura unos minutos, pero para mí es mucho más cómodo ir sentada, sobre todo porque el funicular se mueve mucho y no sabía si el viaje hacia la montaña sería muy brusco. Al final resultó que el viaje en funicular es mucho más tranquilo que ir en metro, por lo que no me costó nada ir de pie.

Una buena vista de la ciudad

La mayoría del trayecto es subterráneo o por debajo de un túnel. El único momento donde podréis ver el exterior es unos minutos antes de que el funicular llegue a su parada, pero las vistas tampoco son demasiado buenas. Si os digo la verdad, solo se ve una valla, tenéis que saber dónde mirar para poder ver la ciudad de Barcelona debajo.

La estación es la misma tanto para el teleférico como para el funicular, así que os encontraréis con mucha gente allí cuando bajéis. Y como es de esperar, todo el mundo quiere salir de la estación lo más rápido posible, por lo que os resultará complicado ir hacia donde queráis. Una vez que salgáis de la estación, la cantidad de gente ya no supondrá un problema porque aquella zona es grande y no todo el mundo va en la misma dirección. De hecho, estaréis solos casi todo el tiempo.

Una buena vista de la ciudad

En cuanto salgáis de la estación, veréis un montón de señalizaciones. Si queréis ir al castillo, que dicen que es el mejor mirador de allí, tenéis que ir a la derecha. Si no subís la montaña, es como si no hubiérais estado en Barcelona. Una vez allí se os recompensará el esfuerzo con una bonita vista de la ciudad y podréis descansar un rato.

Las vistas "gratis"

El camino para subir era mucho más empinado de lo que yo pensaba, pero los jardines que veréis en el trayecto son tan bonitos y están tan bien cuidados que se os olvidará el dolor de las piernas mientras subís las escaleras.

Una buena vista de la ciudad

Hay dos formas de llegar arriba. La primera es subir por las escaleras y la otra por un estrecho sendero, que por lo que pude ver, es el camino por el que suben los ciclistas. Yo quería llegar a la cima de la montaña cuanto antes porque tenía un poco de prisa por llegar a casa y comer. Si hubiera tenido más tiempo, habría escogido el camino más fácil. Parece que no termino de acostumbrarme a las empinadas montañas de Barcelona. Ya estoy aquí casi un mes y todavía me duelen los muslos cuando subo alguna de ellas.

Pero, ambos caminos pasan junto a preciosos jardines e incluso en uno de ellos podréis ver un pequeño lago artificial. A la gente le encanta esos jardines; vi a más de uno hacer picnic allí incluso con los manteles típicos.

Una buena vista de la ciudad

Hay algunas partes del camino donde las vistas son espectaculares. Y sería aun mejor si los árboles y los arbustos no taparan las mejores partes del paisaje. Puede que estén ahí puestos estratégicamente para que los turistas tengan que pagar para subir al castillo. Quitando eso, las vistas eran mucho mejores de lo que había imaginado.

Una buena vista de la ciudad

De camino a la cima de la montaña, vi dos bares en medio de la nada. Si las vistas donde ellos estaban hubieran sido mejores, me habría sentado y hubiera pedido algo seguro. Pero por desgracia, lo único que se veía desde ahí era la carretera, a los autobuses pasar y algunos árboles y arbustos.

Cuando por fin llegué arriba (tardé alrededor de veinte minutos desde la estación del funicular), vi a un montón de gente hacer cola frente a la ventanilla de tickets e inmediatamente supe que algo pasaba. Me acerqué más y vi que la entrada al mirador del castillo valía cinco euros. Bueno, puede que me pierda una vista espectacular, pero estoy segura de que no vale cinco euros. Puede que sea la única, pero casi nunca me gusta pagar por ver alguna atracción turística.

Aunque me debería haber imaginado que habría que pagar para llegar hasta la mejor parte del mirador. Soy muy ingenua, ¿verdad? Lo gracioso es que leí diferentes artículos sobre el Montjuic y en ninguno ponía que había que pagar para llegar al castillo. Aunque bueno, puede que fuera algo obvio. Creo que todavía me queda mucho por aprender de cómo funciona la vida en Barcelona.

Como ya he dicho, el mejor mirador es el del castillo, que consiste en una torre de vigilancia, tampoco nada especial. Para poder comprar la entrada, tenéis que hacer una cola bastante larga y, cuando paguéis los cinco euros, ya podréis contemplar las vistas.

Como yo soy una persona bastante terca no quise pagar. Así que decidí bajar por otro camino y ¡bingo! Las vistas no eran perfectas porque las tapaban los árboles, pero aun así eran mejores que las demás. Además, ¿a quién le pueden parecer perfectas las vistas desde el castillo sin ningún árbol que las tape? Con esos cinco euros prefería ir y tomarme una deliciosa tapa.

Una buena vista de la ciudad

Una buena vista de la ciudad

Una buena vista de la ciudad

Lo bueno es que me llevé los prismáticos y pude ver hasta el más mínimo detalle. Por el contrario, el zoom de mi cámara no es muy bueno. Aun así, con las fotos que hice se puede ver más o menos cómo es todo desde allí arriba.

Lo creáis o no, el primer edificio que vi (y que pude reconocer) desde arriba fue la Sagrada Familia. Ese edificio parece que me persigue, lo veo desde cualquier sitio que esté un poco alto (excepto desde mi balcón, aunque me encantaría poder ver la Sagrada Familia todos los días). Todavía no me creo cómo puede ser tan grande esa catedral. Quiero decir que la veo desde cualquier sitio de Barcelona. Desde el mirador del Montjuic, comparé su tamaño con el resto de los edificios de alrededor y pensé (ya lo había pensado otras veces) lo genio que era Gaudí.

Los parques y jardines

En la cima del Montjuic hay varios jardines y si pasáis por ellos, podréis ver el paisaje de distintas partes de Barcelona. Lo que más me gustó aparte de las vistas fueron los carteles que hay al lado de cada planta en los que explican de qué tipo se trata. Bueno, os gustarán si os interesa la botánica, pero me parece un bonito gesto el que los hayan puesto.

En cada jardín, hay una puerta por la que se entra. Yo solo estuve en dos jardines: en el que pasé cuando estaba subiendo y en otro cuando bajé del mirador del castillo y vi que solo estaba a unos metros de mí. Así que decidí verlo.

Una buena vista de la ciudad

No hace falta que diga que nada más entrar que quedé impactada y decidí volver otro día cuando tuviera más tiempo y cuando pudiera hacer mejores fotos con la cámara y no solo con el móvil. Otra cosa buena de esos jardines es que no hay que pagar por entrar, aunque esas puertas a la entrada sí den esa sensación. Bueno, por fin hay algo gratis en esta ciudad.

También tuve suerte cuando llegué a la estación del funicular porque el próximo salía en dos minutos y no tuve que esperar mucho. ¡Incluso pude sentarme! Puedo decir que fue un buen día con buenas vistas.

Conclusión

La montaña del Montjuic ofrece actividades para todos los gustos. Podéis encontrar complejos deportivos (por ejemplo, una piscina con vistas a toda Barcelona), jardines e incluso un castillo. Por eso, lo mejor que podéis hacer es llevaros una manta de picnic, algo para comer, unos prismáticos, una cámara y disfrutar de ver la vida pasar.

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