La gran decepción
El restaurante Kubik nos llamó la atención para desayunar a lo largo de la Rambla. Tiene una decoración muy bonita: el bar central es cuadrado y las mesas se agrupan alrededor.
Nos tomamos un café, un cruasán y un vaso de zumo de naranja que decía ser natural en la carta de bebidas. La sorpresa vino cuando la camarera nos trajo 50cl de zumo a cada uno. Esto no acaba aquí, la sorpresa fue aún mayor cuando probamos el "zumo natural", recién exprimido... ¡del tetrabrik!
La cuenta fue lo peor: ¡saber que costaba 6 euros! 30 euros en total por 3 personas. Si lo llegamos a saber, hubiéramos ido al Starbucks de la vuelta de la esquina. Muchísimo mejor. Al menos allí no nos mienten sobre la calidad de los productos.
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- Français: Le décevant Kubik