Frites alors!

Frites alors! Es una cadena de restaurantes de origen quebequés que se ha apropiado de un ingrediente normalmente asociado a Bélgica: las patatas fritas. El restaurante que recomiendo está situado en Francia, en Lyon (Hôtel de ville - métro A o C). El lugar dispone de una terraza, muy agradable en verano. Cuando entras al restaurante, te embriaga con rapidez un aroma a patatas fritas (la parte de la cocina está justo a la derecha, cuando abres la puerta principal), pero luego en la sala desaparece, el olor no es demasiado fuerte, huele a comida pero no particularmente fritura. La gran sala mezcla modernidad y la tradición con unas paredes pintadas de amarillo y otras paredes y pilares de piedra falsa. También hay un entresuelo de madera (por el que puede caer agua o cerveza si alguien lo derrama en el suelo - sí, sí, me ha pasado, te lo juro, ¡quien avisa no es traidor! ).

En cuanto al menú, ¡patatas fritas! Propone.... ¡patatas fritas, por supuesto! Pero sobre todo, algo que no he visto nunca en otro sitio, las poutines (patatas fritas con una salsa especial). Hay diferentes salsas que a veces tienen nombres divertidos, por ejemplo, la salsa "cerdo" (tocino, cebolla) y otras más clásicas. Por ejemplo, algunas tienen queso raclette, salchichas o longanizas. Hay tres tamaños de poutines, pequeño, mediano o grande y normalmente están pensadas para compartir. Personalmente, no recomiendo elegir el grande porque es ENORME, además de patatas fritas + salsa + a menudo una hamburguesa, con eso ya te llenas. De todos modos tienes unos cuantos postres riquísimos para después. La poutine con el queso raclette ahumado está súper buena pero empacha mucho, incluso la mitad de una entre dos personas nos llenó. Hay que tener en cuenta también que las hamburguesas también son muy grandes.

Fuente

Además de las hamburguesas, hay muchas opciones más, desde la más tradicional a la vegetariana; pasando por una que me encanta, Auvergne con queso azul derretido, ¡ñam! Las hamburguesas están súper buenas y son bastante gordas (se mantienen con un palillo). Si no termina de convenceros, hay otros sándwiches similares, como por ejemplo los croque-monsieurs, que también están muy ricos. Puedes pedir una ensalada para acompañar.

El precio de semejante festín es justo. Normalmente, al pedir una hamburguesa, el precio incluye las patatas fritas y una salsa de tu elección (una salsa en el sentido tradicional, es decir, ketchup, mayonesa, mostaza, curry... ) pero puedes decidir renunciar a las patatas fritas (-3, 30 euros) para pedir una poutine, individual o para compartir (lo que os recomiendo, a riesgo de repetirme), la poutine se cobrará aparte, teniendo en cuenta el descuento del que os he hablado.

Nota: Frites alors! También para llevar, así que no sufras si ves una cola enorme saliendo del restaurante, porque como la entrada no es ancha, las colas de "para tomar aquí" y la de "para llevar" se suelen mezclar. ¡Merece la pena esperar!