Un día paseaba por el vieux Lyon cuando encontré un lugar cuyo carte decía: Jazz Club Lyon St Georges. Desde el primer día ir en Lyon, ir a un Club de Jazz ha sido una de mis actividades pendientes por hacer. Paré en la puerta para guardar el sitio en Google Maps y así poder ir un próximo día. Entonces, un hombre, al verme tan curiosa me preguntó si me gustaba el Jazz, y al decirle que me encantaba me dijo que si quería pasar a verlo. No dudé en decir que sí. El club es chiquitito, la parte de arriba es sencilla, parece un simple bar decorado con gusto, pero el tesoro está abajo.
Bajamos unas pequeñas escaleras en espiral que nos llevaron a la sala donde realmente se hacen los shows. Tiene aspecto de cuevita, es oscuro, no hay ventanas. Se trata de una sala en la que hay cuarenta y cinco sillas, es decir, cuarenta y cinco plazas por espectáculo. En frente de ellas hay un pequeño escenario.
El hombre me explicó que muchas noches hay conciertos y sesiones, y me dijo que si me gustaba cantar quizás me interesaría ir el miércoles siguiente ya que habría una Jam Session, que es un encuentro más bien informal en el que cualquiera de los presentes puede participar, todo es improvisado.
Sin dudarlo fui al miércoles siguiente con otros dos amigos, sobre las 19.30h. Las entradas valían 5 euros (las encargamos por teléfono para que no nos las quitasen y allí las pagamos) y luego tu decidías si querías consumir o no. Los precios no eran especialmente caros, pero tampoco baratos: 5 euros la pinta, 4'50 la copa de vino.
La sala estaba prácticamente llena. Un hombre muy agradable presentó el espectáculo y el grupo de música abrió la 'soiré' con 'I got the blues'. Lo hacían muy bien. Cantaron varias canciones y a la media hora hicieron un pequeño descanso.
Después empezaron a buscar voluntarios. Gran parte del público era clientela habitual y ya venían preparados. De entre ellos iban saliendo saxofonistas, pianistas, cantantes... Cada uno a su estilo, pero lo más bonito es que muchos no se conocían de antes y no dudaron en improvisar juntos.
Una cosa que llamó mucho la atención fue que para llegar al baño tienes que atravesar un Traboule, esto son unos pasadizos que atraviesan edificios y llegan a otra calle o bien dan a un patio interior, como en este caso.
Sin duda un lugar perfecto para ir de vez en cuando a evadirse disfrutando de buena música.
Qué hacer Lyon,
Lyon,
Francia
