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Bruselas


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Un día en Bruselas

Traducido por flag-es Lucía Acedo — hace 4 años

Texto original de flag-it Chiara Menghetti

Decidimos ir a Bruselas prácticamente en el último momento, uno de esos fines de semana en los sentíamos la necesidad de ir a algún sitio, no importaba donde. Salimos, por tanto, por la mañana de un domingo de octubre y desde Maastricht cogimos un ren directo a Bruselas.

Aparte de mí, venían otros cuatro chicos a esta excursión, todos italianos menos uno que venía de Canadá: uno de ellos tenía una prima que trabaja justo en la capital belga que se ofreció voluntariamente para hacer de guía.

Dado que todos nosotros teníamos clases en la universidad el lunes por la mañana, pensamos que sería mejor pasar un sólo día en Bruselas y dedicarlo exclusivamente a una visita de los lugares de interés y de los monumentos más famosos.

Obviamente la presencia de una persona que conocía bien el lugar fue de enorme ayuda porque probablemente no podríamos haber visto todo lo que vimos sin una guía experta.

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Además, aunque el centro histórico de Bruselas no es tan amplio, todos estábamos de acuerdo en que también había que visitar el barrio europeo, que se encuentra en la parte alta de la ciudad.

Fue un día bastante ajetreado, en el que caminamos mucho (al final corrimos) y hubo muy poco tiempo para relajarnos o disfrutar de los parques y dulces de Bruselas.

Sin embargo, esto no significa que no hayamos disfrutado de ninguna de las especialidades por las que Bruselas es famosa, sino que simplemente las hemos disfrutado yendo más rápido.

Barrios del centro de Bruselas

El centro histórico de la capital belga fui sin duda alguna la zona a la cual dedicamos más tiempo. Del centro histórico de Bruselas me impresionó inmediatamente la gran vivacidad, el clima internacional y el color. Hablo de color literalmente, porque muchos edificios del centro están decorados con magníficos murales, que a menudo representan personajes de cómics. No es casualidad que Bruxelles se defina como la "capital del cómic". Existe, entre otras cosas, un verdadero recorrido de los murales de cómics, la llamada "Comic Book Route": se trata de un tour que se desarrolla entre las calles del centro de la ciudad, donde se pueden encontrar más de 30 murales que representan a los personajes de los cómics más famosos (por nombrar sólo algunos: Tintín, los Pitufos, Lucky Luke y Albert).

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Nuestro breve recorrido comenzó en la plaza más famosa de Bruselas, la Plaza Grande o Grand Place. Inmediatamente nos llamó la atención el casi excesivo esplendor arquitectónico, tanto en lo que se refiere a las formas como a los materiales utilizados.

La plaza, de hecho, está totalmente decorada con complejas esculturas doradas, que imagino brillarán en los días soleados, dando a la plaza un aspecto aún más rico y suntuoso. Por desgracia, por supuesto que llovía ese día, pero nos quedamos igualmente impresionados por el esplendor de la plaza. En la parte sureste de Grand Place se encuentra el Ayuntamiento, el edificio más importante y antiguo, fechado 1459. Sobre él destaca la imponente torre de 96 metros de altura y la estatua de Saint Michel. La plaza acoge también el edificio que fue durante años la residencia de los monarcas, y que hoy acoge el museo de la ciudad de Bruselas, en cuyo interior se exhiben objetos del siglo XVI. Curioso el hecho de que entre los números 26 y 27 de la plaza se encuentra la casa en la que vivió Victor Hugo en 1852, durante su exilio en Bélgica.

En cuanto llegamos a Bruselas, nos dimos cuenta de que los lugareños y los turistas estaban obsesionados con una pequeña estatuilla, de la que veíamos reproducciones por todas partes vendidas como souvenirs, este es el Manneken Pis. Se trata de una estatuilla de bronce de no más de 50 centímetros de altura, que representa a un niño desnudo en el acto de orinar desde la parte superior de una pequeña fuente.

La estatua original era de piedra y fue esculpida en 1388. Pero más tarde fue robada y, por tanto, sustituida a mediados de 1600 por una versión de bronce, realizada por el artista belga Jerome Duquesnoy. Sin embargo, incluso en los siglos sucesivos, el Manneken Pis fue objeto de múltiples intentos de robo, tanto es así que hoy en día no se tiene la certeza de que el que podemos ver sea realmente el realizado por Jerome Duquesnay.

Otro detalle curioso relacionado con el Manneken Pis es que a partir de 1698 le fueron regalados por los presidentes del gobierno que visitaban Bruselas, seiscientos cincuenta trajes diferentes. Estos se exhiben hoy en el ya mencionado museo de la ciudad de Bruselas, donde se puede observar el traje de luces de torero, el de estilo Elvis, junto con muchos trajes regionales tradicionales. Sin embargo, con su originalidad e irreverencia, se ha convertido en un símbolo para la ciudad de Bruselas, además de una parada obligatoria para todos los turistas que visitan la capital belga.

Empezamos de repente a reirnos cuando lo vimos: de hecho, por alguna razón, los mapas nos llevaron justo enfrente del Jeanneke Pis, que es la versión femenina del más famoso Manneken Pis.

A poca distancia de la plaza, desde Manneken Pis y Jeanneke pis, se encuentra la catedral de Bruselas, conocida como Cathédrale Saint-Michel et Sainte-Gudule. Esta es el edificio religioso más importante de Bélgica y merece seguro una visita. El edificio se construyó a partir del 1200 en estilo gótico pero, gracias a una imponente restauración realizada entre 1983 y 1989, su estado de conservación es óptimo.

El interior de la catedral es mucho más sobrio de lo que cabría esperar y, de hecho, de lo que debería ser: ha sufrido saqueos por parte de los revolucionarios franceses y de los vándalos protestantes. A pesar de esto se ha conservado, en la parte derecha de la nave central, un magnífico púlpito barroco de madera, que data de 1699 junto con porciones de las espectaculares vidrieras y las colosales estatuas de las columnas.

La Capilla del Santísimo Sacramento alberga en su interior numerosos objetos litúrgicos y religiosos, como túnicas, cruces, esculturas y cálices dorados. También en la capilla se han conservado casi perfectamente las inmensas vidrieras del 1540.

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Il Mont des Arts

Mont des Arts es una zona de Bruselas a mitad de camino entre el casco antiguo y el barrio europeo, que desde el centro se llega fácilmente recorriendo un camino recto y cuesta arriba. Literalmente significa "Colina de las Artes", y está situado en una colina que domina la ciudad de Bruselas.

El parque, que tiene una extensión de unas 13 hectáreas, está rodeado de algunos de los edificios más importantes de toda la capital belga, como el palacio real, el parlamento belga y la embajada americana. El parque en sí es de estilo neoclásico, caracterizado por un atento respeto de las geometrías y de la simetría. La entrada principal del parque está situada en el lado donde se encuentra el edificio del Parlamento Belga, y a través de una larga avenida, conduce a la parte central del parque, donde se encuentra un hermoso estanque.

Subiendo la larga escalinata que conduce en la parte alta del Mont des arts es posible detenerse en un punto panorámico desde el cual se puede admirar todo el centro de Bruselas, con la torre del ayuntamiento que se eleva sobre los palacios más bajos, junto con la perfección del jardín de abajo.

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Al finalm en la parte superior del Mont des arts, se encuentran también varios museos, como el museo de instrumentos musicales y el Museo real de bellas artes.

El barrio europeo

La última parada que hicimos antes de volver a Maastricht fue el barrio europeo. Como es sabido, la capital belga alberga la sede del Parlamento Europeo, la Comisión Europea y la OTAN, así como un gran número de edificios institucionales.

En nuestro caso, dado el tiempo limitado, pudimos ver los edificios de la Unión Europea exclusivamente desde el exterior. Sin embargo, en realidad es posible reservar una visita al centro de visitantes de la Station Europe. Aquí guías o funcionarios de la Unión Europea conducen a los turistas a través del Parlamentarium, la casa de la historia europea, el Hemiciclo del Parlamento Europeo y el imponente edificio Caprice des Dieux, que alberga el Parlamento de la Unión Europea. Además, los funcionarios explican en detalle cómo funcionan las instituciones de la UE y su historia. En cualquier caso, si no tenéis tiempo para participar en un tour guiado, aún podéis acceder al punto de información Europa, que también está abierto sin cita previa.

Dentro del barrio hay cuatro plazas: Place du Luxembourg, Place Jourdan, Place Rond-point Schuman y plaza Jean Rey. La primera es sin duda un buen punto de partida para visitar el barrio: es la plaza de la estación, llena de mesas al aire libre y restaurantes, el lugar de encuentro ideal para jóvenes trabajadores y estudiantes de todo el mundo.

El barrio alberga también numerosos museos de calidad, como el Museo de Ciencias Naturales de Bruselas, famoso en todo el mundo por su vasta colección de esqueletos de dinosaurios o el museo Wiertz, conocido por las pinturas de varios metros de altura realizadas por el artista que da el nombre al museo.

Por último, el barrio europeo ofrece la oportunidad de relajarse en uno de sus numerosos parques. El Parc Leopold acoge un magnífico jardín de estilo inglés, con estanques y laderas. El parque Cinquantenaire, en cambio, alberga en jardín de estilo clásico, con largas avenidas, prados verdosos y el total respeto de la simetría.

Desde un punto de vista puramente arquitectónico, el barrio europeo se caracteriza por una mezcla de estilos muy variados y originales. Por ejemplo, la casa Saint Cyr es un magnífico ejemplo de art Decò, mientras que los edificios que albergan las sedes de las instituciones de la Unión Europea son modernos, verdaderos rascacielos a veces, con las fachadas totalmente cubiertas por cristal. Además, uno de los parques que se encuentran en el barrio, Parc Leopold, alberga un patrimonio arquitectónico verdaderamente único, el cual comprende el Edificio Eastman, que acoge el museo de Historia Europea y la magnífica Biblioteca Solvey.

L’atomium

El atomium es una obra de más de 100 metros de altura, que representa la célula unitaria de hierro ampliada 165 mil millones de veces. La estructura resultante está formada por nueve esferas, todas ellas unidas a través de barras de acero. El Atomium alberga en su interior numerosas instalaciones artísticas y un restaurante que ofrece espectaculares vistas de toda la ciudad. En efecto, el atomium está situado en una colina a algunos kilómetros de Bruselas.

Para llegar a él, la mejor opción es coger el metro hasta la parada Heysel, que se encuentra justo al pie del Atomium. Sin embargo, incluso el corto viaje desde el centro de la ciudad está diseñado para ser una experiencia artística: los túneles mismos son parte de un museo, y las baldosas que recubren las paredes son verdaderas obras de arte.

En conclusión, Bruselas es una de esas ciudades donde pasar varios días sin aburrirse. Hay arte, historia, buena comida, no faltan las ocasiones para divertirse y toda la ciudad está inmersa en un ambiente animado y joven. Por desgracia, mis amigos y yo no tuvimos tiempo suficiente para visitarla como nos hubiera gustado, por lo que es probable que en los próximos meses volvamos allí.

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