Atomium

El Atomium es el símbolo de Bruselas por excelencia, acompañado normalmente de la Grand Place y del Manneken Pis (lamentablemente en mi opinión).

Para llegar allí es necesario tomar la línea 1 de metro desde De Brouckère, dirección Gare de l'Ouest, bajarse en Beekkant y tomar la línea 6 dirección Roi Baudouin y bajarse en la estación Heysel. A medida que nos acercamos a esta estación ya vemos el Atomium a nuestra derecha, a 5 minutos andando desde que salimos del metro. También se pueden tomar otras líneas de tranvía como la 81 o 19 desde De Wand, pero en mi opinión la forma más fácil de acceder en en metro.

Las tarifas son las siguientes:

• Adulto entre 19 y 59 años: 11€
• Estudiante: 8€
• Jóvenes entre 12 y 18 años; personas mayores de 60 años: 8€
• Niños entre 6 y 11 años: 6€
• Personas discapacitadas y niños menores de 5 años: gratis

Además, hay varias tarifas combinadas y promocionales que incluye visita al Atomium y a Mini Europe para grupos de más de 20 personas. Está abierto los 365 días del año desde las 10 de mañana hasta las 6 de la tarde. La última entrada es a las 5.30.

El Atomium está considerado como "magia de la arquitectura y alegría de la cultura", una notable construcción sobre el cielo de Bruselas, compuesto por nueve bolas. No se denomina ni torre ni pirámide, tampoco edificio. Está a medio camino entre una estructura y una escultura. Una reliquia del pasado con un look completamente futurista. Solamente podemos encontrar un símbolo de estas características en Bruselas, ninguna otra estructura del momento se le asemeja lo más mínimo, por tanto no se le puede clasificar.

Comenzaré por un poco de historia...

El Atomium de Bruselas se construyó para la Exposición Universal celebrada en la capital europea en el año 1958. Al igual que pasó con la Torre Eiffel sufrió muchas críticas en su construcción. El arquitecto de la obra fue André Waterkeyn, quien presentó una propuesta inicial sorprendente: la fiel reproducción de los nueve átomos de un cristal de hierro alfa que debía destacar en el terreno de la exposición, junto al castillo de Laeken, a escala 1 :150 mil millones. El primer problema a resolver en su construcción fue el de conocer el efecto del viento sobre el Atomium. Los efectos sobre una sola esfera pueden calcularse sabiendo las dimensiones de dicha esfera; no sucede lo mismo para el conjunto de las nueve esferas relativamente próximas unas con otras y reunidas por tubos de un diámetro apreciable. Fue necesario ensayar pues sobre un modelo reducido. Se encargó de esto el ingeniero M. A. Joukoff.

"El Atomium es el símbolo de nuestra época, en la que los científicos han profundizado nuestros conocimientos sobre la materia. Han demostrado que se trata de energía condensada, utilizable , si así lo desean los hombres para el mayor bien de la civilización y para provocar en los jóvenes vocaciones técnicas o científicas. Si esto se realiza el esfuerzo no habrá sido en vano," palabras de André Waterkeyn.

En un principio el Atomium estaba planeado para los 6 meses que duró la Exposición Universal de 1958, sin embargo su supervivencia en el tiempo se ha debido a la popularidad y el éxito que alcanzó como punto de referencia y emblemático primero para Bruselas, después a nivel europeo y por fin a nivel mundial.

El Atomium ofrece al público multitud de atracciones: un paseo surrealístico a través de sus tubos y sus esferas, unas de las más sobrecogedoras vistas del skyline bruselense desde la bola más alta, un restaurante que ofrece vistas panorámicas a 95 metros de altura de la ciudad mientras se disfruta de uno de los múltiples menús con platos tradicionales belgas que se ofrecen; una exposición permanente sobre la historia del Atomium y la Expo 58; exposiciones temporales como la que he descrito en una entrada anterior con diferentes temáticas, la posibilidad de alquilar una de sus bolas para realizar eventos, conferencias, fiestas, reuniones de negocios etc... y una tienda de souvenirs con regalos de lo más originales. Existen audioguías para explicar de forma más detallada todas las fases de la visita y también una book guía que se puede descargar como aplicación en el móvil.

La altura total del Atomium es de 102 metros, el diámetro de las esferas es de 18 metros y el diámetro de los tubos de 3,30 metros. El largo de estos tubos es asimismo de entre 23 y 26 metros. El diámetro del pabellón que encontramos en la base, en la entrada, es de 26 metros. En cuanto a la masa, el Atomium tiene un peso de 2.500.000 kilos (que en un primer momento antes de la renovación fueron 2.400.000 kilogramos). Para subir desde el nivel más bajo al más alto hemos de afrontar 80 escalones, mientras que para bajar este número aumenta a 167.

Para acceder a la bola superior (nivel 7), la que regala las mejores vistas de la ciudad, la panorámica de 360º, solo se puede hacer a través de ascensor que se toma en piso 0. Vistas que logran quitar la respiración, hay quienes las prefieren de día y otros de noche, a mí me tocó de noche y con lluvia por lo que no pude apreciar su verdadera belleza. Espero volver para apreciarlas de día. Además en esta bola también encontramos paneles explicativos que señalan el nombre de los edificios más representativas que se contemplan y la distancia a ciudades belgas y a capitales europeas. 

Hay tres bolas que no son visitables debido a que no tienen un sorporte directo con el suelo por lo tanto el peso de personas podría hacer peligrar la estructura.

En la esfera más baja (niveles 1 y 2) encontramos la exposición temporal "Atomium. De símbolo a icono" donde nos hace un repaso de los 55 años de historia del Atomium a través de posters, ilustraciones, pantallas con videos y numerosos objetos que se conversan de la época como sellos, sobres, entradas al Atomium, monedas, periódicos, revistas etc... todo lo que por aquel entonces del evento. 

En las esfera del centro y una lateral contigua a la primera (niveles 3, 4 y 5) es donde tienen lugar las exposiciones temporales sobre arte, diseño, arquitectura y sociedad (en estos momentos está vigente la exposición "Orange Dreams" como expliqué en otra entrada anterior).

Las otras dos esferas que no he mencionado hasta el momento son las reservados para eventos de todo tipo, previa reserva con el equipo del Atomium o de visitbrussels.be y para la diversión de los niños, con parques de bolas, juegos infantiles, mesas para dibujar y diversas atracciones de entretenimiento.

Hay tanto escaleras manuales para pasar de un nivel a otro dentro de la misma esfera y escaleras mecánicas para pasar de una esfera a otra, generalmente. Todas ellas ambientadas en el futuro como si de una nave espacial o un submarino se tratase, me recordó como si estuviera viviendo dentro de la película de Star Wars. Fue una experiencia inolvidable, que nunca había experimentado anteriormente. No me esperaba que fuese tan futurista, especialmente conociendo los años en los que fue construido donde ahí era algo inusual ver interiores decorados de este tipo tan moderno, contemporáneo y futurista.

Por último, en el pabellón de entrada próximo a la salida nos encontramos la tienda, donde además de ofrecer un centenar de obsequios y recuerdos, también tienen expuestos objetos peculiares de temática futurística en vitrinas.

En cuanto a la iluminación exterior nocturna que tanto impacta al turista, se realizó colocando pequeñas armaduras luminosas y circulares a unas distancias regulares de 1,50 m, por todo el contorno de cada esfera. Estas luces se encienden y se apagan continuamente y dan la impresión de puntos luminosos que se encuentran en las intersecciones de los círculos grandes, lo que da al espectador una impresión de pulsación luminosa en diferentes puntos de la esfera. La idea de esta iluminación fue la imaginación de la rotación de electrones alrededor de cada átomo del cristal de hierro.