El Parlamento Europeo cuenta con tres sedes: Bruselas, Luxemburgo y Estrasburgo. En esta entrada os quiero hablar de mi experiencia en la sede de Bruselas, la cual visité este año.
Cuando llegamos al edificio, entramos y preguntamos por las visitas. Nos dijeron que las visitas individuales eran gratuitas y que no hacía falta reserva, pero que se hacían cada ciertas horas y que la próxima empezaría unos minutos más tarde, por lo que hicimos tiempo en los alrededores. No estuvimos mucho tiempo fuera, ya que estaba nevando y hacía bastante frío, por lo que volvimos a entrar y estuvimos esperando sentados en los asientos de la entrada.
Cuando nos avisaron de que la próxima visita estaba a punto de comenzar, nos pusimos a la cola y esperamos nuestro turno. Como habíamos llegado bastante temprano, fuimos de los primeros en entrar. Primero nos pidieron el DNI y nos hicieron pasar por el control de seguridad. Por suerte no llevábamos mochilas encima, por lo que no tuvimos ningún problema.
Después de pegarnos una pegatina para indicar nuestra condición de visitantes, subimos las escaleras que conducen a la sala principal y cogimos un audioguía. Estos audioguías, que consistían en un móvil con cascos, se podían configurar para elegir una de las 24 lenguas oficiales de la Unión Europea como idioma. Después de elegir el español como idioma, empezamos nuestra visita siguiendo las indicaciones del audioguía.
Primero nos mandaron subir de piso en un ascensor, y acto seguido fuimos visitando diferentes salas mientras los vídeos del audioguía nos explicaban la historia de la Unión Europea y del parlamento y la función de cada sala.
La sala final de la visita fue el hemiciclo, lugar donde se reúnen los diputados del Parlamento Europeo para debatir durante las sesiones. Por suerte, fuimos de los primeros en llegar a la sala, por lo que, antes de que llegase más gente y una de las visitas en grupo, pudimos disfrutar de la tranquilidad de la sala vacía.
Como estudiante de traducción e interpretación, una de las cosas que me pareció más interesante y que más me gustó fue ver las cabinas de interpretación y saber un poco cómo funcionaban. Me pareció curioso una información de la explicación, el hecho de que con algunas personas que hablaban idiomas menos comunes, algunos intérpretes no hacían la interpretación directa de la persona, sino del intérprete de la cabina del inglés. Una pena que no tuviésemos la oportunidad de visitar las cabinas o saber más.
La visita del audioguía terminaba en el hemiciclo, por lo que al salir de él había una mesa en la que dejar el audioguía y una papelera a la que tirar los cascos. Además, al lado había un mural en el que podías añadir un mensaje relacionado con las próximas elecciones al Parlamento Europeo que serán el 26 de mayo de este año 2019.
Al volver a la sala principal para irnos, vimos que había postales que se podían escribir y depositarlas en una caja para ser enviadas gratuitamente a la dirección que escribieses. Yo envié una a mi familia y me quedé otra para mi colección de postales. Para escribirlas, tuvimos que pedir un bolígrafo en el guardarropa, pero cuando lo fuimos a devolver nos dijeron que nos lo regalaban.
Al salir, no tuvimos que volver a pasar por el control de seguridad. Antes de marcharnos, vimos que cerca de la salida había una pantalla de croma instalada para hacerse una foto con motivo de las elecciones al Parlamento Europeo. Entre los fondos podías poner diferentes imágenes como una del hemiciclo o de la bandera eurepea, y después podías enviarla al correo electrónico.
El Parlamento Europeo es una visita imprescindible en Bruselas, además de ser muy interesante y muy educativa.
Qué ver Bruselas,
Bruselas,
Bélgica
