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Bruselas, la Grand-Place y mucho más.


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Una parada en Bruselas

Traducido por flag-es Alicia Pereira Lacomba — hace 5 años

Texto original de flag- Oat Sitalasai

Al igual que a la mayoría de la población joven de todo el mundo, siempre he querido viajar por toda Europa. Cuando me mudé a París el pasado mes de noviembre, tomé una "ruta" muy poco habitual. Mi avión salía des de Pafos, Chipre, el lugar en el que crecí y al que ahora llamo "hogar". Para llegar a París, probablemente debería haber cogido un vuelo que saliera desde el Aeropuerto Internacional de Larnaca, el aeropuerto principal del país, y que llegara directamente a la capital francesa, pero no. Señoras y señores, aproveché al máximo mis posibilidades de viaje desplazándome desde el aeropuerto de Chipre hasta el aeropuerto de Charleroi en Bruselas. Y es esta experiencia la que me gustaría compartir con todas y todos hoy aquí, mi parada en la capital belga, ¡Bruselas!

Tengo amigos por todo el mundo y cuando hablan sobre viajar a Europa sus planes siempre se centran en visitar Londres, París, Madrid, Roma, Milán, Berlín y Ámsterdam. Y aunque para muchas personas el viaje de ensueño por Europa no sea exactamente ese, también es cierto que, por lo general, probablemente tampoco pensarían en añadir Bruselas a su lista de viajes. A mí, personalmente, me gusta visitar lugares que no reciban mucho turismo y descubrir lo que todavía está por conocer. La verdad es que es gracioso porque tengo una amiga belga que vive en la ciudad de Leuven, una ciudad que está a unos 25 km de la capital. Pues bien, hasta ella misma se sorprendió de que eligiera parar en Bruselas, ya que, como local, piensa que no hay mucho que hacer por aquí; pero a mí no me lo pareció.

Una parada en Bruselas

Llegué al aeropuerto de Charleroi en Bruselas ya bien entrada la noche y cogí un bus hasta un hotel que había cerca. El hotel no estaba para nada cerca del centro de la ciudad, ya que Charleroi está a unos 30 o 45 minutos de la ciudad en tren. Y así, llegué al hotel a media noche para dejarlo a primera hora de la mañana y dirigirme derechito a Bruselas. Por cierto, la segunda parte del viaje para llegar a París la hice en tren desde "Bruxelles Gare du Midi" hasta "Paris Gare du Nord" con la compañía Thaly's. Debo decir que el servicio en el tren fue fantástico, al igual que todo el proceso de compra y previo a entrar en el tren. El tren estaban bastante limpio en general y lo más importante es que no se retrasó. Y hablando sobre Thaly's, siempre tienen ofertas muy buenas y que se ajustan a bolsillos como los nuestros, de estudiantes y jóvenes, y que llegan y salen cada día desde y hasta ciudades como París, Bruselas, Ámsterdam, Amberes, Lille, Colonia, Róterdam, Aquisgrán y Düsseldorf. En cualquiera de estos destinos es posible conseguir estas ofertas y así viajar por un precio muy razonable y ahorrando bastante tiempo también.

Pero bueno, como os contaba, llegué a la estación de Bruselas "Gare du Midi" y rápidamente encontré unas taquillas donde dejar las maletas. Esta es una opción fantástica para quienes estén haciendo una paradita como yo y prefieran dejar la maleta guardada durante el día para que la visita sea mucho más cómoda. No me acuerdo exactamente de lo que me costaron las taquillas pero ¡estaban bastante bien de precio! La verdad es que esperaba pagar un poco más, así que teniendo en cuenta todo el bulto que llevaba con mis maletas, el precio me pareció más que bien. Lo que más me gustó de las taquillas es que están a penas a unos minutos de distancia de los trenes de Thaly's.

Una parada en Bruselas

Con las maletas aseguradas, ya estaba listo para recorrerme la capital belga. Con el billete turístico que compré en la estación de trenes de Charleroi podría visitar toda la ciudad sin problema. Técnicamente se puede caminar desde la estación de "Bruxelles Gare du Midi" hasta el centro pero puede ser que el paseo se alargue hasta entre 15 y 30 minutos, según me informaron, pero como yo quería aprovechar el día al máximo antes de coger el tren a París por la tarde, cogí un tren que me llevó a la estación de "Gare de Bruxelles-Central". Desde ahí, todos los puntos de interés turístico están ¡súper cerca!

Una parada en Bruselas

Podemos empezar nuestra visita haciendo una parada en el lugar más conocido de toda la ciudad y no es sino "La Grand Place", que como puedes imaginar y tal y como indica su nombre en francés, este lugar en pleno centro de la ciudad es una plaza enorme. Pero no es en absoluto simplemente otro espacio abierto, como cualquiera de este tipo en el que hayas estado, sino que yo diría que se trata de una plaza como es debido y cuya impresionante arquitectura se mantiene increíblemente bien conservada. De verdad que no puedo decir con palabras lo precioso de este lugar y lo mejor es hacer una buena panorámica de 360 grados de toda la plaza, porque no hay una parte más bonita que otra. Como por entonces todavía tenía mi móvil viejo, no tuve el privilegio de tomar esa imagen. Así que, en vez de ponerme a llorar por el camino, me puse a fotografiarlo todo, así que espero que podáis juntar mentalmente la imagen de todas las fotos para que (más o menos) os podáis hacer una idea de lo impresionante que es este lugar.

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También conocida como Grote Markt en neerlandés, "La Grand Place" forma parte oficialmente de la exclusiva lista de lugares considerados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Su historia se remonta al s. X, cuando la zona de alrededor se construyó como un fuerte y un punto estratégico de guerra. Después se convirtió en un mercado en el que el comercio floreció, y ya sabemos que con la dinámica de la oferta y la demanda llega el poder. A penas unos 100 años después, la plaza se convirtió en el eje central de los líderes políticos, así como en un lugar ejemplar para el comercio. Una de las razones, más allá de su historia, que hizo que la UNESCO incluyera a este lugar en su lista fue la interesante combinación de estilos arquitectónicos que reúne la plaza. Según la UNESCO, es de apreciar la fusión de estilos en esta plaza ya que ilustra la verdadera identidad cultural y social de toda la región. Otra razón por la que La Grand Place es parte del Patrimonio Mundial es porque los monumentos se mantienen en muy buenas condiciones a pesar de todos los conflictos que ha atravesado a lo largo de la historia del país. Además, la plaza es también un reflejo del período tan próspero que experimentó el comercio aquí en el norte de Europa.

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Si a la UNESCO le apasiona tanto este lugar tan precioso, ¿cuál es tu excusa para no visitar esta plaza? Si por lo que sea vas a Bruselas o a alguna otra ciudad de Bélgica o, incluso, a algún país cercano, la Plaza Mayor de Bruselas es una visita obligada. Por no mencionar la famosa alfombra floral que crece, enorme y colorida, en mitad del "Grote Markt" y que solo se puede ver entre el 12 y el 16 de agosto. Para que os hagáis una idea, alfombra floral mide 75 metros de largo y 24 de ancho, lo que haría una media de ¡300 flores por metro cuadrado! La primera vez que se llevó a cabo este evento de construir la alfombra floral fue en 1986 y desde entonces ha atraído a turistas de todo el mundo. Lo malo de este evento es que solo se celebra cada dos años, por lo que es uno de esos eventos que hay que señalar en el calendario con mucho tiempo de antelación. Efectivamente, yo no sabía nada de esto hasta después de haberme ido ya de Bruselas y me lo he perdido toda mi vida, así que tendré que esperar hasta el verano de este año.

Desde la Plaza Mayor puedes ir en cualquier dirección. Como empecé mi visita bien pronto por la mañana, cuando terminé de ver la plaza ya tenía mucha hambre. Y ahora que os voy a hablar de comida, os voy a hablar sobre varios platos que es tenéis que probar mientras estéis en Bélgica. Entre estos platos se incluyen los "moules frites" (mejillones al vapor, normalmente a base de una salsa de vino blanco y acompañados de patatas fritas), los waffles (gofres) y, por supuesto, las patatas fritas, que, por cierto, no entiendo muy bien por qué en inglés se las llama "French fries" si la receta original proviene de Bélgica. La verdad es que no me he molestado mucho en buscar la historia oficial de la procedencia de la receta de las patatas fritas pero lo que sí diré es que quien las inventó era una estrella de la cocina y una leyenda literalmente.

Una parada en Bruselas

Si buscas, verás que en Bruselas hay bastantes puestos de patatas fritas recomendados por otros viajeros. Sin embargo, como no tenía el lujo de tener internet en el móvil todo el tiempo, pronto me perdí y no conseguí encontrar ninguno de los sitios que ya había preparado en mi lista de patatas fritas. Pero esto no fue un problema, ya que al perderme me topé con una cola enorme que entraba a un local. El local era De Pistolei, que, por lo visto, es bastante conocido en esa zona. La especialidad de De Pistolei son los sándwiches, los desayunos y algunas comidas rápidas. Todo lo que se dice de las patatas fritas de Bruselas hacen justicia con la realidad, porque de verdad que están súper ricas. O sea, en una escala ¿cuán buenas pueden estar las patatas fritas? Yo creo que nunca en mi vida he probado unas patatas fritas que estuvieran malas, a excepción de alguna vez de cuando no las han cocinado lo suficiente. Como podéis ver en la foto, la cola es bastante larga así que no me molesté en hacer cola a pesar de lo famoso de este lugar. Así que le hice una foto rápida y seguí mi camino.

Una parada en Bruselas

Afortunadamente, encontré otro sitio y esta vez sin cola. Tuve mucha suerte porque no había nadie delante de mí, pero ¡sí que fui la primera persona en formar la cola! Este sitio tiene un nombre muy creativo, Belgian Frites. Os juro que yo creo que pasó así porque así tenía que ser, porque, por una parte, no hice cola y, por otra parte, resultó que Belgian Frites es uno de los mejores sitios de patatas fritas en Bruselas. Los belgas se toman muy en serio lo de hacer bien sus patatas fritas y los locales sirven con mucho orgullo sus patatas a los clientes.

Belgian Frites se divide en tres zonas distintas. La primera es la parte más tipo restaurante, donde se coge asiento, se pide y a donde se lleva la comanda por algún miembro del personal. Luego está la parte donde yo pedí, que es una ventana por la que das la orden y por la que te llega la comanda para que tú te lo lleves a donde quieras. Pero esta opción solo está bien si pides algo simple y rápido como hice yo, como unas patatas fritas o un sándwich. También estaría bien para sentarse en la misma barra pero tomando las patatas junto con una cerveza en vez de con un sándwich —cosa que, ahora que lo pienso, no hubiera estado nada mal hacer, ya que las cervezas locales son muy buenas—. Con lo que pedí, me dirigí a la tercera zona, la terraza. Me hizo un día fantástico, así que me tomé esta delicatessen regional bajo el sol y la brisa de aire fresco, lo cual es siempre un buen plan.

Una parada en Bruselas

Por cierto, ya que lo menciono, probablemente me pedí la opción menos saludable de toda la carta, que fue un bocata de pan de baguette con una salchicha cubierta de patatas fritas y acompañada con una salsa a elegir. No tengo ni idea de qué tipo de salchicha me pusieron, ya que solo señalé la salchicha de la parrilla que me entró por los ojos en ese momento. El bocata también llevaba cebollas salteadas, que es un buen condimento para este tipo de comidas. Sobre todo esto añadí un poco de salsa andaluza sobre las patatas fritas, todavía calientes. Para quienes no la conozcáis todavía, la salsa andaluza resulta de la mezcla de mayonesa, pasta de tomate y un toque de pimiento picado. De nuevo, cada sitio tiene su propia versión de salsas regionales, pero os recomendaría personalmente que escogierais esta combinación tanto si es para empezar vuestro día como desayuno (si os atrevéis) o como plato para la hora de comer o de cenar (si os atrevéis también). Estaba tan rico y era tan auténtico que no me importaría volver a Bruselas aunque solo fuera para pedirme otro —por si a caso ya sé que las ofertas de trenes de Thaly's son la bomba—.

Una parada en Bruselas

Además, el personal del local es súper agradable y hasta pude hablar con ellos en francés. Estuvimos hablando sobre los sitios que visitar en la zona, que, bien pensado, es una buena idea porque no hay nada mejor que recibir recomendaciones de los locales, ¿verdad? Pero si prefieres hacer plan de turista y disfrutar de la comida en un lugar que yo describiría como "la zona de turistas", entonces tienes que ir a la Rue des Bouchers. Esta callecita se asemeja mucho a la que hay por la zona de Cuny - La Sorbonne a unos minutos de la catedral de París. A lo largo de esta angosta callejuela encontrarás restaurantes por todas partes, tanto en el lado derecho como en el izquierdo y con al menos una persona por local parada en la puerta de su restaurante, hablando en cuatro idiomas distintos e intentando convertirte en su comensal. Me gusta la forma de negocio de este lugar y pensé que sería todo cocina local, pero la verdad es que la gastronomía que se podía encontrar ahí era muy rica y variada. Eso sí, en la mayoría de sitios ofrecían los Moules Frites. En ese momento fue que me di cuenta de que aquel día había tomado la mejor decisión al comprarme aquel sándwich con patatas fritas en el Belgian Frites, ya que me costó la mitad de lo que le costaría a un turista en cualquiera de los locales de la Rue des Bouchers.

Una parada en Bruselas

Tras deambular un buen rato por las calles sin tener ni idea de hacia dónde dirigirme, acabé lo que parecía ser un pequeño "centro comercial" que se parece más bien a algo con lo que te encontrarías en Asia. No esperaba en absoluto encontrarme con un edificio lleno de puestos de venta ropa con sudaderas, camisetas, chaquetas y, por supuesto, hasta zapatillas. Las prendas además eran bastante baratas, lo cual me hace dudar de su autenticidad. Tema aparte, no tenía ninguna intención de hacer compras en Bruselas pero sí que me pareció fascinante encontrarme con la mezcla del contraste entre lo más moderno y lo más clásico de una cultura y su sociedad. Como ya he comentado antes en otras entradas sobre alguna ciudad, por ejemplo, como en el caso de Melbourne, un contraste equilibrado entre lo nuevo y lo antiguo siempre, para mí, marca la diferencia con respecto a todas las demás visitas.

Una parada en Bruselas

Y aquí concluye mi recorrido durante la primera etapa de mi tarde aquí en Bruselas. Ya sabéis lo que esto significa, y si no, pues significa que estéis pendientes de mis actualizaciones para seguir lo que compartiré con vosotros sobre Bruselas; confiad en mí, se acerca algo gordo. Además, también os contaré sobre otra especialidad de la gastronomía típica que es imprescindible que pruebas en tu visita a Bélgica. ¡No tardaré!

Enlaces útiles:

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¡Saludos!

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