El Museo de Instrumentos Musicales de Bruselas fue el segundo museo que visito en la ciudad. Me encanta el turismo pero nunca he demasiado de museos a decir verdad pero supongo que a lo largo de mi año erasmus los acabaré visitando todos. Al fin y al cabo seguro que algo nuevo me aporta cada uno de ellos.
Esta vez le tocaba al MIM, la verdad que el plan surgió de manera muy casual porque una amiga de Barcelona vino a visitar y pensábamos ir a pasar el día a Brujas pero por unos problemas con el transporte al final se nos vino abajo el plan y nos decidimos por este museo que nos quedaba cerca de la Gare Centrale, donde en esos momentos nos encontrábamos.
El museo se encuentra en la principal zona de museos de la ciudad, en la Rue Coudenberg a pocos metros de la Place Royale y el Palais Royal. El precio del museo son 3€ y existe la opción de depositar gratuitamente los abrigos en un ropero para realizar la visita de manera más fácil y cómoda.
El museo consta de varios pisos, en el de arriba del todo se encuentra el restaurante desde el cual se divisan unas vistas la Grand Place y el Mont des Arts inigualables, pero poder acceder hay que consumir.
Dos pisos más abajo hay como una especie de balcón acristalado desde el cual mi amiga y yo nos hicimos algunas fotos porque también tenía buenas vistas sin tener que pagar.
La exposición de instrumentos se reparte entre cuatro plantas, una de ellas suele estar destinada a exposiciones temporales que en mi caso me tocó admirar la "Sax200" dedicada íntegramente al inventor del saxofón: Adolph Sax en su 200 aniversario.
Las tres primeras plantas están cargadas de vitrinas con instrumentos ordenadas por secciones de viento, percusión, cuerda etc, por años/siglos de su auge y también por culturas. Siendo los instrumentos tibetanos por su gran tamaño los que más captaron mi atención.
Con audioguía en la mano que nos permitía escuchar el sonido de cada uno de los instrumentos, fuimos contemplando los diferentes aparatos expuestos, desde tipos de flautas, clarinetes, zambombas, tambores, pianos, maracas a decenas de instrumentos que no reconocía haber visto antes.
Una colección muy muy amplia que hace las delicias de todo amante de la música y te transporta a un mundo de película de esos a los que solo la música tiene el poder de llevarte.
Con respecto a la exposición "Sax200" me gustaría resaltar que fue lo que más me gustó del museo. He tenido la oportunidad de hacer una visita a la localidad donde Adolph Sax nació: Dinant, Bélgica. Y por tanto conocí un poco más de su historia y de la maravillosa invención de este instrumento que revolucionó el mundo del jazz y del blues. La exposición hace un repaso por la vida del músico, desde su niñez a cómo dedicó parte de su vida en desarrollar un instrumento que mejorara la potencia de los instrumentos de viento, y así es como nació el saxofón. A lo largo de las salas también pude ver varias pantallas explicativas y otras donde salían imágenes de sus conciertos y de su proceso de fabricación del saxofón.
También hace un repaso por los mejores músicos del saxofón, quiénes fueron los primeros en adoptarlo y hay muestras de más de 200 tipos de saxofones que llevan la firma del afamadado inventor belga, desde los primeros hasta los más modernos. Entre ellos se encuentra el saxofón más antiguo conservado de 1846.
Me llamó mucho uno con un diseño con la bandera de Estados Unidos que fue entregado en 1994 al presidente de los Estados Unidos Bill Clinton. Es un símbolo de la importancia de este instrumento en un género que revolucionó la música en América: el jazz. A los pies de este saxofón se distribuían varios vinilos de música jazz y blues. La exposición ha cerrado sus puertas el 11 de enero de 2015 lamentablemente. Espero que puedan en algún momento llegar a conocer la historia tan curiosa de la invención del saxofón.
Además, también destacar que el museo, muy completo en sí mismo, cuenta con varios espacios para realizar talleres para mayores y niños, una tienda del museo, una sala de conciertos que la verdad me habría gustado presenciar algunos del programa, y una biblioteca especializada en música.
Para los amantes de los museos y de la música, esta es la combinación perfecta para no perder detalle en uno de los museos más famosas de la capital belga.
Qué ver Bruselas,
Bruselas,
Bélgica
