Muy cerca del Manneken Pis y de la Bourse de Bruselas se encuentra la Ancienne Belgique, una de las zonas más bohemias de la ciudad con múltiples cafeterías, restaurantes, pubs y bares adecuados a cualquier necesidad.
He estado en varios de ellos, y esta vez el que toca describir se llama Le Fontainas, uno de los más populares y que llegué a descubrir gracias a la recomendación de un amigo.
Es un pequeño bar continental que se encuentra en la intersección entre Rue du Marché au Charbon y Rue des Jardin des Olives. Se reconoce fácilmente por la amplia terraza instalada en el exterior que toma parte de ambas calles, constituida de sillas y mesas blancas y siempre suele estar llena cuando llega el buen tiempo a eso de las 5 de la tarde. En la entrada se pueden leer tres letreros, dos de ellos con el nombre del local y el otro con el nombre de la cerveza Vedett. Recibe el nombre de Fontaines por la fuente de agua potable que se encuentra enfrente con el nombre de "La Fontaine Saint-Jacques" que hace referencia al barrio de Saint-Jacques.
La decoración es exquisita, en tonos rosas, pastel y verde-azul esmeralda, la atmósfera es tranquila y agradable en una zona frecuentada por gays. La selección de bebidas es muy amplia:
- Cervezas en botella que rondan los 2,60€ hasta 4€
- Bebidas calientes de aproximadamente 2€ que van desde café latte, infusiones, chocolate caliente y una gran variedad de tés.
- Zumos, sirope de frutas, chupitos de absenta, martini y todo tipo de bebidas...
- Todo tipo de cubatas y vinos, como baileys, ginebra, ron, whisky, tequila, vodka...
Como veis funciona tanto como bar de copas, como de cafetería o como pub nocturno. Además cuenta con una pequeña carta de comidas ligeras, a mí me recomendaron probar el queso brie que cuesta tan solo 3€ y es uno de los platos que más pide la gente como aperitivo a media tarde, lo sirven con mostaza y pimienta y he de decir que está delicioso. Los precios son como podéis ver en la fotografía del menú de bebidas muy razonables, nada caro para la zona bohemia y gay en la que se sitúa. También ponen música de ambiente en un volumen bajo que invita a la relajación, por ello es un buen bar para conversar y no de aquellos que ponen la música a volumen estridentes y casi no puedes apreciar lo que cuenta el vecino de al lado.
Hay dos pisos con muchas mesas para elegir donde sentarse y plantas que le aportan una decoración ecológica y primaveral al local.
Uno más de los tantos sitios que recomendaría que rodean a la Grand Place.