Cine UGC De Brouckère

Mes de febrero y uno de los estrenos más esperados del año: 50 sombras de Grey. Por supuesto el estar en Bruselas no me iba a impedir ir al cine a verla ya que me he leído los libros y quería ver que tanto habían recreado las escenas de sexo en la película. Además era una oportunidad también para ir al cine en VOS que tan pocas salas hay en España para ello, iba a ser curioso ver los subtítulos en francés y en flamenco...

Bien, nuestra elección había sido Kinépolis, que se encuentra en la parada de Heyzel, en el Bruparc, próximo al Atomium, ya que pensábamos que este cine (que por cierto es belga, dato que desconocía hasta la fecha) tenía las salas más amplias de todos los cines bruselenses. Sin embargo una amiga me recomendó otro... mi primera vez en un cine de Bruselas tenía que ser en los UGC De Brouckère, pues cuentan con una sala que me iba a impactar y al ser esta película el estreno más esperado en meses muy posiblemente sería en esa sala en la que lo proyectaran.

No se equivocaba. Otra amiga y yo acudimos a ese cine el miércoles 18 de febrero, elegimos la sesión de las 19:20. Se localiza en plena plaza de De Brouckère, número 36, al lado del restaurante CheeseCake. La entrada no es nada del otro mundo, me recordó a los cines Proyecciones de Fuencarral en Madrid, pero incluso con la puerta de entrada más pequeña, aunque con mucha iluminación en su fachada por lo que desde cualquier punta de De Brouckère se podía adivinar que esos eran los cines. Su creación se remonta a 1906, primero se llamaron American Film y después cambió el nombre a Cinéma des Princes en 1952. Su fachada se rehizo en 1938 bajo la dirección de los arquitectos Léon Stynen y Grosemans.

En 1992, el teatro abrió sus puertas bajo el nombre de UGC De Brouckère y contaba con 10 salas de hasta 766 asientos. 

Un fresco monumental del artista belga, Guy Peellaert se presenta en el vestíbulo del edificio desde su finalización en 1992.

Entramos y las colas eran inmensas... supisimos que casi todo el mundo venía a ver la misma película, pero además de la taquilla también contaba con máquinas donde comprar las entradas con tarjeta y en el momento, así que optamos por este método y en menos de 8 minutos ya teníamos nuestras entradas en la mano. Por ser estudiantes nos costó 8,50€, pero el cine por las mañanas cuesta 5,70€... lo malo es que no proyectan todas las películas en horario matutino.

Decidimos pasar de las palomitas o las bebidas y fuimos directamente a buscar nuestra sala, la número 7. Estaba nerviosa porque tenía muchas ganas tanto de ver la película como de que nuestra sala fuese la que nos había comentado mi amiga...

El interior del cine es muy muy amplio, tiene varios pisos con escaleras distribuidas a izquierda y derecha, un poco laberinto y fácil perderse de no ser por los carteles que indican a la perfección la dirección de cada sala. Seguimos la fecha que indicaba la sala 7 y subimos dos pisos detrás de una marea de gente... 

Por fin llegamos a nuestra sala, se abría en el segundo piso ante nuestros ojos en el centro, la sala central, la de las puertas más grande... como si fuésemos a entrar al teatro. ¡Bingo! Esa era la sala de la que nos había hablado mi amiga, qué suerte... Tiene hasta nombre propio: la sala "Grand Eldorado" y está considerado como una de las 20 salas de cine más fascinantes del mundo, ocupando el puesto 14. Aquí se proyectan asimismo la mayoría de películas en 3D que lanza el cine y fue diseñada por el arquitecto Marcel Chabot.

En este sala también se realizan representaciones teatrales y obras de ópera, es por ello el despliegue y la belleza de ella. Consta también de un balcón. En sus paredes se representan escenas de la vida diaria africana de El Congo en la década de los 30 de inspiración colonial, diseñados por los escultores Wolf e Van Neste; el estilo arquitectónico es art déco, famoso por ser el elegido en infinidad de edificios en Bruselas. En el techo se plasma la imagen se un sol, toda la decoración en dorado como bien indica su nombre lo que le da un aspecto egipcio. Está extremadamente bien cuidado y conservada. Además, desde el 28 de abril de 1994 ha sido nombrada Patrimonio Cultural de Bélgica.

La sala Gran Eldorado  fue restaurada bajo la dirección del arquitecto Alberto Cattani y está equipada con una pantalla de 130 m2.

Entramos y quedé sobrecogida del tamaño de la misma, parecía que estaba entrando en el Teatro Real de Madrid... había distintos niveles de butacas y una pantalla gigante, como llegamos justas de tiempo para los trailers los mejores asientos ya estaban cogidos así que subimos al último nivel donde quedaban libres dos asientos más o menos centrados. Asientos rojos, muy cómodos y amplios con reposabrazos, la gente cuchicheaba y yo no podía parar de admirar la sala y sacar fotos... era más de lo que me la hubiera imaginado.

Después de estar unos minutos admirándola... nos acomodamos para disfrutar de la película.