Viaje a Londres

En este artículo os voy a hablar de nuestro increíble viaje a Londres. Cuando estaba considerando las opciones para mi Erasmus, Lille me llamó mucho la atención por su situación geográfica, la cual te permite viajar a casi todas partes con mucha facilidad. Está muy cerca de Bélgica, lo cual es muy práctico ya que las mejores ofertas de Ryanair son las de vuelos que salen del aeropuerto de Charleroi, situado cerca de Bruselas. Se tarda muy poco tiempo en llegar a Reino Unido, otras ciudades de Bélgica, Holanda, España, Portugal, Italia, Dinamarca, etc. La verdad es que no esperaba viajar mucho, pero durante el semestre encontramos muchos billetes de avión y autobús baratos y hubiera sido una pena no aprovecharlo. Uno de mis planes era visitar Londres, la mejor ciudad europea en mi opinión.

Fui a Londres por primera vez en el verano de 2013 cuando estaba trabajando de «au pair» en Norwich (una ciudad pequeña cerca de Londres). Después de visitarla me enamoré completamente de esta preciosa ciudad, aunque suelo cambiar mucho de opinión y dos años es mucho tiempo, así que quería comprobar si seguía convencida de que Londres es tan increíble como pensaba (igual exageré un poco). A todo esto, París también me gustó mucho.

Como ya había estado antes, no me esperaba nada nuevo y tenía ganas de ver a mi amiga checa, Lucy, a la cual conocí en el instituto en la República Checa. Habíamos planeado que Lucy me visitara durante el semestre, pero al final acordamos encontrarnos en Londres y pasar unos días allí, ya que hay muchas cosas que hacer, y luego ir a Lille. Comenzamos a preparar nuestro viaje con bastante antelación así que encontramos billetes muy baratos, el de ida me costó 15 libras (unos 17 euros). Podría haber ido en avión, pero el viaje en autobús era de solo cinco horas y la verdad es que no me importa viajar por carretera. Todo salió bien con los billetes y, sorprendentemente, decidimos bastante rápido qué fin de semana queríamos viajar. Sin embargo, el tema del alojamiento no fue tan sencillo.

Después de una buenísima experiencia con el «couchsurfing» en Dublín, quería probarlo de nuevo en Londres, pero después de enviar muchas solicitudes solo nos aceptaron en dos. Uno de los tipos quería que una de nosotras durmiera con él en su cama y el otro se consideraba un «naturista», lo que significa que le gustaba ir desnudo por su casa. Compartir alojamiento con estos tipos nos hacía sentir incómodas, así que Lucy se puso en contacto con una amiga checa, Zuzka, que estudia en Londres y nos alegró mucho poder pasar las dos noches en su casa. ¡Estuvo muy bien! Zuzka vive en una zona de Londres llamada Candem Town, que no está muy lejos del centro y además podíamos disfrutar de muchas otras ventajas como hacer la cena en casa. Gracias otra vez, Zuzka.

Nuestro viaje comenzó un viernes en la estación de tren Victoria, a donde Lucy llegó desde la República Checa y yo desde Lille. Encontrarnos allí no fue tarea fácil ya que la estación es bastante desconcertante, pero una vez juntas compramos la Oyster card para poder usar el transporte en Londres y fuimos directas a casa de Zuzka. Ya estaba muy oscuro y las dos estábamos cansadas después del viaje así que esa noche decidimos quedarnos en casa, pero aun así nos divertimos mucho. Preparamos un plato de pasta muy rico y bebimos sidra con Zuzka y una amiga suya. Se me ha olvidado completamente mencionar que antes de ir a Londres estaba mala, algo que no me sorprendió para nada porque desde que comencé mi estancia en Francia ya había estado enferma por lo menos tres veces. Me pasó lo mismo de siempre y no podía ni tragar porque me dolía. Aun así nunca pensé en cancelar el viaje ya que la situación no era ninguna excepción. Afortunadamente mi casero me dio algunas pastillas de homeopatía y hierbas que me tomé antes de ir a Londres y al segundo día de estar allí ya me encontraba mucho mejor.

Durante nuestra segunda jornada visitamos muchos lugares. El primero fue el famoso rascacielos Sky Garden desde donde se puede ver todo Londres. Normalmente la entrada es gratis a determinadas horas. Nosotras decidimos subir y aunque había un poco de niebla la vista era bonita. Después comenzamos nuestro largo día de visitas en el Puente de la Torre. Creo que tuvimos mucha suerte porque nos hizo muy buen tiempo, hacía incluso más calor que en Lille y en ocasiones ni siquiera se necesitaba chaqueta. Gracias a esto pudimos sacarnos un montón de fotos con gafas de sol frente al puente y como hacía tan bueno estaba muy feliz y se me olvidó inmediatamente que estaba mala. De hecho, me encontraba mucho mejor y al final de nuestro viaje ya estaba casi curada. Tras caminar durante una hora me reafirmé en mi convicción de que Londres una ciudad en la que me gustaría vivir en un futuro, no durante mucho tiempo, pero estaría bien estudiar o trabajar allí durante un año.

Continuamos nuestro paseo a lo largo del río y vimos los lugares principales como el Big Ben, la Abadía de Westminster, el London Eye, etc. Todo era precioso y me encantaron la arquitectura de los edificios y el ambiente. Antes de ir a Londres acordamos no gastarnos mucho dinero allí ya que el valor de la libra es bastante alto en comparación al del euro. Nos habría salido muy caro si hubiéramos comido y cenado fuera, así que compramos algo en el supermercado para desayunar y durante el día comíamos fruta o galletas. Aun así no pude resistirme a las empanadas, una especialidad argentina que vendían cerca del London Eye. Mi amigo argentino, Juan, no paraba de hablar de ellas y cuando las vi quise probarlas. He publicado una entrada con la historia completa sobre la cena de empanadas que preparamos en Lille (echadle un ojo). Las que comí en Londres estaban riquísimas a pesar de ser típicas de América del Sur. Después del paseo comimos algo y descansamos junto a la fuente que hay al lado del Palacio de Buckingham. Disfruté del ambiente de la zona y del buen tiempo.

Desde que empezamos a planear también teníamos claro que queríamos ir de compras a Primark ya que en la República Checa no hay. Me preocupaba que acabáramos como siempre, es decir, cuatro horas probándonos ropa, esperando durante horas en la fila y volviéndonos locas. Después de la primera hora ya estaba agotada, no podía ni andar y solo pensaba en tomarme un café, pero de repente la situación cambió y se puso interesante. Las cuatro horas pasaron muy rápido y las dos salimos con una bolsa grande llena de todo tipo de cosas. Ventajas de Primark. Siempre que voy me compro zapatos, chaquetas, jerséis, camisetas, pantalones, bolsos y accesorios para el pelo. Después de todo esto nos propusimos el reto de volver andando a casa, pero no nos importó caminar durante 50 minutos después de un día fantástico. Llegamos a las diez de la noche y entonces nos dimos cuenta de que, aparte del descanso cerca del Palacio Buckingham, no habíamos parado. El echarme a la cama totalmente agotada y simplemente dormir fue algo genial.

Nuestra aventura continuó al día siguiente. En primer lugar nos dirigimos a la estación de King’s Cross, famoso escenario de las películas de Harry Potter y donde se encuentra el también conocido andén 9 y ¾, así como las tiendas de ventas de productos relacionados con la saga. Después nos unimos a una visita guiada gratuita, pero el grupo era demasiado grande y nos separamos de él en la calle de Harry Potter. Ese día queríamos explorar los parques de Londres. Es genial que en una ciudad tan grande haya tantos parques donde tomarse un descanso. Hyde Park y Regent’s Park me gustaron mucho.

El tiempo fue incluso mejor que el día anterior, hablamos mucho y también volvimos andando a casa. Entonces comenzó nuestra locura de viaje de vuelta. No sé cómo pudo pasar, pero no miramos bien la hora de salida y solo tuvimos 20 minutos para hacer la maleta. Generalmente, eso es tiempo suficiente para llegar a la estación de autobuses, pero entonces descubrimos que no podíamos coger el mismo tren en el que llegamos hasta nuestro alojamiento porque era domingo y esos días no hay trenes, así que cogimos el metro que más cerca estaba. Este era muy lento y nos preocupaba perder el autobús. Además, durante el viaje en metro nos dimos cuenta de que teníamos que estar en la estación de Victoria una hora antes de la salida y nosotras para entonces todavía estábamos de camino.

Tras una caótica carrera hacia la estación de autobuses conseguimos, por suerte, coger el autobús de vuelta a Lille, aunque no nos dio tiempo a devolver nuestra Oyster card, así que espero encontrarme con alguien que vaya a Londres en las próximas semanas. Llegamos al autobús muy cansadas y me dormí. Al cabo de un rato el conductor nos despertó y tuvimos que bajar y coger el ferri. Era la primera vez que iba en ferri y fue algo emocionante, pero me molestó no poder dormir y encima tenía mucha hambre. Tuvimos algunos problemas con el autobús en nuestro viaje de regreso y con un poco de retraso llegamos a Lille a las cuatro de la mañana. Fuimos rápidamente a mi casa caminando y me quedé dormida en cuanto me metí en la cama.

Al día siguiente le enseñé a Lucy la ciudad, aunque también fui a la universidad. Mientras paseábamos por Lille me di cuenta de que los franceses no son muy limpios ya que había basura por la calle, pero espero que a Lucy le gustara igualmente. Queríamos tomarnos un café y comer tarta en Paul, pero después decidimos probar en una cafetería típica francesa. Estuvimos intentando decidir durante mucho tiempo, pero al final mereció la pena ya que encontramos una increíble llamada Elizabeth's donde yo comí tarta de queso y oreo y Lucy probó el crujiente de frambuesa. Es un lugar que definitivamente recomendaría a todo el mundo. Por la noche fuimos a un concurso de cocina organizado por el club internacional y donde, por suerte, no teníamos que cocinar sino únicamente probar la comida. ¡Estaba riquísima! A pesar de no tener mucha hambre comimos con gusto pollo a la mantequilla con arroz y tarta de manzana. Escribiré un artículo sobre el concurso de comida más adelante ya que estaba muy feliz de participar en este evento organizado por el club internacional.

¡Fue un fin de semana de 10!