Ya les platiqué anteriormente sobre la famosísima Plaza de San Pedro. Cuando visiten este lugar, no pueden dejar de entrar a la también muy célebre Basílica de San Pedro.
Aunque generalmente se habla de la plaza y de la basílica de forma conjunta, decidí hacer dos artículos separados para cada uno de esos lugares porque me pareció importante dedicarles un artículo exclusivo. Es por ello que hoy les hablaré más a detalle de la famosa Basílica de San Pedro. ¡Comencemos! ^^
La fachada de la Basílica de San Pedro... ¡simplemente imponente! Y cómo no, si mide cuarenta y seis metro de alto y ciento quince de ancho
Un poco de historia…
Se puede decir que es el templo religioso más importante del mundo. Millones de personas lo vistan cada año. Y aunque uno no sea católico, una visita a este lugar… ¡siempre es impresionante! Y es que deben saber que la Basílica de San Pedro es la iglesia católica más grande de tooodo el mundo.
Así que sabiendo eso, ya podrán imaginarse que este edificio no se construyó de la noche a la mañana. Aunque en el lugar donde se erige esta impresionante Basílica hubo otros templos, el monumento actual (tal y como lo conocemos ahora), comenzó a ser construido en 1506. Y no fue hasta 1626 que fue concluido. ¿Ya hicieron cuentas? ¡Tomó más de cien años su construcción! :O (Ciento veinte, para ser exactos).
Sabiendo esto, pueden suponer que la Basílica de San Pedro no es obra de un solo arquitecto. De hecho, el proyecto original fue modificado a lo largo de su construcción. En él participaron Donato Bramante (quien fue quien estuvo a cargo del proyecto inicial), Bernini (el arquitecto que se encargó de la construcción de la Plaza de San Pedro) y... ¡hasta el mismísimo Miguel Ángel! Sí, ya saben, aquel prolífico escultor, arquitecto y pintor italiano. Sí, ¡aquel que pintó la Capilla Sixtina!; )
Por cierto, si se preguntan el por qué la Basílica de San Pedro fue construida justamente en el lugar donde se encuentra ahora, deben saber que, de acuerdo a las creencias, la tumba de San Pedro se encuentra ahí. De hecho, se dice que se encuentra directamente debajo del altar principal de la Basílica.
En fin, dejemos de lado los datos, los nombres y las fechas, para pasar ahora sí a lo que pude ver cuando visité ese lugar :)
El interior de una de las bóvedas de la Basílica de San Pedro: ¡cuenta con un sinfín de detalles decorativos!
Mi visita a la Basílica de San Pedro…
Después de haber visitado el Museo del Vaticano y la Capilla Sixtina, nuestra siguiente parada era la Plaza y la Basílica de San Pedro. Eran aproximadamente las 4:00 p. m. cuando llegamos al lugar. Vimos unas filas de turistas que estaban esperando pasar por una especie de control. Por un momento creí que tendríamos que pagar para entrar (lo cual me habría parecido un total descaro…), pero no. Sólo se trataba de unos controles de seguridad: pasábamos por unos detectores de metal y nos revisaron también nuestras bolsas.
No sé si hagan esto siempre, pero me dije que era tal por el hecho de muy recientemente, hace apenas algunas semanas, habían ocurrido los lamentables atentados de París. De hecho, durante todo nuestro viaje, tanto en Italia como en España, noté que las medidas de seguridad habían sido reforzadas (había más controles, más policías, etcétera).
En fin, cuando al fin pudimos entrar a la plaza y que nos dirigimos hacia la entrada de la Basílica, vi nuevamente otros controles… y la misma pregunta de “¿Qué a poco cobran? O. o” volvió a pasar por mi mente. Pero tampoco fue el caso. Cuando nos acercamos, vi que había una buena cantidad de visitantes… temí que nos tardáramos una eternidad para entrar :/
Camino para entrar a la Basílica de San Pedro. Al fondo se ve que había mucha gente... aunque puedo apostar que no es nada a compración de la graaaan cantidad de visitantes que debe recibir este luagar en temporada alta (como verano, por ejemplo)
Recuerdo que, por ejemplo, cuando fuimos a Florencia y que quisimos entrar a la famosa Galeria Ufizi (donde se encuentra la célebre pintura “El nacimiento de Venus”, de Sandro Botticelli), estuvimos esperando en la fila para entrar como casi una hora… pero al final, tuvimos que darnos por vencidas porque, aunque ya estábamos cerca de la taquilla, la fila no avanzaba nada rápido y quién sabe cuánto tiempo más habríamos tenido que esperar… :(
En fin, me dije que si eso nos pasó en un lugar donde se paga por entrar… pues probablemente ocurriría lo mismo (¡o hasta algo peor! >. <) si en el templo católico más grande y más famoso del mundo no se tenía que comprar boleto.-.
Peeeero afortunadamente mis temores se fueron tan rápido como habían aparecido: no nos tardamos prácticamente nada en entrar al fin a la famosa Basílica de San Pedro. Bueno, además tengo que decir que tal vez el tiempo de espera no se me hizo tan largo porque me distraje viendo la inmensa fachada de la Basílica, observando sus ricos detalles y numerosas esculturas.
De la fachada exterior, me llamó la atención un reloj ubicado en el extremo derecho, en lo alto. Me gustaron mucho los detalles que lo rodeaban, una serie de esculturas en piedra. Además, los detalles de las columnas me parecieron también excepcionales. El interior de las bóvedasde los arcos laterales me pareció igualmente muy bello.
El reloj del cual les hablé más arriba
Recuerdo que entramos por una de las puertas laterales (la principal la abren sólo en ocasiones excepcionales). Lo primero que vi fue una gran cúpula (¡era grande, y eso que no era la principal! ). No pude evitar el estar viendo hacia arriba durante un buen momento porque quería apreciar todos los detalles de su pintura interior. No sé quién los haya ejecutado, pero me recordaron al trabajo que había visto en la Capilla Sixtina. Tal vez fue el mismo Miguel Ángel quien las realizó, no lo sé…
Una de las primeras cosas que me impresionaron al entrar a la Basílica: la decoración de esta cúpula. No sólo el interior tiene pinturas, también las hay a los lados
Continuamos avanzando y vi un largo pasillo con unas altísimas columnas en mármol. Había una serie de arcos y bóvedas. Si de por sí las iglesias italianas se caracterizan por tener una decoración muy elaborada y, hasta podemos decir, “cargada”, era natural que la Basílica de San Pedro no se quedara atrás.
No importa a dónde miren... ¡el arte es omnipresente en la Basílica de San Pedro! En donde quiera que su vista se detenga, podrán ver esculturas, detalles tallados en piedra y en mármol, decoraciones en oro, pinturas, piezas talladas en madera… en fin, la Basílica de San Pedro alberga toda una serie infinita de riquezas artísticas.
Las altas columnas del interior, hechas en mármol. Por cierto, algo que me gustó mucho de la Basílica, del interior, es que está muy bien iluminado. Hay otros templos que son más bien obscuros y uno no puede apreciar bien todos los bellos detalles. Afortunadamente, en la Basílica de San Pedro, no es el caso ^^
Sinceramente, creo que no me gustaría ser la persona responsable de hacer el inventario de todas las piezas de este lugar… ¡seguramente se pasaría toda su vida estudiándolas y nunca acabaría! :O (Bueno, pensándolo bien, creo que no podría rechazar esa oferta porque bueno… ¿se imaginan el poder admirar todos los días esas piezas tan bellas y extraordinarias? ).
Algo que me gusta mucho de las iglesias, son sus techos. Y en este caso, la Basílica de San Pedro no fue la excepción. Y es que en sus bóvedas tiene una serie de ricos detalles y acabados en oro… ¡no puedo imaginar cuánto tiempo se necesitó el elaborarlos! (Bueno, sí, sí puedo: ya antes dije que la construcción de la Basílica tomó más de un siglo :p). Por cierto, si pensaron que, para este punto de la vista, ya habíamos avanzado mucho dentro de este lugar… ¡no! ¡Apenas estábamos en la entrada!
Recuerdo también que la pila de agua bendita estaba decorada con dos esculturas de unos ángeles (algo regordetes, por cierto :P). Las esculturas eran en mármol y uno de los ángeles tenía una expresión facial muy dulce y tierna. O al menos, así me lo pareció ^^ Noté también que a esos angelitos les hacía falta un baño porque ya se veían algo mugrosos, sobre todo de su cabello. Tal vez sea porque no les gusta bañarse (¡qué pecado, y eso que están al lado del agua bendita! ), pero una limpiadita no les caería mal :p
Los ángeles de la pila de agua bendita... tal vez deberían ponerlos a dieta :P
Pues seguimos avanzando en el pasillo lateral de la iglesia y empezamos a ver algunas de sus capillas. Al fondo vimos el baldaquino: se trata de especie de quiosco, de templete que oculta el altar principal. Por cierto, detrás del baldaquino se encuentra la cátedra de San Pedro, una valiosa reliquia católica.
Noté que había una capilla en cuya entrada había un letrero que decía: “No se pueden sacar fotos, acceso solamente para rezar”. Mi mamá y yo tuvimos curiosidad de entrar ahí porque el interior de esta capilla no se podía ver desde fuera. Las puertas de entrada estaban cubiertas con unas cortinas de terciopelo rojo, colgadas desde lo alto del techo. Ya se imaginarán que eran muy largas.
Cuando entramos, inmediatamente percibimos un olor a incienso. El ambiente era muy tranquilo y aunque había varias personas ahí, nadie hablaba. Todos estaban concentrados ya fuera rezando u observando el interior y los demás detalles de esa bella capilla. Tengo que admitir que ese fue un momento muy especial para mí. Me sentí llena de paz y de tranquilidad. Recuerdo que el olor de incienso me envolvió, decidí cerrar mis ojos y me sentí tan relajada y segura en ese lugar…
Creo que hubiera podido pasar un buen rato ahí… de no haber sido porque el guardia nos dijo a todos que iban a cerrar la capilla y que teníamos que salir. Estaba tentada de sacar una foto del interior, pero no me animé. Sin embargo, vi que una señora algo grande sí fotografió el altar de la capilla :p Como me di cuenta… ¡rápidamente la acusé con el guardia! :D No, no es cierto jajaja Sólo me pareció gracioso e incluso en un momento dado, nuestras miradas se cruzaron. Ambas nos sonreímos: ella con una expresión de un niño que acaba de hacer una travesura, como diciendo “Ops…” y yo, dándole a entender algo así como “No hay problema, no diré nada”; )
Tuvimos suerte de entrar a esa sección de la Basílica porque cuando salimos, vi que había varios oros turistas que querían entrar, pero sólo se quedaron con la decepción de haber llegado demasiado tarde para acceder. Pensé en lo afortunadas que habíamos sido. Creo que me hubiera dado mucha lástima el hacer un viaje taaan largo y no poder entrar a la Capilla del Santísimo Sacramento (o "Cappella del Santissimo Sacramento", en italiano). Si ustedes van a la Basílica de San Pedro, les aconsejo que vayan a ese lugar. Espero que sea una experiencia tan especial para ustedes, como lo fue para mí :)
Viendo de nuevo las fotos, me doy cuenta de que en toda la Basílica hay varias esculturas bajo unos arcos. En ese momento no me pregunté lo que eran, pero ahora que investigué, supe que se tratan de las tumbas papales. Es decir, la mayoría de los Papas están enterrados ahí. Cada tumba merece ser vista porque sus respectivas esculturas son todas muy hermosas.
Algo que también me llamó la atención fueron unos grandes porta cirios. Eran de madera y tenían talladas varias figuras humanas (me imagino que representan a algunos santos…). Por otra parte, el pisofue otro elemento que retuvo mi atención, había varias partes donde las losas y mosaicos de mármol tenían un muy bello diseño.
Cuando nos acercamos a la parte por la que se accedía al altar mayor, vimos que había una barrera de madera. Había una pequeña entrada, pero estaba controlada por un guardia. Cuando mi mamá y yo nos acercamos, escuché que este último decía que solamente se podía pasar si era para asistir a la misa. Si querían únicamente visitar esa sección, no sería posible en ese momento.
Así que mi mamá y yo decidimos pasar a misa, ya que de esta forma podríamos acceder a esa parte de la Basílica. Además, era en ese momento… ¡o nunca! Y es que al día siguiente tomábamos el avión de regreso a Lyon. Así que no podíamos desaprovechar esa oportunidad.
Llegamos justo a tiempo, porque poco después de que entramos, la misa empezó (nos estaban esperando, lo sé :p ). La liturgia fue dada en italiano. Ya había escuchado la misa en francés (tanto quebequense como de Francia :P), pero en italiano no. Como se parece mucho al español (y que hay palabras que también se parecen al francés), entendimos casi todo.
No recuerdo exactamente el sermón que dio (bueno, entre que no me acuerdo y que lo dijo en italiano jajaja), pero de manera general, el padre dio un discurso sobre la paz y la hermandad que debía reinar en la tierra. Creo que dio ese sermón ya que los ataques de París eran recientes y que en ese momento, corrían rumores de que probablemente otros atentados ocurriría.
Recuerdo también que rezamos el padre nuestro. Fue algo confuso porque yo intentaba recordar esa oración en español, pero entre que escuchaba a todos los demás decirla en italiano y que hacía tiempo que no la rezaba, finalmente me di por vencida y decidí poner atención para escuchar esa oración en la lengua de Dante.
Otra cosa que recuerdo y me marcó mucho, fue que había un coro que interpretaba en vivo todos los cánticos religiosos. Hasta ahora, ha sido una de las pocas misas que he visto así. El conjunto era conformado por hombre y mujeres. Estaban vestidos con una especie de toga negra con un detalle rojo. Creo que ese detalle hizo que ese momento fuera aún más especial.
No nos quedamos a toda la misa y vi que, de hecho, hubo varias otras personas que se salieron antes. Mi mamá se quería quedar más tiempo, hasta el final, pero yo ya tenía hambre y ya me había aburrido. Así que también nosotras nos fuimos.
Salimos por la otra puerta lateral. De hecho, la Basílica de San Pedro puede ser recorrida prácticamente en un solo sentido porque está indicado claramente el camino a seguir. Puedes detenerte a ver las capillas y las tumbas papales, pero vi un letrero que decía que, una vez que has salido, ya no puedes volver a entrar (me imagino que debes hacer de nuevo la fila del otro lado).
Noté también que casi a la salida, había un nacimiento con unas grandes figuras. Había incluso algunas que se movían. Por ejemplo, la figura de una pastora que lavaba la ropa (creo que debí de haberle llevado la mía para de una vez aprovechar jajaja).
Antes de salir, miré una vez más hacia arriba y tomé una foto del techo: tenía toda una infinidad de detalles y era diferente que el de la bóveda que había visto al entrar. Cuando al fin estuvimos afuera, me sorprendí porque vi que… ¡ya era de noche!
Entramos a la Basílica a las 4:00 p. m., cuando aún había luz. Y dos horas después, ya había obscurecido. Ver la plaza de San Pedro bajo los reflectores nocturnos fue una agradable e inesperada sorpresa. ¡Simplemente hermoso!
Nos fuimos alejando, no sin antes voltear varias veces para admirar la gran Basílica y la Plaza de San Pedro. Me parece que estos dos lugares resaltan más de noche, gracias a la iluminación. Si ustedes van de visita a Roma y que nos les da tiempo entrar a la Basílica de San Pedro (¡qué pecado, toda la belleza de la que se perderán! ), les recomiendo que, aunque sea vayan a verla por fuera durante la noche. Estoy segura de que será un espectáculo no olvidarán :)
En resumen: lo que más me gustó…
Si van a este lugar y que no tienen mucho tiempo, a continuación, menciono algunos elementos que me parece son imprescindibles durante su visita:
Los techos
¡Alcen la mirada! Ya sé que, entre tantas esculturas y pinturas impresionantes, podrán no tener ojos para nada más. Pero no se pierdan la belleza de los detalles de las bóvedas y cúpulas de la Basílica de San Pedro. Me parece que están hechas con un trabajo y un detalle impresionante.
Las tumbas papales
No pude ver todas, pero hay varias y todas ellas tienen esculturas en mármoly otros detalles magníficos.
El piso
Si ya hablamos de ver hacia arriba, ahora hagan lo contrario y… ¡vean por donde pisan! Que, en los grandes templos y construcciones, ningún detalle es dejado al azar, todo está planeado de manera minuciosa. Las losas del piso merecen también ser vistas con atención.
La capilla del Santísimo Sacramento
Como dije más arriba, en este lugar no podrán sacar fotos (a menos que se arriesguen como la señora que sí tomó fotos con su cel :P). Está reservado únicamente a la oración. Aunque no sean muy creyentes, esta capilla merece ser visitada porque en ese lugar se respira y se siente un ambiente de paz y tranquilidad sin igual. Uno se siente envuelto por una sensación muy agradable de que no existe nada más en ese momento, de que todo está bien y que siempre lo estará… tienen que ir a vivirlo por ustedes mismos.
Foto que alcancé a tomar desde fuera la esta capilla
La escultura “La Piedad”, de Miguel Ángel
La Capilla Sixtina es probablemente la obra más conocida de este célebre artista italiano. Sin embargo, como mencioné ya más arriba, este gran personaje participó también en parte del diseño y de la construcción de la Basílica de San Pedro. De entre las múltiples y numerosas obras que podrán encontrar aquí, resalta su escultura en mármol llamada “La Piedad”. Es una representación de la Virgen María sosteniendo en brazos el cuerpo de Jesús, bajado de la cruz.
Me llamó la atención que el rostro de la Virgen es más el de una adolescente… ¡uno diría que es más joven que su hijo Jesús! (Bueno, tal vez es el sueño de muchas mamás, ser más jóvenes que sus hijos :p). Investigué un poco al respecto y supe que era porque en el Renacimiento ese era el ideal de la madre: siempre joven y hermosa. (Pensándolo bien, creo que esos cánones impuestos no han cambiado mucho que digamos… en fin, dejemos el análisis sociológico para otro día :p).
Foto tomada de: http://www.exploraroma.com/wp-content/uploads/michelangelos_pieta.jpg
Lo que me hubiera gustado visitar y que no pude…
Hace apenas leí en algún sitio que se podía subir a la gran cúpula de la Basílica de San Pedro y que, desde ese punto, se tenía una vista excepcional de toda la ciudad de Roma… ¡me hubiera gustado subir ahí!
Así que, si regreso, ¡seguramente estará entre las visitas obligatorias a hacer! Si ustedes se animan, tendrán que subir la empinada escalera de caracol que conduce a ese lugar. Así que, si sienten vértigo, si son nerviosos o algo así, tal vez no sea la vista ideal. Pero si se animan a subir cada uno de esos peldaños, estoy segura de que la recompensa será magnífica y cada uno de los escalones que hayan subido, ¡habrá valido la pena porque podrán admirar Roma desde una perspectiva muy especial! (Además, recuerden que subir muchos escalones es también un muy buen ejercicio, así podrán quemar todas las calorías de la pasta, la pizza y los helados italianos :P ).
Algunos datos curiosos…
Aunque es la iglesia más importante del cristianismo, la Basílica de San Pedro no es el templo principal de Roma. La catedral de esa ciudad es en realidad la Archibasílica de San Juan de Letrán. De hecho, creo que tan sólo con el título de “archibasílica” se deja a entender que este templo es (jerárquicamente) más importante que la Basílica de San Pedro. Nosotras no fuimos a ese templo, pero creo que es también otro de los puntos a visitar en Roma.
Por otra parte, la importancia de la Basílica de San Pedro viene del hecho de que es aquí donde se celebran las misas importantes y que atraen a miles y miles de feligreses.
Como segundo dato interesante, les puedo contar que Donato Bramante, el arquitecto responsable del proyecto original de la Basílica de San Pedro, fue muy criticado en su tiempo. Y es que para poder construir la catedral tal y como él la había concebido, mandó a demoler el templo que se encontraba en el lugar que hoy ocupa la Basílica de San Pedro. De hecho, fue apodado como “maestro ruinoso” porque se decía que, en lugar de construir, se dedicaba a destruir.
¿Cómo llegar?
Vayamos ahora a lo práctico. La forma más simple y rápida para llegar hasta la Basílica de San Pedro es a través del metro. Sólo tienen que tomar la línea A (roja) y bajarse en la estación Ottaviano – San Pietro.
Hay también varias líneas de autobuses que los acercan, pero creo que la opción más sencilla es ir en metro ^^
¿Cuándo ir? Horarios
Según la época del año, los horarios de la Basílica de San Pedro varían un poco. Desde abril hasta octubre, podrán ir a visitarla desde las 7:00 a. m. hasta las 7:00 p. m. En cambio, desde noviembre hasta marzo, podrán únicamente acceder a ella hasta las 6:00 p. m. (Esa fue justo la hora a la que nosotras salimos cuando la visitamos ^^).
En cuanto a la cúpula, ésta abre una hora después y cierra una hora antesque el resto de la Basílica. Finalmente, me parece que hay otras partes de la Basílica que tienen horarios específicos como la Capilla del Santísimo Sacramento. Si no mal recuerdo, cuando nosotras fuimos cerró a eso de las 4:30 p. m. Así que les recomiendo que vayan más bien temprano a la Basílica para que así puedan disfrutar de todas sus secciones; )
¿Cuánto cuesta?
El acceso a la Basílica de San Pedro es completamente gratis. Sin embargo, para subir a la cúpula sí que tendrán que pagar. Investigué para subir hasta la cúpula, hay dos tarifas. El precio depende de si quieren echarse los poco más de quinientos escalones o si prefieren combinar el ascensor y subir así menos peldaños (sólo un poco más de trescientos, ya casi nada :p).
Si son valientes, que quieren hacer pierna y prefieren subir tooooodo a pie, pagarán cinco euros. Si, en cambio, quieren tener la ayuda del ascensor y subir sólo una parte de las escaleras, pagarán sólo dos euros más, es decir, siete euros.
Como cúpula es redonda, tendrán una hermosa vista panorámica de 360 grados de toooda la ciudad de Roma, de la eterna città. Así que el cansancio que seguramente sentirán en sus piernitas, será bien recompensado; )
Conclusión
Bueno, pues sólo les puedo decir que tienen que ir a la Basílica y a la Plaza de San Pedro. La Basílica es un lugar espectacular por todas las hermosas joyas artísticas (esculturas, grabados, pinturas…) que guarda, así como por todos sus detalles que la decoran. En definitiva, es un lugar al cual deben ir… ¡no lo duden! :)