La tienda Hogwarts Express

En Roma ha habido una gran inauguración de una tienda llamada Hogwarts Express. Así que como buena fan de Harry Potter que soy, tenía la obligación moral de ir a echarle un vistazo.

Está en la Via della Reginella, a diez minutos a pie del Panteón. Es muy fácil llegar hasta aquí, sabrás que has llegado cuando veas la fachada, te aseguro que se ve de lejos.

¡Estaba deseando ir! Desde que vi el anuncio no pude contener la risita nerviosa.

He de reconocer que es bastante pequeña para ser una tienda de Harry Potter, pero no por eso deja de ser genial. En cuanto entramos vimos una escoba flotando, era la Nimbus 2000. No se si lo veréis bien en la foto que dejaré a continuación.

Hay de todo lo que os podáis imaginar de Harry Potter. ¡Es como la tienda que hay en la Estación de King's Cross! Tienen túnicas de todas las casas de Hogwarts. Nada más entrar podréis ver la túnica y la bufanda Hufflepuff, las demás están dentro.

Empezaré por la pared de la izquierda, por aquí se empieza el "tour". Hay tres varitas de oro, de Harry, Ron y Hermione, junto a las de los miembros de la Orden del Fénix. En la parte de abajo tenían bufandas de todas las casas de Hogwarts. Yo quería una de Gryffindor, pero al final no me llevé ninguna.

Si continuáis hay una estantería llena de cervezas de mantequilla. No pudimos resistirnos y nos compramos una. Como no era precisamente lo más barato del mundo, nos compramos una y la compartimos. Sabía exactamente igual que la cerveza de mantequilla que probé en los estudios de Harry Potter de la Warner Bros. Puede que esta estuviera un poco más líquida, pero el sabor era el mismo.

En la estantería de al lado había muchas cajas con grageas mágicas de todos los sabores. También cogimos una de estas, ¡no podíamos resistirnos! Las probamos nada más salir y de verdad, tenían sabores normales y sabores que jamás podrías imaginar. Adivinad, ¿a quién le tocaron las malas? Estaba claro, a mí. Pero fue gracioso.

He aquí la prueba de que no miento.

Bueno volvamos a la tienda, en la pared del centro había un montón de túnicas, sudaderas, gorros y todo tipo de artilugios de las casas de Hogwarts, de todas, de Gryffindor, de Slytherin, de Ravenclaw y de Hufflepuff. Se parecía a la zona de los estudios donde guardaban todas las prendas de ropa.

La pared de la derecha estaba dividida en tres secciones. La primera tenía cuatro estanterías y cada una de ellas estaba llena de distintos Horrocruxes. Tenían el anillo mágico que Dumbledore llevó hasta su último aliento, el guardapelo de Slytherin que llevaba Dolores Umbridge, el diario de Tom Riddle con el colmillo de basilisco clavado atravesándolo, la diadema perdida de Ravenclaw y la copa Hufflepuff. Aunque faltaba la espada de Gryffindor.

La segunda sección de estanterías estaba llena de material escolar, había bolígrafos, lápices, cuadernos, diarios, marcapáginas y estuches. Si por mi fuera y si tuviera dinero me lo hubiera comprado todo. Sobre todo los bolis, el grabado que tenían era espectacular. De hecho me tiré diez minutos sopesando si realmente necesitaba el bolígrafo de Gryffindor o no.

En las últimas estanterías estaban las varitas de los mortífagos y de los demás personajes. Durante todo el tiempo que pasamos dentro de la tienda sentí como si estuviera de nuevo en los estudios de Harry Potter de la Warner Bros en Watford. Hasta tenían puesta la banda sonora de las películas de Harry Potter de fondo. Fue una experiencia mágina, ¡os lo recomiendo!