Los Museos Capitolinos son el principal museo cívico municipal de Roma. Se dice «museos», en plural, debido a su origen: a las colecciones previas de esculturas antiguas fue añadida por Benedicto XIV, en el siglo XVIII, la Pinacoteca, de temática también principalmente romana.
La sede histórica de los Capitolinos está constituida por el Palacio de los Conservadores (Palazzo dei Conservatori) y el Palacio Nuevo (Palazzo Nuovo), edificios situados en la plaza del Campidoglio ('Capitolio'), remodelada según diseño de Miguel Ángel.
La creación del museo pudo ser llevada a cabo en 1471, cuando el Papa Sixto IV donó a la ciudad una importante colección de bronces provenientes del Laterano (entre ellos la Loba Capitolina), que hizo instalar en el patio del palacio de los Conservadores y en la plaza del Campidoglio; eso hace que éste sea el museo público más antiguo del mundo.
La antigua colección llegó a ser extensa con el tiempo gracias a las donaciones de varios papas como Pablo III y Pío V quien quiso quitar del Vaticano las paganas esculturas. Mejoró su situación con la construcción del Palazzo Nuovo en 1654.
El museo fue abierto al público por deseo del Papa Clemente XII casi un siglo después, en 1734. Su sucesor, Benedicto XIV, inauguró la Pinacoteca capitolina, adquiriendo colecciones privadas de la familia Sacchetti y de la familia Pio.
Las excavaciones dirigidas tras la unificación de Italia para la capitalidad de Roma extrajeron grandes cantidades de nuevos objetos que, una vez recogidos en el Almacén Arqueológico Comunal, después llamado Antiquarium ('Anticuario'), fueron parcialmente expuestos en los Capitolinos.
En 1997 se abrió una sede destacada en la Central Termoeléctrica Giovanni Montemartini, en el barrio Ostiense, creando una solución original de fusión entre arqueología industrial y clásica.
Las colecciones históricas de los Museos Capitolinos son:
* la Pinacoteca, que proviene inicialmente de la colección de la familia de los marqueses Sacchetti y de los príncipes Pio de Saboya.
* la Protomoteca, colección de bustos de personajes ilustres trasferidos al Campidoglio desde el Panteón por voluntad de Pío VII en 1820.
* la Colección Castellani, donada por Augusto Castellani en la segunda mitad del XIX, constituida por materiales de cerámica arcaica (del siglo VIII al IV a. C.), del área etrusca en su mayoría, pero también de producciones griegas e itálicas.
* el Medagliere capitolino: la colección de monedas, medallas y joyas del Comune ('Ayuntamiento'), fundada en 1872 y abierta al público en el año 2003.
La obra quizá más famosa que se conserva es la estatua ecuestre de Marco Aurelio. El ejemplar que se encuentra en el centro de la plaza es una copia, mientras que el original, tras haber pasado por trabajos de restauración, está expuesto en un patio recientemente cubierto con vidrio, la Exedra de Marco Aurelio, en el Jardín Romano, tras el Palacio de los Conservadores.
En el Palazzo Nuovo, más allá de la estatua del emperador del siglo II d. C., puede admirarse el Discóbolo, original griego, el Gálata moribundo, el Fauno Rojo rescatado en Tívoli en la villa de Adriano, y un bellísimo mosaico rescatado de esta villa y conocido como el Mosaico delle Colombe.
La visita al otro edificio de los museos, el Palazzo dei Conservatori, se incluye en el mismo ticket de entrada al museo; se puede acceder a la plaza o a una galería subterránea excavada (Galleria di congiunzione) en los años 30 y preparada actualmente como Galleria Lapidaria (que incluye la exposición de los epígrafes), que también da acceso al Tabularium y une ambos edificios. Aquí se encuentra la pinacoteca del museo con famosas pinturas de Caravaggio, como San Juan Bautista y La Buenaventura (otra versión similar se conserva en el Louvre de París).
También se halla el símbolo insignia de la ciudad: el bronce de la Luperca o Loba Capitolina, que durante mucho tiempo se pensó que era una obra etrusca del siglo V a. C. y recientemente se ha datado del siglo XII d. C.; es muy probable que la estatua original no incluyera los gemelos de la leyenda, Rómulo y Remo, que al parecer fueron agregados durante el Renacimiento italiano. La cabeza colosal de Constantino II data del siglo IV d. C.
Una importante obra medieval es el Ritratto di Carlo I d'Angiò de Arnolfo di Cambio (1277), el primer retrato verosímil de un personaje vivo esculpido en Europa que llegó en época postclásica.
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