Llegué a Delengua con tan solo 18 años y con el bachiller en el bolsillo. Ya había estado estudiando español durante cinco años pero aún así me costaba lograr decir dos frases seguidas y raras veces entendía la respuesta.
Pasé dos semanas maravillosas, pasaron tan rápido que cuando me tenía que ir me daba la sensación de que acababa de llegar. Todo son motivos para quedarse en Delengua: las clases; los profesores; las actividades; el buen ambiente; la ubicación, en el corazón de Albaicín; las casas compartidas; las quedadas con gente de cualquier parte del mundo, todos encantadores, motivados, dinámicos y divertidos.
Vine a esta escuela para aprender español, pero no me esperaba que iba a aprender tanto teniendo la sensación de que estaba de vacaciones, ¡ni de que iban a ser las mejores vacaciones de mi vida!
Es la excusa perfecta para conseguir un buen nivel y disfrutar de Granada en verano. Me gustó tanto que, ahora, cada vez que hablo español (al menos una vez al día porque estudio traducción) me acuerdo de Delengua y en esta increíble experiencia que me hizo amar el español y querer descubrir la cultura española.
Es una lástima que no impartan cursos de francés porque sin duda habría echado mi CV para trabajar como profe de francés allí. De una forma lúdica, interactiva y ¡con un buen ambiente único!