Benidorm

Llegamos a Benidorm desde Valencia a la hora de comer. Tras unas compras en Mercadona (un supermercado que está muy bien en cuanto a precios y variedad), me fui andando —¡no sabía que había un bus que me llevaba hasta la puerta del hotel! La cosa es que no me salió esa información en internet ¡y anduve unos 10 kilómetros! aproximadamente. Para los que elijan este destino, os cuento que en la estación de autobuses puedes coger el bus 3, que va al centro turístico.

El centro es grande, espacioso, con edificios súper altos, te da la sensación de estar en Estados Unidos. Me gusta mirar el edificio Tower 43, me recuerda un poco a Texas. Nos quedamos en el Hotel Servigroup Torre Dorada (de 3 estrellas).

Benidorm es una ciudad con muchos pisos de alquiler, hoteles, una playa grande y alargada, donde la arena es como la de un reloj de arena y casi de color blanco. Hay palmeras por todos lados y gracias a ellas podrás refugiarte del sol a mediodía. Hay un paseo marítimo con un diseño bonito para caminar, salir a correr, patinar o montar en bicicleta, todo acorde a las preferencias de la gente.

La zona de la costa está, más o menos, a 200 kilómetros de la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana). Las ciudades más grandes son: Denia (puerto para ir a Ibiza o Formentera), Moraira, Calpe, El Albir, Altea, Benidorm, Villajoyosa, Alicante, Torrevieja. Transporte: avión desde Bucarest, Cluj Napoca (Wizz Aire y Blue Aire) con destino Valencia (todo el año) o Alicante (cuando esté disponible). Para los que vayáis al aeropuerto de Manises (Valencia), mirad el horario de los buses «Alsa».

El color del agua es muy parecido al del cielo, la orilla es calmada y la entrada al mar es progresiva. En comparación a otros sitios en los que he estado, en esta playa destaca la atención de los socorristas (hay muchos y están muy pendientes), sobre todo hacia los niños. En el centro hay unas vistas preciosas, con una estatua en estilo morisco que se extiende hasta el mar en una lengua de tierra. Las imágenes son impresionantes. En frente del mar, en hoteles y en edificios altos. Es el mar el que une lo viejo y lo nuevo. ¡Increíble!

Organización

Habíamos pensado en ver muchas cosas, pero por culpa de la ubicación no pudimos hacerlo. El hecho de estar tan lejos del centro de la ciudad y que el primer día tuvimos que andar 12 kilómetros, nos descuadró un poco los planes. Si vais, no os recomiendo que pilléis alojamiento en el centro de la ciudad porque es muy ruidoso, hay mucho ajetreo y casi todos los hoteles tienen balcones encima de los pubs y restaurantes. Recordad que es muy popular entre los ingleses amantes del alcohol. Dependíamos todos el tiempo de los medios de transporte, pero pudimos ver:

• El centro de noche. Te deja sin palabras. Es como si en algún momento se viese lo redonda que es la tierra.
• Alicante. Caminamos por allí desde la parada de bus hasta el hotel y es una ciudad espectacular. Es parecida a Málaga: un poco de aire frío, parques con palmeras y azulejos con dibujos de plátanos y diseño árabe.

Es una ciudad hecha para España, con hoteles y apartoteles poco típicos que culminan con el Gran Hotel Bali, el hotel más alto de España y, posiblemente, de Europa (mide 186 metros, tiene 776 habitaciones y 18 ascensores). Muchos turistas prefieren alquilar pisos durante algunos meses y otros prefieren alquilarlo durante toda la temporada. Ten en cuenta que en la costa hay muchos extranjeros con propiedades (casas, apartamentos, chalets lujosos, etc). Un buen ejemplo de esto es El Albir (a 7 kilómetros de Benidorm), donde hay una gran comunidad noruega. Benidorm tiene varias zonas de playa (solo de arena) de un tamaño y ancho considerable. Las tres principales son la playa Levante (los ingleses la aman), la playa Poniente y la playa de La Cala (donde está el Gran Hotel Bali) y todas tienen la bandera azul. La orilla es suave en toda la playa, ideal para familias con niños. Entrada: todas las playas son gratis (para las tumbonas y sombrillas hay que pagar entre 4 y 6 euros, si no me equivoco).

A lo largo de las playas verás un sitio llamado «El balcón del Mediterráneo», donde tendrás una vista genial del mar, las playas y la isla de Benidorm. Cuando estés allí, podrás llegar al centro histórico de la ciudad y la iglesia de San Jaime. También hay un puerto pequeño, donde puedes hacer viajes en barco a la isla de Benidorm o a la isla de Tabarca. Te fascinará el Hotel Bali, donde por poco dinero puedes entrar al edificio y subir en ascensor para tener una vista panorámica de Benidorm. Como cualquier ciudad turística, hay muchas cafeterías, restaurantes, pubs (hay una gran cantidad de turistas británicos) y, además, los amantes de las compras no tendrán problemas. Estoy segura de que os iréis de allí con muchos souvenirs.

Para nuestra última noche, nos quedamos en el Hotel Princesa (de 4 estrellas), porque estaba más cerca de la estación de buses. No está lejos de la playa, tiene una piscina genial y sitios para hacer barbacoas. Estaba muy bien, limpio y la habitación era grande. La comida no estaba tan buena como esperaba, pero me lo pasé súper bien allí.

Fue amor a primera vista entre Benidorm y yo. Es algo como «BenYork». Edificios grandes, aire puro, ingleses, música, calor y mar. ¡Es perfecto!