La plaza de la virgen de Valencia, es un lugar sinceramente espectacular. Primero la catedral y todas sus fachadas, que ya en si es un espectáculo de formas, juego de luces y sombras, texturas... un estilo sin igual. La verdad es que lo usual es hablar de la catedral, las plazas son más terciarias, tratadas como algo más bien de apoyo al monumento principal, sin embargo las plazas en mi juicio, y seguro en el de muchos más son mucho más que eso.
Esta plaza en especial me llamó mucho la atención, pues el ambiente era muy dinámico. No era una plaza de acceso a la catedral, era un espacio de degustación visual, ya que en pocos lugares del Mundo se concentran tantos monumentos de relevancia en tan poco espacio. Es imprescindible hacer una pausa y admirar auqel bello lugar, disfrutar del festín arquitectónico, y justo cuando te sientes inmerso en el espacio ves en el centro de la plaza una fuente majestuosa y curiosa, que te obliga a acercarte y te invita a sentarte en ella y dejarte seducir por su escencia. Es la fuente alegórica del río Turia, donde descansa un personaje fluvial con figura humana que sostiene un cuerno de la abundancia, desbordante de frutos. La verdad es que no te cansas de observar la escultura, y entre el sonido del agua y la vista resulta difícil salirte de allí.
Considero que esta plaza merece ser visitada y admirada, no como paso hacia la catedral, sino como un ente independiente con vida propia y con una belleza sin igual. Cuando pasen por allá no dejen de verla con esa mirada diferente, cuando apreciamos una auténtica obra de arte. Espero que les guste!!!!!!!!!!
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