La Pepica

¿Os gusta la paella? ¿Creéis que habéis probado la mejor paella de España? Antes de comer en este famoso restaurante de la playa de la Malvarrosa, en Valencia, era tan ingenua que pensaba que la paella de mi madre era insuperable, pues bien, aquí me di cuenta de que estaba equivocada (aunque la de mi madre sigue estando buenísima).

Cuando llegas a Valencia y estás pensando en comer puedes preguntarle a cualquiera cuál es la comida más típica del lugar, y te responderá sin lugar a dudas: La Paella Valenciana.

Yo tuve suerte de ir guiada a este restaurante gracias a un amigo de una amiga, que ya lleva bastante tiempo en la ciudad, me alegro porque aunque la mayoría de las paellas que hacen en Valencia están buenas, al parecer la gente de allí cataloga a este restaurante como una hegemonía en el arte y en la historia de este plato típico valenciano y, como muchas veces pasa cuando llegas a un sitio desconocido, nadie mejor que los habitantes del sitio para aconsejarte en gastronomía y cultura.

Como he dicho, a lo largo de la playa de Malvarrosa existen gran cantidad de restaurantes muy buenos para degustar la paella, conforme vayáis paseando saldrá un encargado de cada sitio para 'intentar convenceros' muy amablemente de que entréis a su restaurante. No les hagáis caso, estará buena seguramente, pero la mejor y más histórica como he dicho es La Pepica, debéis seguir justo hasta el final del paseo donde la encontraréis.

Es curiosa la historia de los fundadores de este restaurante en 1898, un matrimonio valenciano que inicialmente comenzó vendiendo bocadillos y bebidas en un carro ambulante. Poco después, consiguió el permiso para instalar sus barracones a orillas de la playa para servicio de los bañistas. Finalmente, tras un gran temporal que destruyó todos los puestos que se encontraban a orillas de la playa se construyó el restaurante actual, donde los nietos de los fundadores continúan sirviendo con buen hacer a sus amigos y clientes gracias al trabajo de sus antepasados.

La entrada al restaurante se hace a través de unos ventanales blancos en un patio, quizás la primera impresión desde fuera no sea la de un sitio de gran reconocimiento y que rebosa de visitas de personajes famosos del país y del extranjero, como ahora veremos, pero no os dejéis engañar, el sitio por dentro es mucho más grande de lo que aparenta por fuera, y lo descubriréis nada más entrar como me pasó a mí. Cuando veáis la gran amplitud del lugar y como poco a poco las mesas se van llenando de gente, mientras los camareros sacan continuamente paellas cada vez más grandes, cada vez para más personas de distintas mesas con un arte que parece que estén bailando algún tipo de baile tradicional valenciano, es maravilloso.

Si queréis ver el lugar antes de ir, podéis hacerlo aqui, donde en 360º os permite ver el restaurante desde su interior, así como obtener una mayor información de los precios, menú y reservas.

Da gusto ver cómo sirven los platos. Si lo deseas puedes servírtelo tú mismo aunque no te lo recomiendo, ya que tardas más y te lo sirves peor, ellos son auténticos maestros. En un segundo tienes un plato de dimensiones perfectas sin haber derramado ni un solo grano de arroz.

El ambiente del lugar no puede ser mejor, si levantáis un segundo la cabeza y os fijáis veréis por un lado como la gente se ríe y se lo pasa bien con un fondo soleado y precioso de playa. Mientras que por otro, los camareros no descansan ni un segundo, no es extraño que a alguno de ellos lo veáis sudando fruto de la gran cantidad de consumidores y del trabajo que conlleva estar pendiente de tanta gente pidiendo paellas y otros platos tradicionales, a pesar del gran personal que despliega el sitio para atenderlos, está claro que el sueldo se lo tienen bien ganado.

Cuando llegamos nos atendieron rápidamente, para empezar abriendo el apetito nos pusieron un plato que es tan simple como exquisitamente rico, me sorprendió mucho: Pan de ajo con tomate y ajo para restregar.

Sencillamente no sé como algo tan fácil estaba tan bueno, además nos resultó difícil pedirles que nos trajeran la paella ya que habíamos entrado en un círculo vicioso con esos panecillos (realmente se llama ajoaceite) del que era difícil escapar, llegamos a pedir cuatro platos de pan de ajo con sus correspondientes cuencos de ajo y tomate ya que el precio está bastante bien, unos tres euros por unos diez panecillos de ajo con sus correspondientes acompañamientos (tomate y ajo en cuencos).

Como entrantes, el restaurante ofrece prácticamente de todo, si es cierto que el 'ajoaceite' es lo más económico, pero si vais con dinero de sobra y queréis probar otros platos, los calamares a la romana o la sepia a la plancha están exquisitos, del resto de entrantes no pedimos ninguno más pero estoy seguro de que el resto de ellos estarían igual o mejor (ostras, pulpo a la gallega, gambas al ajillo, anchoas, navajas, etc).

Antes de comentaros el plato principal tengo que hablar de un punto negativo que no me gusta cuando voy a sitios a comer, y es la bebida. Suelo pedirme una cerveza o una Coca-cola, en éste caso pedí ésta última, y la botella valía lo que cualquier refresco vale en este tipo de sitios, pero apenas daba para llenar la copa. Cuando vas a sitios así da gusto no tener que estar pensando en tener que pedir otro refresco porque el primero te lo has bebido en dos tragos, es algo que cambiaría, el resto como os estoy diciendo es de diez.

A la hora de pedir la paella tendréis un problema como me pasó a mí, hay diferentes tipos de paellas, para los gustos de cada uno, pero también es importante el bolsillo, pues algunas valen más del doble.

Para pedir la paella deben ser mínimo dos raciones y puedes elegir entre Paella de Verduras, Paella Marinera, la Paella de la casa (Paella La Pepica), Paella típica Valenciana, Paella Mixto, Arroz Negro y Fidegüá, todas estas tienen un precio bastante asequible (unos catorce euros por cabeza) mientras que si sois más exquisitos el restaurante os ofrece paellas un escalón por encima en calidad: Paella de Bogavante y Paella de Langosta que rondan los treinta euros (más del doble).

Nosotros preguntamos al camarero y las mejores en relación calidad precio son La Marinera, La Pepica y la Valenciana, están muy buenas y son muy asequibles, las otras más caras son para gente que se quiera dar un lujo ese día y aun así no lo veo mal, el día que yo me lo pueda permitir también comeré de esta forma.

Finalmente, pedimos una Paella Marinera para 5 personas. Cuando acabas los entrantes la suelen tener hecha y solamente tienes que pedir que te la traigan.

Es bonito esperar a que traigan tu paella y ver de repente al camarero con la paellera apoyada en el hombro, que el camarero se ponga a tu lado y te la vaya sirviendo, mientras el aroma del arroz recién hecho te va inundando y la boca se te hace agua.

El color es amarillo anaranjado fuerte, ya la vista prácticamente te alimenta y la presentación es espectacular, las cigalas, las gambas y el limón están colocados estratégicamente para que la presentación sea óptima.

Con el plato que te sirven la gente suele quedarse bien, no obstante a mí me pareció tan rica que hubiese repetido un segundo plato a mitad o incluso entero. Donde tuve más problemas es para pelar la cigala, no obstante puedes decirles que te la pelen y lo hacen amablemente lo cual me encantó, como veis te sirven a la perfección y cuidan cualquier mínimo detalle para que tu estancia durante esa comida sea perfecta.

Aunque cueste decirlo, hay gente a la que no le gusta la paella (a veces es mi caso, ya que solo me gustan las paellas que estén realmente bien hechas, sino prefiero el caldero). Siempre hay alguien que decide apostar por otro plato, pues bien, tampoco pasa nada por pedirse otro plato, los hacen muy buenos, mi amigo se pidió un rodaballo y le supo exquisito (aunque ronda los 30 euros).

El pescado es muy variado, hay emperador, salmonete, lubina, rape, lenguado, mariscada y un largo etcétera, para los que son más de carne podéis elegir entre el pollo asado (dicen que lo hacen especialmente rico), pollo al ajillo, lomo de cerdo, escalope, solomillo, chuletas de cordero y perdiz en escabeche.

Como veis hay gran variedad de platos para lo que os apetezca u os guste más, no obstante mi opinión es clara, probad la paella, si no os gusta el marisco pedid una sin marisco porque os vais a perder por lo menos para mí, la mejor paella que he probado.

En cuanto a postres y frutas, me encantó la naranja helada, está exquisita y es un postre muy típico de aquí. Consiste en vaciar una naranja e introducirle un helado elaborado con zumo de naranja y limón, yogur de limón y un poco de nata montada, todo eso se congela posteriormente para un bocado espectacular. Las natillas y la tarta de queso también están excelentes para culminar la comida.

Antes de que os vayáis os aconsejo que echéis un vistazo a las paredes del restaurante, puedes darte un paseo como hice yo y leer la gran cantidad de cuadros que tienen con personajes muy famosos, los camareros están acostumbrados a que la gente se pasee y eche fotos, pues me miraban y sonreían.

Desde Concha Velasco, La Duquesa de Alba (ella misma afirmó que es “la mejor paella” que probó), Ernest Hemingway (afirmó en su dedicatoria que pasó una hermosa velada con una playa preciosa como fondo) e incluso la Casa Real, Don Juan Carlos ha visitado La Pepica hasta cuatro veces de lo que le gustó la paella, lo cual es un fiel reflejo de la calidad de este restaurante, no por ello excesivamente caro como os he dicho, siendo muy asequible al bolsillo.

Para llegar al sitio podéis recordar la localización exacta: Paseo Neptuno, 2, 6 y 8 Valencia ¸o bien preguntar por la famosa playa de la Malvarrosa donde es famosa la acrobacia de aviones que se hace cada año o la mascletá en las fallas. Muy cerca de este sitio se encuentra el antiguo circuito urbano de Valencia que acogió el Gran Premio de fórmula uno (F1) hace unos años y actualmente fuera de competición; si sois forofos de este deporte, merece la pena acercarse, aunque andando son unos cinco o diez minutos.