Castillo de Praga

La historia del viaje

Llevábamos ya casi dos semanas de viaje por las capitales más famosas de Europa, o de las más famosas... Madrid, París, Londres... para entonces, tocó el turno a una de las ciudades más bellas del mundo: Praga.

Llegamos una madrugada de invierno del 2014, Yuli y yo decidimos dormitar en el aeropuerto en lo que amanecía, ya que según nosotras, teníamos nuestra reserva en el hostal para las 7am, por lo que podríamos esperar sin problema. La noche era fría, y desde que llegamos tanto la moneda como el idioma eran diferentes, cambiamos nuestro dinero desde el aeropuerto, quienes normalmente tienen una buena tasa de cambio... de hecho lo haces desde unas maquinitas, excelente.

Nuestro hostal se encontraba justo al lado del puente de Carlos, el más famoso de la ciudad, y descubrimos que un autobús que comenzaba a las 6 de la mañana nos dejaría muy cerca. Lo esperamos algunas horas, lo tomamos y a las 6:25am ya estábamos en la puerta del hostal.

Para suerte nuestra había un McDonald’s cerca, y abría temprano, así que nos refugiamos ahí del frío, mientras nos abrían las puertas. Total, que pasó el tiempo, y una vez dejado las maletas sanas y salvas, emprendimos el paseo hacia la ciudad y hacia el Castillo, el cual es apreciable desde toda la ciudad.

En el camino nos encontramos con muchos sitios súper interesantes y divertidos, vas cuesta arriba así que vale la pena llevar calzado cómodo para disfrutar como se debe del camino.

El Castillo

Como en todos los viajes, nos guiamos por un mapa que nos dieron en el hostal, así que todo finalmente era cuestión de trazar una ruta y listo, esto nos permitía elegir los caminos y conocer la ciudad completamente.

Al llegar al castillo, nos encontrábamos en una gran plazoleta que daba la bienvenida al complejo, la entrada estaba cuidada, pero los turistas podíamos andar con tranquilidad y libertad.

En el día de nuestra visita, una pareja había elegido como escenario el complejo del castillo para las fotografías de su boda. Y es que es una maravilla presenciar y preservar un escenario como este.

Al lado del castillo, justo en el costado derecho, se encuentra una escalinata muy larga desde la cual se puede descender a la ciudad, la vista desde ahí es lo más hermoso de todo, se puede ver toda la ciudad en un trasfondo gris, con los techos en color cian intensificados...

Ese mismo día, presencié una de las escenas más hermosas de mi vida... Un músico tocaba en soledad y en dirección a la ciudad desde la escalinata del castillo, iba acompañado solamente de su saxofón. ¿Lo inspiraría la ciudad? ¿El clima? ¿El lugar? ¿La gente?, es algo que no supe y probablemente nunca sabré, pero lo que sí sé es que el me regaló uno de los momentos más llenos de magia en la vida, y lo llevaré en mi memoria siempre... su melodía me hizo apreciar más ese momento en ese hermosísimo lugar.

Yuli y yo nos tomamos muchas fotografías, y la gente tan amable se ofrecía a ayudarnos, la verdad fue un paseo muy divertido. Ingresamos al castillo y llegamos a la explanada de la catedral del Castillo. La catedral, de un estilo gótico indiscutible, se elevaba al cielo, queriendo alcanzarlo con sus altas torres... y a través de sus cristales, permitía la entrada tenue de luz, en formas de color.

El interior es muy hermoso, similar a otras catedrales góticas de Europa, pero por alguna razón, no sé, noté más el paso del tiempo en ella. ¡Dentro me encontré a un muy buen amigo de Erasmus Toledo! Fue una gran casualidad.

Alrededor del castillo se ubican unas pequeñas construcciones, todas diferentes, por lo que me da la impresión de que pudieron haber sido o habitaciones del castillo, o del servicio o del clérigo. La naturaleza se apropia de ellas, y hace más notorios los años.