Parque Sempione

El parque Sempione se encuentra en el casco antiguo de Milán, justo detrás del Castillo Sforzesco, a unos 15 minutos andando desde el Duomo. Es una de mis zonas favoritas y uno de los parques de Europa que más me ha gustado.

Es un parque enorme en el que se puede pasear tranquilamente, descansar, jugar, montar en bicicleta, quedar con los amigos, etc. Para mí es un tesoro dentro de Milán, sobre todo porque cuando paseas por la ciudad no te imaginas que puedas encontrar este espacio que no tiene nada que ver con el resto de Milán y te permite descansar del estrés del centro.

En el centro del parque hay un lago pequeño que tiene patos y uno de los extremos se ven al pasar por un mini puente que hay que tiene unas esculturas y me parece un rincón con mucho encanto.

Respecto a la flora no entiendo mucho, pero se puede comprobar que hay muchas especies distintas. Hay árboles con hojas de diferentes colores y formas, algunos son realmente majestuosos. También me gustó mucho unas flores que habían con forma circular de color blanco y marrón, nunca las había visto antes.

También alberga el Acquario Civico, la Torre Branca y algunos bares donde poder tomarse algo.

En el otro extremo del parque se encuentra el Arco de la Paz (Arco della Pace) y se ve desde la mayor parte del parque ya que queda justo en el centro y se ve al fondo. El arco es blanco, no es de los más grandes que he visto pero es bonito. Entre el Arco della Pace y el castillo Sforzesco, el parque queda enmarcado por ellos y le da un mayor encanto al mismo, son como dos puertas de entrada.

Hay otro jardín muy bonito a unos 20 minutos del Duomo que tenía previsto visitar pero al final no pude ir porque empezó a oscurecer, se llama “Giardini Pubblici Indro Montanelli” y es más pequeño que el Parque Sempione.

Además de llegar andando desde el centro, se puede llegar en metro. Las paradas son “Cairoli Castello” (línea 1), “Cardona FNM-Triennale” (líneas 1 y 2) y “Lanza brera piccolo teatro” (línea 2).

Si queréis aprovechar al máximo un par de días en Milán no podéis perderos este artículo.

El corazón de Milán.

Milán es una ciudad industrializada. Esto significa que vayas a donde vayas estarás rodeado de tráfico, edificios voluminosos, carteles publicitarios etc. Pero tranquilos, como toda ciudad industrializada tiene su pulmón para respirar, o más bien en este caso, su corazón. Ya que en este parque late energía de todos los jóvenes de Milán que se juntan aquí para pasar las tardes de sol. 

Mi boca se desencajó cuando lo ví, fue absolutamente un amor a primera vista. Un parque enorme donde hacer deporte (Correr, barras, bicicleta...) tomar una cerveza con tus amigos, jugar a las cartas... justo lo que yo estaba buscando desde el primer día que pisé Milán.

No se el motivo, pero me enamoré completamente de este sitio. Si estás pensando en ir a Milán, visita obligatoria. Está muy cerca de otros dos puntos de importancia turística como son el Castelo Sforzesco y el arco de la paz.

¿Cómo llegar?

Muy fácil,quiero que mires al Duomo de frente. Ahora da la vuelta y anda en dirección contraria todo recto. Si sigues ese camino primero encontraras el Castelo Sforzesco (visita obligada también) pasa por en medio de este castillo siguiendo todo recto, y al salir de él te encontraras en el parque, no tiene pérdida. Si continúas con la misma dirección por dentro del parque, acabarás llegando al arco de la paz.

Todo lo que alcanzas a ver es verde, gente jóven pasando el rato, haciendo deporte... una pasada. El ambiente es inmejorable, aunque os recomiendo ir a primeras horas del día, ya que por la noche este parque no es muy frecuentado, y, por lo tanto, no es muy conveniente moverse por allí si no conoces muy bien la zona.

Cuando hace buen tiempo en Milán os recomiendo que os compréis una manta grande,  una baraja de cartas, unas cuantas cervezas, un balón de fútbol o un frisbee, y pasaras una tarde impresionante con un gran grupo de amigos. Así fue mi primera experiencia erasmus internacional, aquella tarde en la que no me enteré de una sola palabra de la que me hablaban, y a la que tampoco pude jugar a las cartas porque no me enteraba de que iba el juego. Eso solo fue el inicio, habrían muchísimas más tardes en las que disfrutaría de este parque, ya sea solo haciendo deporte, que acompañado con una cerveza en mano.

Todo lo que del ambiente erasmus se puede esperar.