Después de no haber podido entrar a ver la célebre pintura de La Última Cena, de Leonardo Da Vinci (todos los boletos de ese día habían sido vendidos para cuando llegué ><), decidí caminar hacia el centro para ir a la Piazza Mercanti (donde están los edificios medievales de Milano) y a la iglesia de San Bernardino alle Ossa (donde hay una capilla decorada con huesos y cráneos humanos, ya les platicaré sobre ella).
Cuando me dirigía ahí, caminando sobre la calle Magenta, en un momento dado volteé de causalidad y miré hacia el interior de una iglesia. Era aquella llamada Chiesa di San Maurizio al Monastero Maggiore(Iglesia de San Mauricio en el Monasterio Mayor). Una vez más, Italia me dejó boquiabierta con su esplendor artístico.
Pues la particularidad de esta iglesia es que la mayoría de su interior está pintado. El trabajo es tan fino y tan detallado que uno creería que los detalles del techo, de las columnas y de las paredes es en relieve en piedra o en mármol. Y no, se trata de pinturas. Pero es que estas pinturas están tan bien hechas, que crean una ilusión óptima muy cerca d la realidad.
Además de iglesia, este edificio era también un convento y por esta razón está dividido en dos partes.La parte frontal es la iglesia a la cual el público tenía acceso y la parte trasera era reservada a las monjas del convento. Para que las monjas pudieran asistir al oficio de la misa al mismo tiempo que los feligreses, fue diseñado un panel en medio del atrio que era abierto cada vez que había misa. De esta forma, ellas podían escuchar la misa sin tener que ir al exterior. Para confesarse y recibir la comunión, dos "ventanillas" fueron también diseñadas para ese efecto.
Es por la pequeña ventanilla que se observa en la foto, por donde las monjas recibían la comunión. Ésta es la vista desde la parte que normalmente era accesible al público.
Ésta es la parte trasera de la iglesia, desde donde las monjas escuchaban la misa
En cuanto a la decoración, la mayoría de las pinturas representan la pasión de Cristo. En la parte trasera, además de la continuación de la Pasión de Cristo, se aprecian también escenas bíblicas como el Pecado Orginal o el Arca de Noé.
Una lapidación
El atrio
La imagen principal es una pintura de la adoración de los Reyes Magos al niño Dios. Se cree que antes hubo ahí una pintura de la Crucifixión de Cristo. Por otra parte, en cada costado de la pintura central, se aprecian los retratos de los "donadores" de la decoración de la iglesia, es decir Alessandro Ventivoglio (en la izquierda) y su esposa, Ippolita Sforza (a la derecha). Por donares se entiende que fueron quienes aportaron la mayor parte de dinero para la construcción de este templo. Pues cuando entré aquí y vi todos los detalles me admire del trabajo tan minucioso en cada pintura. ¡Me imagino que debieron de haber sido persojes muy ricos!
Todo, excepto el atrio y las columnas, es únicamente pintura ¡Cuánto talento!
El techo
En mi opinión, además de sus frescos, el techo de esta iglesia merece una mención particular. Para muestra, las fotos que tomé. Me impresionó y me causó tanta admiración el ver el efecto tan real de la pintura del techo. Uno podría jurar que está tallado en mármol ya que los matices y los detalles son muy elaborados. No podía dejar de ver hacia arriba.
Ademas, cada "capilla" tenía una decoración diferente en el techo.
Éste fue uno de los techos que me gustaron más.
El órgano
Otro detalle que hay que mencionar es el órgano de este templo. Su decoración es muy elaborada. Además de estar decorado con ebanistería, tiene pinturas en sus páneles que no pueden dejar de ser vistas.
A lado de esta iglesia hay también una librería. No me adentré a ella, pero para ya ustedes tal vez sí irán a darse su vuelta por ahí :)
Pues el descubrir accidentalmente este iglesia fue una gran fortuna.Finalmente, estaba muy contenta de no haber entrado a ver la Última Cena (y que además hubiera tenido que pagar, mientras que en esta iglesia el recorrido fue completamente gratis). Creo que puedo decir que este fue mi lugar favorito de Milano y lo mejor, la entrada es gratis. Me atrevo a decir que me gustó y me impresionó más que el interior de la Catedral de Milano. Si van a esta ciudad, la Chiesa di San Maurizio al Monastero Maggiore es una visita simplemente... ¡imperdible!
Pintura del pecado original