Signorvino

Con una ubicación céntrica, es normal que asumas que será una trampa para turistas, sorprendentemente está lleno de gente local. Por solo 10 € la botella de Prosecco, por eso es entendible que sea mi segunda casa en Milán. Durante el invierno se convierte en una agradable guarida para el frío con una fila de botellas actuando como pared de papel, dejando solo espacio para el gran ventanal frente a la parte posterior del exquisito Duomo. En verano hay mesas fuera que hacen que puedas estar más cerca del Duomo.

Tiene una localización increíble a un precio razonable, no te lo puedes perder.