¿Adiós a Varosliget?
¡Hola a todos!
Varosliget para mi representa un mundo nostálgico, tanto como la Isla Margarita. Por eso cuando oí que el ayuntamiento estaba colaborando con arquitectos para reformar el lugar y cambiar su apariencia, sentí una enorme tristeza. Cualquier proyecto para modernizar y desarrollar algo nuevo me aterra. Porque sé que lo que otrora fue un lugar, un parque o un monumento dejará de ser lo que era. Por eso he decidido escribiros sobre Varosliget y sobre cómo he vivido este lugar durante los últimos cuatro años cuando vivía en Budapest. En mi recuerdo quedará para siempre grabado de la forma en la que os lo voy a presentar a continuación.
Varosliget se sitúa en una hermosa área de Budapest, casi al final de la línea de metro 1 (la amarilla). Varosliget es un cúmulo de lugares antiguos y de gran valor. Es el baluarte de los habitantes de Budapest y siempre lo ha sido. Los aquincenses, oriundos de Budapest, tienen la costumbre de quedar aquí con sus amigos y conocidos o de simplemente pasear y disfrutar de la naturaleza solo. Varosliget también es el lugar favorito de los enamorados y las familias. Varosliget ha sufrido algunos cambios con el devenir del tiempo y ahora se está trabajando en su nuevo diseño y apariencia hasta 2019. No obstante, el Varosliget del que os voy a hablar es del mismo Varosliget que amo. No hay nada que no puedas hacer aquí. Varosliget ofrece un sinfín de aventuras.
Se trata de una vasta área verde con muchos árboles, arbustos y un hermoso césped para tumbarse. El lugar tiene más de 200 años de antigüedad, por lo que todavía atesora algunos motivos y características que nos recuerdan a la vida del siglo XIX. Los edificios han permanecido inalterados durante años, los árboles no se han talado y tan solo se han construido un puñado de nuevos edificios. Por estas razones Varosliget es un oasis, un remanso de paz lejos del alboroto y ajetreo de la vida en una gran ciudad.
Varosliget es accesible desde metro y el trolebús 72 y el bus 25. Si resulta que estás paseándote cerca de la estación de Keleti o de la calle Andrassy y sigues en la dirección de Hősök tere (allá donde están las estatuas grandes), llegarás a la mismísima entrada del parque Varosliget. También se puede acceder desde la otra punta por el boulevard Hungaria.
Varosliget es un lugar muy visitado, no solo por los mismos habitantes de la ciudad, sino también por los turistas. No obstante, al ser tan vasto, la gente no está concentrada en un solo lugar, por lo que no es ningún agobio. No importa cuanta gente haya dentro, siempre encontrarás un lugar en calma en el que pasar un momento íntimo con tu pareja o tus amigos.
Si vienes desde el centro de la ciudad hacia Varosliget, la primera atracción que verás será Hosok (la plaza de los héroes) y la Galería Nacional en frente del Museo de Bellas Artes. Hosok forma parte del patrimonio mundial de la Unesco. Se trata de una de las más grandes y hermosas plazas de Budapest con sus adoquines característicos. Esculturas de arcángeles, reyes húngaros y otros caballeros decoran esta magnífica plaza desde sus altas columnas. El conjunto de estatuas es tan majestuoso e imponente que inspira valor a todo el que visita el lugar. La plaza de los héroes es a su vez la base de un gran número de eventos culturales, conciertos, mitines, flashmobs y protestas.
Si de ahí caminas por el paseo de Olof Palmellegarás enseguida a la pista de patinaje de Varosliget. Esta pista de hielo me trae recuerdos de mis años de estudiante. Mi universidad (Universidad Semmelweis) organizaba (y todavía lo hace) cada invierno un festival de patinaje sobre hielo al aire libre para los estudiantes de medicina. Las fiestas eran temáticas: por ejemplo del carnaval o navidad. En el festival de carnaval de Semmelweis los estudiantes se disfrazan de distintos personajes, se ponen máscaras y disfrutan a lo grande bailando y bebiendo vino caliente. Además la fiesta está animada por un DJ. ¡Las fiestas sobre hielo son la leche!
Pero no es el único lugar donde pasárselo bien de fiesta. Hablo sobre los baños de Széchenyi. Del que por cierto ya os hablé en un artículo anterior. Se trata de los más antiguos y preciados baños termales de Budapest y se encuentran muy cerca de la pista de patinaje. Y de hecho se organizan un montón de fiestas nocturnas dentro de los baños. Aunque durante el día también es algo que merece la pena probar. Los baños se encuentran en el interior de un antiguo edificio clásico y majestuoso. Pasa un día aquí es un verdadero goce. Además de los baños y los tratamientos, también te catapulta a los tiempos pasados de la capital de Hungría. Todo gracias a que Széchenyi ha sido conservado tal y como es desde el siglo XX.
En frente de los baños de Széchenyi está el zoo de Budapest que cuenta con más de 1000 especies animales. El zoo es el más antiguo de Hungría al datar del siglo XIX. Ha ganado un gran número de galardones y hoy en día es una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad.
Pasemos a la siguiente atracción turística: el castillo de Vajdahunyad situado a la derecha del lago Varosliget. El castillo está construido con influencias de distintos estilos arquitectónicos que van desde el gótico pasando por el románico hasta el barroco. Puedes pasearte por su jardín de flores, la corte decorada con adoquines y echar un vistazo a la multitud de monumentos que se encuentran en sus pasillos. El castillo rezuma puro romanticismo y misterio, por eso es el lugar perfecto para una cita. Me encanta pasarme por Varosliget y caminar por su lago helado y el castillo cubierto de nieve. ¡Pero en verano también tiene sus encantos! Uno puede acostarse en el césped y ver las nubes pasar y el sol reflejándose en el lago mientras bebes un buen rosado.
Si lo que quieres es echar un rato en el parque puedes andar en bici, ir a correr y jugar al frisbi o al bádminton en sus céspedes. También hay canchas de baloncesto, mesas de pinpón y un campo de fútbol para los amantes del deporte. Los árboles además ofrecen una buena sombra que se hace querer los días de verano.
Por último, pero no por eso menos importante, hay que mencionar a los vendedores de Varosliget. Cada uno de los puestos de comida vende platos y tentempiés típicos de Hungría. Los tentempiés más famosos son las manzanas asadas, las castañas asadas, los pretzel salados, las palomitas y los algodones de azúcar. Todos juntos conjuran una atmósfera que recuerda a tiempos pasados y de pura nostalgia. No obstante, no olvides que también hay restaurantes y bares donde elegir. En invierno encontrarás un gran número de puestos que ofrecen chocolate caliente, vino caliente y dulces de Navidad.
En resumidas cuentas, Varosliget es atemporal porque cada generación puede encontrar su actividad favorita. Los años no han pasado por Varosliget. Por eso te transporta de manera milagrosa a otro tiempo, al Budapest de principios del siglo XX. Además ofrece todo un recorrido gastronómico y cultura y está dedicado al deporte y al ocio. Para mí, Varosliget simboliza lo que es Budapest en unos pocos metros cuadrados. Tiene casi todo lo que puedes encontrar en la ciudad. Es como si fuera un pequeño Budapest dentro de una gran metrópolis. A pesar de todo es un oasis paradisiáco y un lugar donde respirar rodeado de verde.
No sé que dirección tomarán las reformas del parque, ni cuantos árboles serán talados de aquí a finales de 2019. Y tampoco entiendo por qué han tenido que alterar el parque. Lo único que espero es que no lo acaben destruyendo. Yo lo recordaré siempre de la forma en la que os lo he descrito.
Gracias por vuestra lectura, Dora.
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