Vegacity

¡Hola a todos!

Ha llegado el momento de que escriba sobre mi restaurante favorito en Budapest: Vegacity. De hecho, es más bien como una cantina para estudiantes o un bufé porque tienes que hacer cola y coger tú mismo una bandeja, platos, vasos y cubiertos. No hay camareros. Además, Vegacity es más barato que un restaurante. Diría que tiene precios muy asequibles. Por lo que pagas, te dan un plato enorme de comida y, lo más importante: comida sana y de calidad.

Hablemos de el lugar en general antes de entrar en detalle en lo interesante. En Vegacity tienen menús que llevan sopa y un plato principal, pero claro, puedes pedir solo una cosa. En general, un menú cuesta unos 1000-1100 forintos (unos 3, 20 euros), mientras que un solo plato está entre 600-850 forintos (unos 2, 20 euros). Sí, soy estudiante, y sí, tengo que ajustarme mucho a mi presupuesto. Hasta que encontré Vegacity, siempre compraba comida barata en los supermercados o comía en otros sitios de Budapest. Fui a cantinas para estudiantes y los precios estaban bien, pero las cantidades no eran suficientes. Además, al ser tan barata, la comida no es demasiado buena. Tiene mucha agua, harina, azúcar e ingredientes de relleno. Por ejemplo, cuando pedí pollo paprikash con fideos, me dieron un plato tal que: 80 % fideos, 20 % guiso. Tras estas experiencias tan malas, probé suerte por el centro, cerca de la universidad. Fui a restaurantes chinos, japoneses, turcos y húngaros (la comida basura no era una opción), pero eran más caros que la cantina de la universidad. La comida era mejor, pero seguía sin ser lo que buscaba. Quería que la comida perfecta se ajustase a dos parámetros: que fuera comida sana (quería seguir una dieta con menos carbohidratos y más verduras, fibra y proteínas saludables) y que fuera comida casera, algo que me recordara a la comida de mi madre. Un día fui a Vegacity y por suerte hoy día sigue siendo mi primera opción. Seguramente lo será para siempre.

En Vegacity puedes decidir si solo quieres «media» ración, por lo que solo pagas el 50 %. De hecho, todos calculan cuánto quieren comer, porque los precios son en base a cien gramos de comida. Puedes comprar más o menos y pagar de forma proporcional. Vegacity está en la plaza Kálvin. Es fácil llegar desde la Universidad Corvinus o desde la Universidad de Tecnología, hasta desde la Facultad de Letras de la ELTE. Está a pocos minutos a pie de las bibliotecas Mikszáth y Szabó Ervin, por lo que los estudiantes de Medicina también pueden llegar enseguida. Además, también está cerca de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Pázmány Péter. Vegacity es un moderno restaurante vegetariano y vegano en el corazón de Budapest. Sus ventanas y puertas de cristal permiten a los clientes ver el precioso paseo, el tranvía, los plátanos de sombra y una pequeña parte del Museo Nacional. Cuando entras a Vegacity, puedes elegir si quedarte en la planta baja o subir a la primera planta por las escaleras de cristal.

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El sitio está dividido en dos zonas. En la planta de arriba están los aseos y en la de abajo, la caja y las mesas con comida y bebida. Arriba el ambiente es más tranquilo y hay menos jaleo, mientras que abajo la comida está más cerca y es más cómodo sentarse. Te puedes sentar en sofás, sillas y mesas de madera y sillones. La decoración se basa en palmeras y otras plantas y flores. Los colores más usados son el negro, el verde y el amarillo. Hay wifi gratis y otra cosa genial: al salir, si vas en dirección a Astoria, hay dos tiendas ecológicas. Una es una farmacia y bar de zumos con medicamentos e ingredientes naturales. La otra es más como un supermercado. Puedes comprar verduras, frutas, semillas, bollería, postres, zumos, chocolate, productos lácteos, carne y comida congelada. Algunas de sus exquisiteces son las algas, las bayas de goji o los copos de coco. Una tienda perfecta con productos perfectos para los que sigan una dieta sin gluten, sin lactosa, sin azúcar o vegana o vegetariana. Yo no sigo ninguna dieta, por lo que no compro ahí porque creo que es bastante cara. Sin embargo, la calidad es increíble y si siguiera alguna dieta, sin duda compraría allí.

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Pero volviendo a Vegacity... Tienen varios tipos de comida, ¡vamos a repasar el menú! Para empezar, hay dos tipos de sopa cada día. Yo he probado la sopa de lenteja roja y la crema de semillas de calabaza, pero hay otras muy apetitosas, como la sopa de algas con tapioca, la crema de zanahoria con puerro, la crema de calabacín con eneldo o la crema de ajo. En segundo lugar, la guarnición. Mis favoritas son maíz y arroz jazmín, mijo y bulgur y batatas. Pero más adelante quiero probar la cebada. En tercer lugar, los platos principales. Los que más me gustan son los potajes de verduras y los guisos. Hay subji de espinacas, pimentón, calabaza y calabacín (el subji es una comida india que solo lleva verduras y salsa), estofado mediterráneo de verduras con garbanzos, lentejas con mostaza casera o espaguetis con chili, cacahuetes y calabacín. También puedes probar la lasaña boloñesa, el sushi vegano, el subji de berenjena, remolacha y guisantes, la salsa de champiñones con croquetas de patata... Voy a parar porque se me está haciendo la boca agua.

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El cuarto tipo de comida: hamburguesas veganas y vegetarianas. Hamburguesas tailandesas, de falafel, al estilo mediterráneo y húngaro... Nunca las he probado, no me entusiasman las hamburguesas, pero tienen muy buena pinta. Quinta ronda: plato principal que puede servir de guarnición. Estas comidas son «pseudocarne»: son sustitutos de la carne, pero con mucha proteína y con sabor parecido (perdón por explicarlo tan mal). Tofu frito, seitán frito, brócoli frito y crujiente, calabaza, pasteles de carne veganos de cereales... ¡El hummus también está genial!

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Y por último, pero no menos importante: postres. Esto incluye tanto zumos como tartas. Puedes probar cócteles naturales o zumos con varios ingredientes, por ejemplo: zumo de coco, piña lima, jengibre y fruta de la pasión. O cóctel de curasao azul, remolacha, lombarda, limón y pomelo. También se pueden hacer con verduras. Y puedes elegir la cantidad, de 100 ml a 500 ml. Los postres cuestan entre 400 y 500 forintos. Son sobre todo galletas de chocolate o de frutas. Curiosamente, las semillas de sésamo son muy comunes en los postres. Muchas tartas están hechas de harina de garbanzos y se endulzan con dátiles, xilitol o plátanos. Tienen una «tarta sin», que es una tarta de chocolate sin gluten, sin azúcar y sin lactosa.

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Creo que ya no me queda nada más que decir, excepto que vayas a probarlo. ¡No te arrepentirás!

Gracias por leer. Dora.