Levendula ice-cream store

¡Hola a todos!

Preparaos, hoy vamos a hablar de cosas sabrosas. Descubrir cosas nuevas y vivir en Budapest puede ser perfecto, pero no. Hay una cosita que falta. Las vistas son increíbles, el ambiente de la ciudad te deja sin palabras. La magia, la belleza, la elegancia y la majestuosidad. Pero no te enamoras hasta que pruebas el helado Levendula (que viene de lavanda). Tienes que probar el mejor helado artesanal de la ciudad. El helado Levendula es la cumbre de la pirámide del placer. No solo para los amantes de la comida, sino para los veganos o los que siguen una dieta sin gluten, sin lactosa o sin azúcar.

Vivimos rodeados de impulsos. Nuestros ojos ven cosas diferentes cada día, nuestros oídos escuchan canciones y sonidos nuevos, nuestra mente recolecta información y la integra. Todo esto sin contar con las glándulas salivales, ¿y qué pasa con la lengua?

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Si digo helado, tú dices chocolate, vainilla y frutos del bosque. Eso es todo. Y ese es el problema. Esos son los sabores más comunes. El helado Magnum es uno de los mejores del mundo. Y estoy de acuerdo, porque sus sabores de chocolate, almendras y nueces son imbatibles. Tal vez el yogur helado sea el rey del helado, con su fruta, es una opción saludable y sabrosa también. ¿Pero has probado alguna vez el helado de queso Gouda con vino tinto Egri Bikavér? O de violeta (sí, de la flor) con frambuesa mentolada? ¿O de Camembert? Supongo que no. Y por eso merece la pena visitar la heladería Levendula. ¡Desafía a tu paladar!

Levendula abre todo el año. En invierno, sirven chocolate caliente, en verano tienes a disposición 20 o 25 variedad de helado aproximadamente. El menú cambia cada semana, porque a los chicos de Levendula les gusta experimentar y crear nuevas mezclas y sabores. Hay una heladería Levendula cerca de Jászai-Mari tér, otra en Kálvin y dos más en Uránia y Deák Ferenc tér. Yo conozco estas cuatro, pero podrás encontrar más información sobre las tiendas, entre otras cosas, haciendo click aquí.

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Descubrí Levendula hace 4 años cuando empecé a estudiar en Budapest. La tienda es violeta como la lavanda, hay una bicicleta retro del mismo color y una banqueta en cada entrada de la tienda. Dentro huele a miel y lavanda, lo que da un efecto calmante. ¡Es una elección perfecta! Porque vas a necesitar algo que te calme cuando no sepas que hacer frente a la nevera. No entres en pánico por no poder decidir qué producto elegir después de veinte minutos en la tienda. Me pasa hasta a mí. Es normal. Después de cuatro años es normal. Una de las decisiones más difíciles de la vida tienes que tomarla en Levendula.

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Frambuesa mentolada, chocolate con lavanda, té verde, chocolate con chili, rosa, curasao, semillas de amapola, vino rosado y Chianti, stracciatella de chocolate blanco con basílico, pistacho, rúcula con tarta de queso y muchos otros sabores. Y como ya he mencionado, hay algunos tipos que han endulzado con estevia o que no contienen gluten o lactosa, ¡el paraíso!

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Hay buenos precios, aunque en la tienda de Deák Ferenc tér son un poco más caros porque es céntrica y por lo tanto van más turistas. Prefiero pagar algo más por un postre casero de buena calidad y natural que comprar una simple chocolatina con muchísimos azúcares por menos dinero. En verano puedes permitirte ir a Levendula cuatro o cinco veces al mes. Y apuesto a que no te arrepentirás.

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Gracias por leer,

Dóra

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