El Rockefeller Center fue el primer lugar que visité de Nueva York. Tener en cuenta que esta era la primera vez que visitaba Nueva York e incluso el estado de Nueva York. Así que, en mi opinión, creo que fue la mejor manera posible de empezar uno de los mejores viajes de fin de semana de mi vida.
Llegamos al Rockefeller Plaza cuando ya era de noche. Hicimos este viaje en el mes de octubre, así que el sol se ponía a las 7 de la tarde. La plaza y el edificio en sí eran impresionantes, con todas esas banderas de diferentes países, la preciosa pista de patinaje y el altísimo edificio del Rockefeller Center en sí mismo. Aquella noche lo iluminaban unas luces de color rosa. Estaba un poco enfadada y preocupada porque no iba a ser capaz de ver el paisaje de rascacielos de Nueva York durante el día. Pero nuestro guía turístico me dijo que no me preocuparse y que no juzgase o que llegase a conclusiones precipitadas antes de llegar a lo alto del edificio. Estuve de acuerdo, quizás él tuviese razón.
No hice este viaje yo sola o con mis amigos. Fui a Nueva York durante el puente en el que se celebra Acción de Gracias en Canadá gracias a la University of Ottawa's Internacional House, que fueron quienes organizaron el viaje a través de la agencia de viajes especializada en estudiantes Abyond Travel. Os recomiendo encarecidamente que hagáis vuestros viajes por la zona de los Grandes Lagos de Canadá a través de esta agencia.
Llegamos a la ciudad alrededor de las 6 de la mañana y, para cuando terminamos de instalarnos y salimos hacia el Rockefeller Center, ya eran cerca de las 19:15. Llegamos al Rockefeller Plaza a las 20:00. Por suerte para mí y para mi grupo, no había literalmente nada de cola para subir hasta lo alto del edificio. Es extremadamente raro que pase algo así en una atracción turística de Nueva York.
Mi grupo y yo compramos las entradas con antelación, esto también nos ayudó (éramos 56) a entrar más rápidamente. El interior del Rockefeller Center es muy bonito, elegante y tiene mucha clase. Parece muy caro y tiene un estilo bastante art-deco. La lámpara de cristal que colgaba del techo de la sala principal era impresionantemente espectacular.
Una vez que entréis en el edificio, los empleados escogerán un grupo cada vez y os instalarán en un bar con una imagen del Rockeffeler Center en construcción como telón de fondo. Esta es vuestra oportunidad para haceros una foto divertida con vuestros amigos que se convertirá en un recuerdo de por vida de vuestra visita al Rockefeller Center. La foto solo cuesta 10 dólares, podéis comprarla al final de vuestra visita y creo que vale la pena.
Después de haceros la foto divertida, los empleados os llevarán hacia el ascensor en grupos de unas 12 personas. ¡La subida en ascensor en muy divertida! Es un ascensor de cristal con luces LED que hacen un espectáculo de luces; también se proyecta un vídeo en el techo durante el ascenso en el que intervienen personas famosas que han visitado el Rockefeller Center. El ascensor sube muy rápido, en apenas unos minutos sube 82 pisos. Os lo advierto, ¡os dolerán los oídos!
Al salir del ascensor, me quedé sin habla. Casi no podía creer que lo que estaban viendo mis ojos era real. No podía creer que estuviese viendo los famosos y conocidos rascacielos de Nueva York a 82 pisos de altura.
Los rascacielos de Nueva York por la noche son una de las cosas más increíbles que he visto en toda mi vida. Es absolutamente precioso. Se ve toda Nueva York desde la cima, cada rincón, y la iluminación es espectacular. Los rascacielos de Nueva York por la noche son los que realmente muestran lo llamativa que es la ciudad en realidad.
Si os dan miedo las alturas, visitar el Rockefeller Center os hará superar este miedo definitivamente. Porque está muy, muy alto. Pero, ¡hay más! Hay otro piso más que está incluso más alto; se trata de la planta número 83. Las vistas desde allí arriba son incluso mejores. Y, en la zona más alta del edifico, hay incluso otra planta. Pero, como estaba lloviendo aquel día, estaba cerrada por razones de seguridad.
Lo creáis o no, no hacía nada de viento allí arriba a mediados de octubre. Fue absolutamente perfecto.
En una de las plantas, hay una habitación que ilumina tus movimientos con todo tipo de colores mientras te mueves, como en la mímica. Es perfecta para celebrar una fiesta estilo disco con tus amigos en la cima de la ciudad de Nueva York.
La mayoría de la gente no se queda mucho tiempo allí arriba, así que yo diría que la visita al Rockefeller Center puede duran como máximo una hora.
Aquí os dejo algunos consejos para cuando vengáis a visitar este edificio:
- Comprad las entradas con antelación. Esto os permitirá saltaros muchas colas y os ayudará a maximizar vuestro tiempo en la Gran Manzana, así podréis hacer otras actividades. Además, las entradas también son más baratas si las compráis con antelación por Internet. De esta forma, ¡ahorraréis tiempo y dinero!
- Haced vuestra visita un día de entre semana y por la noche para minimizar vuestro tiempo de espera en la cola y maximizar vuestro tiempo dentro del edificio y en la ciudad en sí. Como hay menos turistas durante la semana en la ciudad, no tendréis que apretujaros y empujar a nadie para conseguir una foto perfecta de la ciudad de Nueva York.
- No compréis nada en la tienda de regalos del edificio, a no ser que se trate de la foto que os harán con vuestros amigos al principio de la visita. Todo lo demás es extremadamente caro y podréis encontrarlo en otros lugares de la ciudad a precios mucho más baratos.
Os prometo que las vistas que se pueden contemplar desde lo alto del Rockefeller Center os harán sonreír muchísimo. ¡Simplemente mirad mi sonrisa en esta foto!