Isla de La Gomera
Erasmus y cualquier viajero por tierras canarias, hoy les vengo hablar del viaje hacia la isla de La Gomera. La Gomera es una isla de pequeña superficie que te puedes recorrer tranquilamente en aproximadamente cuatro días, por lo que te recomiendo que ya que estás por las Islas Canarias, des el salto a la isla de Tenerife y luego saltes a la isla de La Gomera. La isla de La Gomera tiene una gran superficie de bosque llamado el parque de Garajonay que se compone fundamentalmente de vegetación laurisilva. La isla de La Gomera es famosa en la historia del descubrimiento de América, ya que fue por donde pasó Cristóbal Colón para hacer un breve descanso. De hecho en San Sebastián de la Gomera, la capital de dicha isla, podemos encontrar un pequeño museo de la casa donde se hospedó Colón en su viaje para descubrir América, de esta casa ya hablaremos más adelante, no obstante me gustaría resaltar que desde mi punto de vista, La Gomera necesita una reforma de los lugares culturales a visitar.
En este caso la compañía que nos lleva desde Gran Canaria hasta Santa Cruz de Tenerife es Fred Olsen. Una vez en Tenerife es necesario viajar hasta el sur de dicha isla para coger otro barco que nos lleva a La Gomera. El recorrido es casi de 80 km en coche desde Santa Cruz hasta Los Cristianos. En este caso la compañía de barcos que trabaja desde Tenerife hasta sus islas menores es Naviera Armas.
El barco lo cogimos en el muelle de Agaete, en el único muelle que hay sobre las 8:00 de la mañana y llegamos a Santa Cruz de Tenerife alrededor de las 9:00 de la mañana. Como nosotros somos residentes, tenemos como siempre he dicho de aquí para atrás en todos los viajes entre islas, tenemos un descuento por ser canarios. Sacamos el coche del barco en el muelle de Santa Cruz, ya que esta vez no llevamos la furgoneta, sino que llevamos un coche normal. Tú podrás alquilar un coche tanto desde Gran Canaria o en la isla de destino, la cual es La Gomera. El trayecto desde Santa Cruz hasta los Cristianos, que es de donde se coge el barco para ir a la Gomera, nos duró alrededor de una hora.
El barco del muelle de los Cristianos lo cogimos alrededor de las 12:30 del mediodía, por lo que te recomiendo que si tienes hambre, puedes comer por los alredores de los Cristianos, ya que hay muchas pizzerías y restaurantes de comida rápida que te alimentarán muy bien. Si prefieres también hay restaurantes que te alimentan con comida canaria como son las papas arrugadas y el queso entre otros. Una vez que cogimos el barco disfrutamos de un paisaje diferente: vimos delfines. Y es que en el muelle de los Cristianos de Tenerife se hacen excursiones para poder ver a los delfines y demás cetáceos que suelen emigrar y alimentarse por esa parte del sur de la isla. Cuando estábamos en el barco se acercaba la hora de comer así que aprovechamos el servicio buffet que ofrece naviera armas. En este barco puedes comer un menú de un buffet por aproximadamente ocho euros.
Después de estar en el barco durante aproximadamente menos de una hora, llegamos al puerto de San Sebastián de la Gomera. Nada más llegar nos entró un antojo de comer y encima en el parque hacía un calor tremendo, y casualmente encontramos en la capital la cual no es muy grande, un restaurante donde servían gazpacho casero fresco muy pero que muy rico.
En la capital de La Gomera podemos observar pocos pero significativas construcciones de la época colonial. La más representativa es la Torre del Conde, situada en un parque cerca de la plaza de la ciudad. Es una torre pequeña pero muy importante en los tiempos de la postconquista de la isla. Dentro de la Torre hay una pequeña exposición de mapas antiguos de La Gomera. En la capital también vimos la famosa Casa de Colón, la famosa casa terrera donde se hospedó Colón en su viaje. La visita era gratuita, no sé si porque éramos canarios o porque estaban a punto de cerrar y pudimos ver la estructura de la casa así como el patio y las diferentes habitaciones. Sin embargo, a pesar de la carga histórica que tiene la casa no había ninguna exposición ni explicación sobre el lugar. Sin duda, la calle más transitada es La Calle Real que va desde la plaza hasta el casco histórico. Esta calle está llena de tiendas donde los turistas compran souvenirs y otros artículos.
Cuando terminamos nuestra pequeña excursión por la capital, fuimos de camino a Hermigua donde teníamos reservada la casa rural. El camino de San Sebastián a Hermigua es relativamente corto, aproximadamente media hora en coche. Hermigua es un pueblo costero de la isla muy famoso por sus piscinas naturales y sus grandes bloques colocados cerca de su costa, los cuales no sabemos exactamente para qué sirven, pero están ahí y su construcción fue puramente complicada debido a las mareas de esa costa. El pueblo es pequeño pero precioso y bien cuidado. Muchas personas se reúnen en un gran parque que se encuentra entre el polideportivo y un campo de fútbol. Ese parque estaba llenísimo de patos. Y cuando digo llenísimo, no exagero.
Los patos y ocas estaban en todas partes, no solo en el agua. Incluso había que tener cuidado con ellos porque son animales posesivamente territoriales, y como se despistaras, más de uno te intentaba picar con el pico. También en el césped o en medio del camino, incluso junto con un grupo de niños que estaban hablando en un banco había patos al lado escuchando la conversación como unos miembros más. Más allá del parque había un museo que trataba la cultura de la isla de La Gomera. Había diversas exposiciones que trataban las distintas formas de trabajo de la isla desde la ganadería, pasando por la agricultura hasta la pesca. Ahí aprendimos muchos datos interesantes, pero el más que nos llamó la atención fue que en una época de gran escasez en la isla los habitantes aprender a hacer gofio con helechos. También aprendimos que en La Gomera existía una especie de cerdo, del cual procede el actual cochino negro canario, de grandes dimensiones, muy parecido a un jabalí. Además, podías observar y tocar grandes cestas de mimbre realizadas artesanalmente y ruedas de molinos de gofio.
Tras ver la exposición que estaba repartida en dos plantas, la encargada del museo nos enseñó un video sobre la elaboración de uno de los productos más famosos de la isla: La miel de palma. Actualmente, quedan muy pocos agricultores que se encargan de elaborar esta sabrosa miel de forma artesanal, tal como nos lo enseñaban en el video. La elaboración de la miel de palma es un trabajo especialmente peligroso a la par que laborioso. La miel de palma se extrae del guarapo, la savia de la palmera que sale de la copa la cual el agricultor debe cortar y colocar unos baldes, en castellano español, cubos, en el filo para que dicha savia o guarapo se vierta dentro toda la noche. Al día siguiente, el agricultor sube a la copa para bajar los baldes con el preciado líquido ya recolectado y lo pone a hervir unas seis horas. Después se deja reposar unas cuantas horas y ¡listo para comer! Ñam ñam. Se utiliza en muchos postres tradicionales canarios o como complemento a postres tan tradicionales como con el yogurt natural o un flan de huevo casero. Aprovechando que estamos hablando de la gastronomía de la isla, otro plato tradicional es el almogrote. Es una especie de pasta elaborada con queso curado, pimentón, ajo y aceite. Algunos llevan más o menos pimienta. Se puede comprar ya hecho pero hay gente que prefiere hacerlo en su casa comprando antes el queso curado de La Gomera que le da ese sabor tan sabroso. Una tapa de pan con almogrote acompañada de un buen Clipper de fresa es la mejor combinación para un aperitivo o merienda, que te dejará totalmente satisfecho.
En Hermigua también pudimos encontrar dos molinos de gofio que funcionaban por la fuerza del agua, uno de ellos hecho museo con una pequeña finca con plantas y animales autóctonos. Detrás de este molino hecho museo, podíamos apreciar los Roques de San Pedro los cuales le dan un toque diferente a ese paisaje.
Cerca del pueblo de Hermigua hay un pueblito muy, muy chiquitito pero con mucho encanto que se llama Agulo. Si subes la montaña que está por encima del pueblo podrás encontrar el camino hacia el mirador de Abrante. Este mirador está situado en un gran restaurante de comida típica. Por qué es tan famoso este mirador te preguntarás, pues es tan famoso porque su estructura está hecha mayormente de vidrio, con sus respectivas vigas claro. Desde este mirador puedes observar el pueblo Agulo en su totalidad desde mucha altitud. Muchas personas visitan este mirador, algunas para verlo en su plenitud y sacarse bastante foto. Otras por el contrario, prefieren observarlo desde lejos ya que puede producir bastante vértigo como a mí, prefiero verlo de lejos. Puedes comprobarlo en la fotografía ya que debajo de los pies se ve todo el abismo por completo.
En este restaurante poder podemos disfrutar de un una demostración de silbo gomero. El silbo Gomero es un medio de comunicación donde se usa el silbado. Su origen se remonta a la hay poca en la que los pastores atravesaban grandes barrancos Valles y demás caminos complicados que no les permitía acercarse a otros lugares para comunicarse con otro pastor, por lo que para comunicarse de montaña a otra montaña usaban el silbo como medio de comunicación. Es considerado patrimonio de la humanidad. En las escuelas de la Gomera los niños tienen, asignatura obligatoria el uso del silbo comer. De esta manera siguen conservando esta particularidad de la cultura Gomera. Esta demostración consistía en probar la veracidad de los mensajes que se enviaban entre dos camareros del mismo restaurante. Uno de los camareros se encontraba con un grupo de guiris o extranjeros. Los extranjeros decidían configurar el mensaje, en este caso el mensaje era: “dale la crema del sol a la chica rubia y ponle la gorra a la guía turística”. A partir de ahí el camarero empezó a llamar a su otro compañero, que estaba trabajando dentro del restaurante. El otro camarero se acercó y empezó a preguntarle en silbo gomero que es lo que quería. Después el primer camarero, le dictó las instrucciones decididas anteriormente. Poco a poco el segundo camarero iba cumpliendo dichas instrucciones. Al final de la demostración, todos los que estábamos allí presentes nos quedamos asombrados. Realmente, si nos paramos a analizar el silbo gomero, este usa la misma tonalidad que el lenguaje hablado. Tras esta curiosa demostración seguimos el rumbo al parque de Garajonay.
El parque de Garajonay cubre la mayor superficie de la isla de La Gomera, el cual está compuesto como se dijo anteriormente por un gran bosque de laurisilva. El origen del nombre de dicho parque ser de monta a la época prehispánica, es decir, anterior a la conquista de las Islas Canarias. Cuenta la leyenda que Gara y Jonay, dos jóvenes aborígenes de la isla, compartían un amor profundo infinito. No obstante sus familias estaban siempre enfrentadas, ¿no les recuerda a la historia del Romeo y Julieta? Pues es más o menos parecida. El final de esta historia es igual de trágico, la pareja decidió fundirse en un último y cálido abrazo entre las ramas de un árbol.
Cuando llegas al bosque de Garajonay, tras escuchar esta leyenda, puedes imaginarte dicha historia en ese paraje tan insólito verde y húmedo. Dentro del parque de Garajonay hay tres áreas temáticas, es decir, zonas donde se pueden realizar asaderos o u otro tipo de picnic . En verano debido a las grandes olas de calor y el ambiente cálido que en general en vuelve las Islas Canarias está totalmente prohibido realizar a saber, pero la gente sigue reuniéndose para agrupar distintos pilas platos de comida ya preparados de la casa y pasar un rato agradable y divertido. Nosotros fuimos al área recreativa por la zona que era más grande. Ahí encontramos varios toboganes, columpios, tirolinas etc. Aprovechamos para descansar y tomarnos una fruta y bebida refrescante ya que ese día hacía una gran ola de calor, como no, no puede faltar el plátano de Canarias. Era muy agradable descansar entre las sombras de aquellos grandes árboles.
Proseguimos el viaje con una visita Vallehermoso. Vallehermoso, como su propio nombre indica, es un valle algo desértico pero bastante bonito. En la plaza de Vallehermoso hay bastante ambiente, por ejemplo podías encontrar varios supermercados, cafeterías, parque para niños, un pequeño mercadillo, etc. cuando bajas desde el centro del valle hasta la costa puedes encontrar las piscinas de Vallehermoso. Son unas piscinas que fueron construidas justo en la orilla de la playa, ya que el mar de esa costa era bastante peligroso para bañarse, de esta manera el ayuntamiento evitaba accidentes costeros. Las piscinas están hechas de una manera muy atizada con el medio ambiente. Fue una pena ya que cuando llegamos las piscinas estaban cerradas porque se encontraban en reformas. Cerca de la piscina había una ermita pequeñita así como la adoración a la virgen de la Cuevita, posiblemente la patrona del lugar. Queríamos visitar el castillo del mar pero nos encontramos con una carretera totalmente destrozada. Y es que como bien dice el dicho, el mar siempre vuelve a su sitio.
La carretera estaba totalmente destrozada debido al gran oleaje que sufrió durante el invierno. Por lo tanto no pudimos visitar el castillo del mar, pero si podíamos sacar fotos desde lejos. De vuelta a Hermigua, quisimos pasar a visitar los roques de la Gomera. Era un grupo de dotes parecido al Roque Nublo de Gran Canaria pero agrupados entre sí. Era una zona de muchísimo viento. Habían muchos cuerpos además de otras sabes, que planeaban con las corrientes de viento como cometas jugando en el aire. . Al día siguiente salimos visitar la parte sur de la isla . Cabe decir que para visitar cualquier parte de la isla la única carretera que hay para comunicar los distintos municipios siempre, siempre, siempre pasará por el parque de Garajonay. Por lo que, en cualquier momento de conducción, puedes estar rodeado de grandes árboles de laurisilva. Al llegar a Valle Gran Rey podíamos observar un mirador también muy peculiar, construido por el famoso arquitecto y artista César Manrique, del cual ya he hablado en la entrada sobre mi viaje a Lanzarote, que te recomiendo ver si aún no sabes a que isla vas a ir. Desde este mirador puedes observar todo el Valle de Gran Rey. La zona de Valle Gran Rey es, por excelencia, la zona más turística de la isla de La Gomera. Puedes encontrar muchos apartamentos pero todos de pequeña altura congeniando bien con el paisaje del valle. Tiene una gran playa de arena negra pero de aguas muy limpias. Así como una avenida con restaurantes y tiendas. Paramos en un bar cafetería, que se encontraba en el centro del pueblo para disfrutar de otro fresquito gazpacho que tenía un ingrediente extra a la par que original: sandía. También tenían platos combinados de calamares, pechuga o pescado. Después de jartarnos en esta cafetería seguimos el viaje hacía la otra parte sur de la isla donde se encuentra playa de Santiago. Es otra zona turística de la isla, aunque menos que Valle Gran Rey. En playa de Santiago está ubicado el único aeropuerto de la isla. La playa de Santiago es una playa de pequeñas rocas y con algunas zonas de arena negra. En la plaza había una gran reunión de vecinos, todos jugando al dominó a las cartas, los niños jugando al fútbol, las mujeres hablando, etc. Sin duda era un ambiente familiar y dinámico. El último día decidimos tomárnoslo de relax y visitar de nuevo el pueblo de Hermigua además de aprovechar las ventajas de la casa rural. Y es que en esta casa teníamos una zona de barbacoa, por lo que compramos pescado fresquito del mismo pueblo costero, además de unas chuletas y papas. Todo esto combinado con un gran ambiente familiar con la familia de mi novia.
Y aquí se acaba el viaje. Como ya se dijo al principio, La Gomera es una isla chiquitita y que se visita en pocos días. Por eso es una isla ideal para visitar en poco tiempo pero sin prisas disfrutando de cada rincón de la Isla. Ah se me olvidaba si eres aficionado al senderismo tanto La Gomera, como El Hierro o La Palma son unas islas ideales para caminar entre bosques, barrancos y otros lugares con encanto.